Ricas Arepas - Runrun
Redacción Runrun.es Dic 09, 2010 | Actualizado hace 13 años


Fue un comienzo muy tenso.  Pasaron casi cuatro episodios perfectos para el abridor del Magallanes, Deolis Guerra,  y como suele suceder, los caraquistas temíamos que pudiera repetirse una joya, esta vez perfecta.

Asdrúbal Cabrera había tocado la bola sin éxito, Marvin González fue puesto out y le tocó el turno al bate a Josh Kroeger. Cuando Koreger viene a batear en el universitario, por el sonido interno se escucha la música del clásico del suspenso “Psicosis”  en la aterradora escena del crimen en la ducha y “Chema” Jiménez Torrealba lo anuncia como “La Pesadilla”.

Creo que fue Reyes Medina quien decidió el apodo por su poder al bate y específicamente este año, salvo el día del no hitter, ha estado imposible contra el Magallanes.

Cuando cesó el acompañamiento musical y Guerra inició sus movimientos, la mayoría caraquista guardó silencio absoluto hasta que la bola iba en la mitad del recorrido que terminó en las gradas del jardín derecho, cuando ya era obvio que se iría, rompiendo el juego perfecto que dio paso al alegre estallido  de los aficionados de Leones. ¡Fue una tabla!

El poderoso Kroeger destruyó la ilusión magallanera de una nueva humillación, al tiempo que Gustavo Chacín lucía inmenso en el morrito de los melenudos.

En el quinto episodio se prendió una fiesta de batazos que produjo 5 anotaciones seguía el excelente trabajo del zurdo, sumaron una más en el sexto y  Chacín terminó su labor impoluta, para dar paso a Bateman, Gárate, Ascanio ( el único al que le dieron hit) y Cubillán, todos para culminar el blanqueo a los eternos rivales.

No fue una venganza tan perfecta como propinarles otro no hitter, pero en cualquier caso las arepas siempre caen bien a quien las da y también sirvieron para recordar que hace 55 años, justamente contra Magallanes, el Caracas inauguró la historias de los juegos sin hits ni carreras, gracias al inolvidable trabajo de Lenny Yochim.

De inmediato comenzaron los chalequeos, aparentemente en las areperas podía comerse gratis, con sólo presentar la gorra del Magallanes.