Y GANÓ LA PAZ - Runrun
Redacción Runrun.es May 24, 2010 | Actualizado hace 14 años

Disfrutar de la rivalidad más enconada del fútbol profesional venezolano Caracas-Táchira, un domingo en la tarde es un programa insuperable para quienes pensamos que el deporte es uno de los mejores y más efectivos bálsamos para el espíritu que hay en la vida.

Hay que salir temprano de casa, asegurar un puesto en el estacionamiento para poder salir sin que la cola perturbe mucho es una buena recomendación, si el encuentro es en el Olímpico, el estacionamiento estructural es una opción, pero si se van temprano el de “la Parroquia” de la UCV es perfecto a la hora de salir, porque se congestiona menos y no esta encerrado.

También es una buena alternativa irse en taxi, metro o que alguien nos de la cola, porque es un poco molesta la congestión vehicular en los alrededores.

Para los beisboleros que leen esto, hay que tomar las mismas previsiones que se toman cuando juegan Caracas y Magallanes.

Llegar temprano tiene muchos encantos. Ver al resto de los fanáticos llegar con sus atuendos rojos que nadie les obligó a ponerse, sólo el amor por una camiseta y un equipo que despierta pasiones y que cada quien siente como parte de su existencia.

Este domingo se enfrentaron los aurinegros y los rojos del Ávila.

Los titulares deportivos amanecieron con la advertencia. EL duelo en el Olímpico de la UCV sería un choque para recordar.

Familias enteras, grupos de amigos, de la tercera edad, pequeñines, muchas mujeres, vendedores de refrescos y agua, chucherías, tequeños y cotufas, todo para que no le haga falta nada a los asistentes al duelo de patadas.

La barra del Deportivo Táchira ocupó su espacio a la derecha de la tribuna, frente a la barra roja, mucho antes de iniciarse las acciones en la grama, las dos fanaticadas se enfrentaron con sus cantos.

Algunas palabras altisonantes que para algunos son prescindibles pero que más allá de lo que indica la urbanidad, son parte del “toma y dame” que protagonizan unos y otros.

Lo cierto es que convieron, por encima de las groserías y las canciones que minimizan al otro.

Es bellísimo el colorido. Los tachirenses de amarillo y negro y los caraqueños de rojo, negro y blanco.

El pitazo inicial dio paso a las emociones en la cancha y a los 15 minutos Romero convirtió el único tanto que le hizo falta al Caracas para ganar el enfrentamiento.

La seguridad del equipo, la colaboración de la PM y las previsiones tomadas funcionaron a la perfección y si bien los aurinegros no salieron tan contentos, fue una tarde para festejar, porque ganó la paz.