Lula da Silva y Rouseff están seguros que Ollanta Humala no será un segundo Chávez - Runrun

Las apuestas de Brasil con Lula da Silva a la cabeza; la del ex presidente de Perú Alejandro Toledo y la del Premio Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa coinciden en torno al recién electo presidente peruano Ollanta Humala.

Lula, Toledo y Vargas aseguran, y dicen tener pruebas, que el ex militar peruano -que una vez en su fallida campaña electoral anterior en el 2006 tuvo el financiamiento del gobierno de Hugo Chávez quien hasta asesores le montó en su contienda y en cuya segunda vuelta perdió frente al actual presidente Alan García- no verá en Hugo Chávez un mentor para su gobierno y que, al mejor estilo del actual presidente de El Salvador, Mauricio Funes -quien ganó el poder como representante del izquierdista y radical Frente Farabundo Martí para la Liberación, FMLN- quien tras su elección encabezó un gobierno moderado y de amplitud el militar peruano hará lo mismo.

En su reciente visita a Caracas el ex presidente Lula conversó no solo con el presidente Hugo Chávez, por espacio de cinco horas en el Palacio de Miraflores, sino que por un tiempo similar desayunó, dialogó y dictó una conferencia sobre su gobierno con más de cien empresarios venezolanos.

En sus conversaciones dejó claro que si había estado ayudando al candidato peruano del que confiaba no se iría hacia un “socialismo a lo loco”; no impondría los modelos de Cuba, Nicaragua o Venezuela y que su moderación terciaría hacia el estilo Funes o hacia el suyo propio, el brasilero, de un desarrollo vasto para acabar con la pobreza.

Recientemente el diario brasileño “Folha de Sao Paulo” informó que un grupo de asesores del gobernante Partido de los Trabajadores, al cual pertenecen el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y la actual presidenta Dilma Rousseff, trabajaba desde enero en el Perú para ayudar en el ascenso de Ollanta Humala en las encuestas.

Y aunque lo había negado en repetidas ocasiones, la noche del 5 de abril pasado, a través de América Televisión, el líder de Gana Perú reconoció el hecho.

El rotativo brasileño precisa que los ‘petistas’ Luis Favre y Valdemir Garreta participan activamente de la campaña y han contribuido en alejar la imagen de nacionalista radical del candidato para atraer apoyo y votos de sectores conservadores y del empresariado privado.

El mismo diario explica que la estrategia fue diseñada por el experto en marketing político Joao Santana, quien ayudó a que Lula obtuviera la presidencia brasileña el 2002, tras varios intentos fallidos. Según el periódico brasileño, la participación de Santana en la campaña peruana se limitó a realizar una encuesta, en la cual se recomendaba alejar a su hermano Antauro Humala.

En nuestra columna del pasado 12 de mayo escribimos: “Brasil hace campaña entre los indígenas de la Amazonía por Ollanta Humala. Espera el militar que sus votos sean la sorpresa electoral”.

El interés brasilero en Perú quedó demostrado en el gobierno de Lula al emprender la construcción “que nunca se había concretado en más de quinientos años que solo veíamos hacia Europa” de la Carretera Interoceánica. La nota de prensa preparada por el gobernó de Brasil nos comprueba el espíritu presente en el apoyo económico a la campaña del nuevo mandatario peruano:

“Esta vía, cuya primera conexión con Perú se inauguró el pasado diciembre de 2010, abarcará 2600 km, e incluirá 22 puentes en diversos puntos de los ejes viales. También, permitirá al Brasil obtener su ansiada salida al Océano Pacífico a través de los puertos peruanos de Marcona, Matarani e Ilo. Hay una intención de otra vía entre Yurimaguas y Paita, ambas en el Perú, para dar acceso fluvial hacia el río Amazonas. La construcción de esta carretera significa la primera obra vial de Sudamérica y la primera obra entre miembros de la Unión Sudamericana de Naciones. Es una obra concreta que refleja las excelentes relaciones e entre Brasil y el Perú. Cabe mencionar que este proyecto estuvo aproximadamente treinta años en la agenda bilateral pero que debido a los problemas políticos ocurridos en el Perú durante ese lapso, nunca se pudo concretar.”

Lula da Silva será el encargado de afianzar esta relación entre Ollanta y la actual presidenta brasilera Dilma Rouseff. Preocupante como está la salud de la presidenta, que ha padecido antes de cáncer y otras dolencias, el petista Lula mantendrá el hilo conductor en esa dirección. Su interés es tal en ayudar a la señora Dilma que a Venezuela no solo viajó a conseguir que Chávez pagará las deudas de su gobierno con varias empresas de Brasil, sino que allanó el camino para que el mandatario venezolano fuera recibido oficialmente por la inquilina del Palacio de Planalto en Brasilia.

Ella, que varias veces ha comentado la repugnancia hacia el comandante venezolano y por cuatro veces ha cancelado su encuentro, aceptó la petición de su antecesor para limar asperezas y “conversar con Hugo”.

En el caso peruano el interés de Brasil va mas allá que lo que sucede con Venezuela donde empresas de grandes obras como Odebrecht -Lula los presentó diciendo “que tienen obras en ejecución hasta en la Cochinchina”- manejan los más grandes contratos de construcción de la infraestructura venezolana que van desde tramos del Metro de Caracas hasta un tercer puente sobre el Orinoco.