Robert Pérez: El macizo guayanés - Runrun
Redacción Runrun.es Nov 11, 2010 | Actualizado hace 13 años

Robert Pérez conectó anoche el primer cuadrangular de esta temporada 2010-2011, fue el número 115 de su historia particular en nuestra liga. Es el rey absoluto del departamento y es predecible que su reinado podría perdurar por montones de años.

Cuando esta cronista se desempañaba como anunciadora interna de los Leones del Caracas, ocurrieron las dos finales consecutivas en las que Cardenales de Lara le ganó a los melenudos (97-98 y 98-99).

Fueron dos finales apasionantes y en las que pasó de todo. Se vaciaron las bancas varias veces, hubo pelotazos, jugadas inolvidables, como aquella en la que Wilfredo Romero, barriéndose en el home, lesionó a Alex Delgado e igual fue out, el jonrón de Bob Abreu a Giovanni Carrara para forzar el séptimo y no se cuántas atrapadas de feria de Robert Pérez para terminar posibles rebeliones.

Particularmente recuerdo a Mark Whiten quitándose a 3 novatos que le cayeron encima, así como en las películas, con tan sólo una sacudida de su enorme humanidad.

Pero si algo no puedo olvidar, era mi ansiedad cada vez que debía anunciar a Robert Pérez, porque cada vez que lo hacía, los caraquistas lo abucheaban e insultaban, cosa que parecía nutrir al guayanés, quien usaba el bate como venganza y devolvía la bola a terreno de nadie o a las gradas y así silenciaba las ofensas.

A veces me provocaba decir: “Bateador de turno, Robert Pérez y si no se han dado cuenta, mientras más lo ofenden, más lejos lleva la pelota”.

Ha pasado tiempo y ya el Universitario no recibe a Robert Pérez con  hostilidad, que viéndolo a la distancia, aquel rencor manifiesto era temor ante su calidad y sobre todo a la saña con la que le jugaba al Caracas y particularmente en su casa, en el Universitario, uno de sus escenarios predilectos para lucir su clase.

Es contradictorio, pero muchas veces las pitas son señal de respeto.

Anoche en Los Chaguaramos, los caraquistas comentábamos que Robert Pérez tiene 23 años amargándonos la vida y esto lo decíamos hasta con una sonrisa de manifiesta admiración.

Ya no hay pitas y no pocos caraquistas aplaudimos su llegada al plato, porque sabemos que una figura de sus dimensiones en nuestra pelota, sólo merece aprecio y respeto y que es un privilegio verlo en acción, después de 23 temporadas, jugando con  hambre de debutante en el jardín derecho, para quitarle otro imparable a un tolero caraquista.

Nunca entendí, porque es incompresible, aquellos abucheos en Orlando en el primer Clásico Mundial de Beisbol. No fue acertado convocarlo porque había estado lesionado, pero el maltrato y los comentarios a propósito de su compadrazgo con Luís Sojo fueron injustos y absurdos y siempre me preguntaré si había necesidad de que Robert Pérez pasara por eso.

Aún más difícil se me hace entender cómo hay quienes lo pitan en el “Antonio Herrera Gutiérrez”, porque lo que Robert Pérez significa para la historia de Cardenales de Lara sólo merece aplausos de pie.

¡Es como si los caraquistas fuésemos capaces de pitar a Antonio Armas!.

Los toleteros del Cardenales dieron 5 jonrones anoche, en tres oportunidades lo han hecho (las otras dos contra La Guaira) y curiosamente esta es la primera vez que Robert Pérez participa en el festival de batazos.

Claro que ya está en el ocaso de  su carrera como jugador activo, el jonrón de anoche debió ser uno de los últimos en el Universitario (bueno quien sabe, a lo mejor esta noche da otro), donde según el estudioso Jean Carlos Arias (@comandante81), ha enviado siete al concreto de las gradas.

No me alegra haber perdido con Lara, pero siempre es un privilegio ver jugar a las leyendas, sobre todo cuando insisten en hacerlo como si fueran novatos.