La diputada destituida propone la renuncia del presidente como mecanismo constitucional para dar paso a la transición democrática. Dice que el actual consenso dentro de la oposición para convertirse en alternativa de poder fue posible por el convencimiento de que el cambio de gobierno es «impostergable» y gracias a la movilización civil que derivó en las protestas de 2014

@boonbar

– “La Salida” implicó una ruptura dentro de la oposición. A un año de esa propuesta liderada por usted junto a Leopoldo López y Antonio Ledezma, se aproxima un acuerdo entre las distintas fracciones de la unidad democrática en torno a la movilización de calle y propuesta de alternativa política. ¿Se superaron las diferencias?

 El país esta viviendo una situación de emergencia nacional, que sentimos en la calle todos los días. Basta estar un minuto en la cola y vivir el dolor y la desesperación del pueblo de Venezuela que clama por un cambio urgente y soluciones a sus problemas.

Hemos entendido como país que ese cambio es posible sólo cuando Maduro y su régimen salgan del poder. En este momento histórico se ha producido una convergencia en cuanto a planteamientos y acciones concretas para avanzar hacia transición a la democracia.

Es satisfactorio que hoy se produzcan al menos dos coincidencias: por un lado que es impostergable la salida del régimen. Y por otra, que la movilización y protesta ciudadana es indispensable cuando se enfrenta un régimen de esta naturaleza, aunque esté en su fase terminal.

– ¿Por qué ahora si tendrían efecto los llamados a movilizaciones y no hace un año?

En primer lugar, no estaríamos frente a la inminencia de un cambio político si no hubiese sido por el movimiento civil con inmensa trascendencia, que la historia ya reconocerá, como la movilización ciudadana y estudiantil del 2014.

Los venezolanos seguimos saliendo a las calles con distintas formas de organización, movilización y en definitiva de protesta. Obviamente, la represión es brutal, la gente se cuida y se protege frente a un régimen que ha demostrado que no tiene escrúpulos y está dispuestos a cualquier cosa con tal de acallar la voz del pueblo. El régimen si sabe el poder de un pueblo cívicamente organizado reclamando sus derechos.

Si comparamos lo que vivimos a lo largo de 2014, desde principios de año cuando el régimen de Maduro lucía guapo y apoyado, fortalecido y cohesionado, según sus encuestas, hasta donde se encuentra ahora, evaluamos que hemos logrado muchísimo. Nacional e internacionalmente, queda claro que en Venezuela existe un régimen que censura y tortura sin límites. Incluso, que se trata de una dictadura, que hay que enfrentar desde todos los planos democráticos.

-El gobierno sostiene en que La Salida fue responsable de la muerte de 43 personas durante la ola de protestas que sucedieron en primer semestre de 2014

 Es el mismo régimen que insiste que no hay desabastecimiento, que la gente hace cola porque le gusta, que Maduro volverá de China con las manos llenas. El cinismo, engaño y la mentira no escasea en este gobierno. Todos sabemos que la violencia le conviene a este régimen y la ha estimulado.

Si hay un episodio que será reconocido en la historia – quizás el más cruel de este periodo-, fue el llamado de Maduro desde Miraflores a los grupos paramilitares a atacar a ciudadanos indefensos en la calle, que simplemente reclamaban sus derechos.

El mundo sabe quién ha promovido la violencia y la tortura. También cómo se pretende utilizar ese argumento para inhibirnos y callarnos. Así como lo dijo la propia Iglesia Católica, el gobierno intentó un llamado a diálogo para enfriar la calle y atribuir la violencia a quienes creemos en el derecho a expresar diferentes puntos de vista y defender derechos ciudadanos.

– ¿Cómo va a hacer la oposición para movilizar a la gente y convertirse en alternativa de poder ante la desesperanza, angustia y resignación? Aunque la popularidad de Maduro está en baja, existen obstáculos como la hegemonía comunicacional, que implica censura abierta a algunos dirigentes de la oposición y bloqueos a la pluralidad de la información

El año pasado también tuvimos una censura brutal cuando se produjeron las protestas. La gente igual se enteró y reaccionaron. Desde luego que representa un enorme desafío y un obstáculo inmenso para la movilización. Los medios tradicionales tomados por el gobierno tienen una mayor penetración, bombardean con mensajes cargados de odio que buscan destruir y descalificar la imagen, moral y honor de los venezolanos que nos negamos a la imposición de este modelo de dominación.

Pero las sociedades reaccionan sobre todo cuando hay conciencia firme de que cada uno de nosotros tenemos que convertirnos en medios de divulgación. Hay instrumentos a los cuales la censura y opresión no ha podido doblegar.

– El secretario ejecutivo de la MUD afirma que ya la gente está movilizada en el momento de encontrarse en las colas para comprar comida, y protestando desde el año pasado por sus derechos. Sin embargo, ese descontento no está canalizado políticamente. ¿Partidos y sectores contemplan la estrategia de acompañar a la gente en sus problemas?

Al final, ¿qué son los partidos políticos? Están formados por gente con las mismas angustias y problemas de la sociedad. Donde nos encontrarnos hoy? En las colas. Hoy todo el mundo está obligado a hacerlas: pobres y ricos, civiles y militares, viejos y jóvenes. El reto está en como transformar esa indignación en fuerza ciudadana con un objetivo político claro. La gente sabe que la actual situación no va a mejorar mientras Maduro y su régimen no salgan del poder. La magnitud del cambio debe tomarlo un liderazgo que genere confianza dentro y fuera del país.

Lo importante es aglutinar la fuerza de todos los sectores. Así lo hemos hecho en el congreso ciudadano. No se trata solo de unir a los partidos –aunque son necesarios- sino de incorporar todas las expresiones de la sociedad civil: trabajadores y sus sindicatos, estudiantes, organizaciones derechos humanos, que todos asumamos que en este momento histórico de inminente transición hacia la democracia a la democracia cuando mas se requiere una fuerza con sentido claro: cambio de régimen.

Nosotros hemos planteado un mecanismo concreto que ofrece la Constitución: la renuncia del presidente.

-¿Prosperaría su propuesta de renuncia del presidente, contemplada en la Constitución?

 Insisto en que este régimen es profundamente corrupto, con intereses vinculados a actividades delictivas, incluso con operaciones de orden internacional. Ya estamos viendo facciones que empiezan a mostrar profundas diferencias.

El colapso del país es producto de la devastación del gobierno, de tal magnitud que Venezuela se acerca hacia una crisis económica con carácter de emergencia en todos los sectores: salud, alimentos, energía. Para impedir un escenario de mayor caos y pérdida de gobernabilidad, hay que adoptar una medida que permita unificar al país alrededor de un proceso de reformas profundas.

El 80 % del país pide que Maduro se vaya. Algunos creen que Maduro no la va a aceptar. Pero hemos visto a lo largo de la historia como dictadores que no querían renunciar al principio, han tenido que ceder cuando la fuerzas ciudadanas se articulan de manera firme y clara para hacer valer la voluntad del pueblo.

– El Gobierno ha dado muestras de sus intenciones de aferrarse al poder. Lo vemos en las violaciones a la Constitución, el proceso de renovación de los poderes públicos. ¿Estaría dispuesto a renunciar?

Todas esas acciones demuestran la desesperación y descalabro del régimen. Si se sintieran seguros y estables no hubiesen llegado a esos extremos tan grotescos con los golpes a la Constitución. El régimen está prolongando una agonía porque está en una fase terminal.

Lo importante es lograr avanzar de manera organizada, democrática y pacífica en el proceso de transición para darle sostenibilidad al proceso de transformación del país. La Venezuela de hoy no es la misma que la de hace unos años. Al gobierno de Maduro se le volteó todo: hasta los chinos saben lo mismo que los cubanos. Por eso vuelve al país con los bolsillos vacíos y el orgullo golpeado.