Toda la mañana dedicada el fútbol.

Quienes conocen Caracas saben que es prácticamente impensable llegar en 25 minutos de El Hatillo a El Rosal.

La intercomunal entre La Boyera y La Trinidad despejada, sólo los “lentos” quitaban tiempo. Leve retraso a la altura de Santa Rosa de Lima y una luz roja en el cruce hacia la Francisco de Miranda..

Parecía cualquier día de comienzos de enero, cuando aun no hay mucha gente en la ciudad.

Sólo quienes tenían que hacer una diligencia importante andaban circulando por la calle, algunos con caras de “por qué yo”.

Así como muchos aseguran que el fútbol es una religión (cada deporte lo es) otros son simplemente agnósticos y también están los ateos. Esos son la minoría, porque como ya hemos dicho por aquí,  lo que sobre todo somos la mayoría es “parejeros”…

Después de una colorida ceremonia inaugural, se escuchó el pitazo inicial a cargo del árbitro uzbeco Ravsham Irmatov.

No había que ser muy experto para ver cómo los mexicanos dominaron el primer tiempo…según el game cast de ESPN, 61 % para los manitos y 39% para los de casa.

El Tri, con uniforme oscuro, no pudo convertir ninguno de los tiros y tuvieron un gol anulado de Vela, por fuera de juego.

Un tiro libre de Pienaar, la estrella de los locales, inquietó a lo mexicanos en la primera parte.

Cualquiera habría pensado que tenían razón los expertos que decían que México ganaría con comodidad.

No hay que desestimar que muchos narradores y comentaristas de los canales que transmiten el Mundial son mexicanos y uno estaba influenciado por sus análisis y la verdad era que parecía que en los próximo minutos se impondría el abolengo de fútbol mexicano.

Empatados a 0 se fueron al descanso y cuando Irmatov (un señor muy guapo por cierto), sonó de nuevo el silbato, los surafricanos salieron a atacar.

Sin una técnica bonita, ni muchos pases, paredes y eso que adoran ver los fanáticos del “juego bonito”,  los surafricanos fueron eficientes en contragolpe  anotaron el primer gol de este Mundial. Lawrence Tshabalala, el autor del tanto, se fue a una esquina y bailó con elaborada y divertida coreografía.

Son momentos muy llamativos y contagiantes esas celebraciones de los equipos africanos.

A mi se me cayó la cédula y recordé a Roger Milla, aquel súper carismático jugador de la selección de Camerún en España 82 que se metió a medio mundo en el bolsillo con su baile y movimiento de cintura.

El fútbol es eso también. No estar involucrado directamente permite que uno se alegre por Sur África y también por el tanto de Rafa Márquez.

Terminado el encuentro, Javier Aguirre, director técnico de México reconoció que hubo desorden en la cancha mientras que Pariera dice que todos estaban cuenta con todos sus hombres, listos, con años esperando este momento.

Las miles vuvuzelas apoyando a Bafana Bafana no pararon en todo el partido…de verdad que suenan como una interminable manada de elefantes…