Leonardo Padura: Netflix sueña con Cuba - Runrun
ElPais.ES Feb 14, 2015 | Actualizado hace 9 años
Leonardo Padura: Netflix sueña con Cuba

El escritor cubano analiza el anuncio de la principal red de televisión en línea del mundo de entrar en la isla, donde el control de la programación es total

Netflix en Cuba

 

Netflix ha anunciado su llegada a Cuba. Luego del retumbante anuncio del inicio del proceso de restablecimiento de relaciones entre la isla y Estados Unidos, la noticia de que los cubanos con acceso a Internet de banda ancha y tarjetas de crédito internacionales podrán contratar los servicios de la principal red de televisión en línea del mundo, podría ser la novedad más significativa dentro del nuevo panorama político abierto por los dos gobiernos.

No es un secreto que en Cuba la difusión de la información es asunto de Estado. Los medios de comunicación son dirigidos por diferentes instancias oficiales, que responden a la línea política del gobierno. Y la televisión, por su gran impacto y capacidad de penetración, siempre ha tenido una especial atención en cuanto a los contenidos que se difunden desde sus canales y programas.

En la actualidad Cuba cuenta con cinco canales televisivos de alcance nacional, con perfiles definidos. La programación se ha ido abriendo, diversificando, universalizando y los cubanos tienen acceso a una notable cantidad de ofertas generadas en el país o fuera de la isla, y no solo en el caso de las programaciones deportivas, dramáticas, cinematográficas, sino incluso informativas, como es el caso del canal internacional Telesur, del que Cuba es accionista.

Con mucha frecuencia los cubanos disfrutan en sus pantallas domésticas de productos creados en los propios Estados Unidos y, en ocasiones, con una inmediatez asombrosa, sobre todo en obras cinematográficas, seriales dramáticos y documentales de diversos perfiles. No es raro, por ejemplo, que mientras en los cines de España se están exhibiendo películas nominadas a los premios Oscar, los cubanos ya las hemos visto en la televisión pública, sin pagar un centavo por el visionaje. En este sentido la calidad de la oferta televisiva cubana puede estar entre las más altas del mundo, pues sus programadores tienen un enorme banco del cual seleccionar las obras de mayor calidad estética y conceptual.

El talón de Aquiles para el televidente cubano es, en cambio, su relación con la escasa y en muchas ocasiones poco atractiva producción doméstica, en especial la de más alto consumo: los programas dramáticos. Muchas veces la compleja situación económica que por años ha arrastrado el país limita las posibilidades creativas y técnicas de esa producción, que por lo general muestra sus debilidades desde su mismo origen, los guiones, que rara vez logran ser atractivos y capaces de cumplir con las expectativas del gran público. Así, en el caso específico de las telenovelas, el género dramático contemporáneo por excelencia, el televidente cubano siempre se decanta por las importadas —especialmente las brasileñas— y en mucha menor medida por las de realización nacional.

 

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