El Punto De No Retorno Por Gabriel Reyes - Runrun
Luisana Solano Mar 09, 2014 | Actualizado hace 10 años

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Tratar de llevar la vida con aparente normalidad no ayudaría a mitigar una crisis estructural que ha invadido irremediablemente todas las esferas públicas y privadas del venezolano. ¿Cómo pensar que aquí no ha pasado nada el último mes de nuestras vidas? Para todos se han producido situaciones que merecen una seria reflexión. Para otros sus vidas han cambiado para siempre. Lamentablemente, un grupo de venezolanos ya no puede contarlo. Entre discursos, marchas, guarimbas, gases, perdigones, gritos y atropellos se ha construido una agenda pública que no ha podido ser evitada por los medios censurados o autocensurados y su contenido, trágico muchas veces, ha permeado a una población que atónita contempla el ocaso de un sueño de libertades y democracia, sin entender hacia dónde vamos en este concierto de inequidades.

No voy a realizar el análisis del origen y desarrollo de los eventos transcurridos porque este menester ha sido cubierto por colegas acuciosos quienes han penetrado en las causas y consecuencias inmediatas de una protesta que nació en la inocencia de un grupo de estudiantes tachirenses y no ha muerto en más de 10 ciudades a lo largo y ancho del territorio nacional en 24 día de lucha encarnizada.

¿Se han cometido errores? Sin duda que sí. Pero los mismos son la consecuencia y no la causa de una crisis engendrada en el seno de un gobierno incapaz de calibrar las necesidades de un país, que se muestra insensible ante el implacable atropello de la delincuencia y la impunidad con la que se maneja, que no se ha permitido entablar un diálogo sincero con los diferentes actores de una sociedad rasgada por la exclusión anárquica del resentimiento, de la revancha política, de la venganza social, de la maldad por maldad, de la inepta manera de encarar los errores más escandalosos como los derivados en la distribución irresponsable de miles de millones de dólares que sin retorno secaron nuestras finanzas y nos catapulataron a la deblacle económica que hoy vivimos, pesadilla edulcorada con discursos huecos de demagogos ignorantes del camino correcto que enderece el timón de un barco a la deriva.

Hoy más que nunca es urgente convocar a todos los sectores interesados en reconstruir un país devastado por una cleptocracia sin precedentes y sostenido tambaleante por la cómplice intervención del tutelaje de un grupo de militares quienes, poco a poco abandonan el proyecto original del pretor difunto y secuestran posiciones de gobierno civil en una tenaza de poder y represión que los convierten en jueces y parte de una realidad de trago grueso y amargo para quienes sufren la represión más salvaje que se recuerde en nuestra historia republicana.

Los Derechos Humanos, principios de convivencia universal son hoy pisoteados en Venezuela, los organismos creados con arreglo a fines muy específicos de aseguramiento del respeto de estos derechos son desconocidos de forma altisonante y vergonzosa. Solo nos respaldan las entelequias internacionales clientelares creadas para hacerse de nuestro crudo sin mayores erogaciones en cómodas y olvidadizas cuotas. Sobre esa panela de hielo otros tratan de amarrar sus repentinas simpatías por un régimen que busca en su entorno geográfico lo que no puede conseguir puertas adentro: Legitimidad.

Ya no se habla del lugar de nacimiento de quien aparece cedulado junto con su madre muchos años después de su nacimiento, ya no se habla del esperpento jurídico que lo colocó en la posición más favorable de una transición tramoyera, ya no se discute sobre el destino de aquellos cuadernos electorales que demostrarían resultados electorales diferentes a los leídos aquella noche de abril. Hoy se habla de las vidas que se pierden cada día entre los manifestantes, del abuso reiterado de los cuerpos militares, policiales, y paramilitares que se adueñan de los espacios de protesta pacífica para sembrar el terror entre sus participantes. Hoy se habla del manejo errado de una crisis evitable, del intento necio de apagar el fuego con gasolina, del discurso patotero que instiga a la violencia y que luego es siempre recogido con supuestas malas interpretaciones. Hoy se habla de las oposiciones que constituyen vectores divergentes de opositores enardecidos unos, frustrados otros, que no encuentran liderazgo ni derrotero seguro para sus nobles objetivos de oxigenar el tejido social de un país desgarrado por la imposición de una ideología sin más sustento que el apego patológico al poder.

Hoy, luego de escuchar al inquilino de Miraflores invitar a los estudiantes opositores a una reunión diciendo que los recibiría con un abrazo y un beso, hoy que leo una entrevista donde uno de los «líderes» de la oposición ignora con intención o sin ella, a quien con todos sus posibles errores y defectos tuvo la valentía de entregarse para ser sometido a una sesgada justicia, hoy entiendo que Venezuela ha llegado al Punto de No Retorno.

SI mañana todo vuelve a esa «normalidad» anormal que caracteriza a Venezuela, ya son muchas las circunstancias que han sido trastocadas. La clase media se ha levantado, las clases populares han visto de cerca la silueta de aquel 27Feb, los militares de alta, media o baja graduación no podrán verse a si mismos como ayer sin que el fétido hedor de la verguenza roce sus narices, algunas tapadas con billetes malhabidos, los estudiantes, incansables guerreros de la paz, habrán desbordado el liderazgo gastado de los diferentes partidos políticos de la oposición, del espacio denominado MUD que cumplió su labor en su momento, y ahora tal vez entiende que ese momento pasó. Personas como María Corina Machado y Antonio Ledezma habrán demostrado el talante democrático con el que fueron esculpidos y la resistencia del material con el que pareciera rompieron sus moldes. No importa, como dice aquella anécdota del repertorio popular, que saquemos los clavos de la madera, los huecos nos recordarán todos los días estos días de convulsiva realidad y de dudoso porvenir.

Ya el gobierno, históricamente hábil por transformar las amenazas en oportunidades, estará construyendo las justificaciones de la crisis económica a partir de las guarimbas del sureste caraqueño, ya comenzó el nefasto entrevistado de CNN a balbucear que si no quieres guarimba te ofrecemos comuna, ya se aceleró el proceso «legal» de atornillarnos un Estado Comunal que rechazamos en el 2007 y que el difunto ignoró imponiendo su heredero el anacrónico modelo que no es otra cosa que COMUNISMO, como debe referirse en todos los espacios y medios públicos del país y del exterior.

¿Volveremos a la «normalidad»? No lo creo. Creo que una parte del pueblo ha despertado y la otra podrá ser más cautelosa pero terminará rechazando un esquema de confiscamiento de la esfera privada del venezolano. ¿Los militares seguirán permitiendo la masacre de sus compatriotas a manos propias o de malandros con licencia? No lo creo. Creo que ese segmento de la Fuerza Armada digna y responsable aparecerá portando con autoridad una voz que detenga estos abusos. ¿Volverán los «líderes» de los partidos de oposición a ser los interlocutores silentes del soliloquio del régimen? No lo creo. Creo que como en toda crisis que llega al extremo de un caos anunciado, aparecerá una generación emergente de liderazgos comprometidos con la reconstrucción de la Venezuela donde cabemos todos, sin excepción.

No hay retorno. Venezuela cambió, y en ese cambio esperamos escuchar voces entusiastas que entonen himnos de libertad, propuestas de reconocimiento de las diferencias y de respeto por las mismas. Espero que todos salgamos a las calles, a contribuir en cicatrizar esas heridas que hoy desangran a la tierra de nuestros libertadores, y enlutecen los hogares de nuestras familias, y en esa esperanza que hoy cobijo, no cabe espacio para la duda. Solo puede existir el compromiso de aceptar el reto!!

Amanecerá y veremos…

@greyesg