Leña mojada - Runrun
Redacción Runrun.es Dic 03, 2010 | Actualizado hace 13 años

Los fanáticos en general somos  impacientes, exigentes, desconsiderados, implacables, inconformes y despiadados. Los caraquistas somos peores.

Sin complejos debemos aceptar que es cierto que somos pretenciosos y también engreídos,  basamos el orgullo en nuestra irrefutable historia y no tenemos más opción que ser insoportables.

Todos tienen con nosotros cuentas para saldar, revanchas y venganzas, es divertido. Hay una sociedad de “todos contra el Caracas” que en cada temporada se renueva con creces y por nuestra culpa.

Este campeonato 2010-2011, Leones del Caracas ha sido un equipo inconsistente, débil en su ofensiva y con goteras que se notan demasiado cuando llueven los batazos contrarios.

En lo personal creo que Dave Hudgens (el mismo manager que dirigió al Caracas para obtener el campeonato 17),  como el resto de la humanidad, toma decisiones acertadas y otras no tanto, jugadas que salen bien y otras que no, pero no tengo ninguna duda de su calidad como estratega, aunque a veces opine que debió ser más agresivo,  que la alineación podría ser distinta o que dejó demasiado a un pitcher.

Es normal que los fanáticos critiquemos, de hecho nos llamamos “managers de tribuna”… sofá, butaca, barra del bar o dónde quiera que estemos y ha sido así toda la vida.

Cuando los nuestros están ganando tenemos el mejor equipo del mundo y cuando está perdiendo tenemos al peor manager del mundo y en este momento Hudgens (el mismo que dirigió al Caracas para obtener el campeonato 17)  es uno de los peores villanos en el imaginario caraquista.

Anoche cuando trajo a Daniel Durn en un turno importantísimo, con hombre en posición anotadora y chance de empatar, algunos sospechamos que el emergente haría otra vez lo que más ha hecho desde que llegó: poncharse. Y así fue.

Entonces las críticas no se hicieron esperar,  “yo sabía”, “te lo dije”, “ahí está”, etc., era lo que más repetíamos los caraquistas, hasta con cierto goce masoquista en eso de tener la razón.

Ahora, es un buen ejercicio preguntarse qué habríamos dicho si a Dorn se le sale un batazo enorme como el que dio cuando estaba llegando y casi la vuela por encima de las gradas del jardín derecho.

Claro, tendríamos que tener una imaginación digna de Disney, pero lo digo porque no fue un disparate, Dorn debería ser  capaz de hacer eso, para eso lo trajeron y aunque uno podría pensar en Padrón o Gil, por ejemplo, como emergentes, en realidad no sabemos más que Hudgens de lo que pasa en el equipo, por más que pensemos que si sabemos.

Hace ya 10 años, cuando los Astros de Houston y los Indios de Cleveland vinieron para unos juegos de exhibición en Valencia, esta cronista y otros amigos tuvimos el privilegio de cenar con el célebre receptor Tony Peña (uno de los mejores caretas de la historia reciente del beisbol) y en medio de la conversación, en la que algunos hicieron su mejor esfuerzo por demostrarle al dominicano que sabían mucho del juego, éste les preguntó irónicamente: “¿Cuánta pelota tu jugaste?” y de inmediato enumeró todas las posibilidades de equivocarse que tiene un manager y que los “expertos y aficionados no valoramos a la hora de soltar lengua.

Refiero la anécdota porque es muy fácil pretender que uno sabe mucho de beisbol y probablemente algo sabemos, pero no tanto como para sentenciar a un hombre que insisto, es el mismo manager que le ganó la final al Magallanes, nos gusten o no sus maneras y modos.

¿Se ha equivocado? si como no, montones de veces, pero el problema del Caracas no ha sido el estilo de Hudgens, sino que el carro de leña tiene mojada la carga…