¿Qué nos deja esta inédita campaña electoral? por Edgard Gutiérrez - Runrun
¿Qué nos deja esta inédita campaña electoral? por Edgard Gutiérrez

Ha concluido la campaña.

Para algunos una zafra electoral larga, demasiado larga. Me atrevería a decir que duró prácticamente 2 años, pues se inició –al menos en el mundo de las percepciones– inmediatamente los comicios parlamentarios concluyeron. Ese es el paradigma dominante hoy en el mundo político: la campaña permanente. Me han preguntado varias veces cómo definiría lo que hemos vivido en 2012, yo lo he resumido en un sólo término: inédito.

Sí. Esta campaña ha sido inédita, por lo menos en nuestra historia reciente.

¿Por qué afirmo esto? Tengo varios argumentos:

Opción Real de Cambio Político: Por primera vez desde 1998, mucho de la narrativa que se ha construido alrededor de esta elección es la posibilidad muy clara de que el Gobierno de Hugo Chávez sea desalojado de Miraflores por la vía de los votos. La historia que va desde 2004 a 2010 nos ha mostrado a una Oposición que –no exenta de errores y traspiés– ha venido creciendo lenta pero sostenidamente y que ha propinado derrotas al Oficialismo, pero no en eventos presidenciales. 2012 es el año en el que podemos afirmar que una materialización de un cambio político, tiene una posibilidad real

Ofensiva y Defensiva: Elegido Presidente, Hugo Chávez nos acostumbró a debatir en la agenda pública sobre lo que él quería y no lo que se debía. Cada domingo sus mensajes inundaban el mercado informativo y se discutía sobre ellos durante los próximos seis días, hasta que el ciclo comenzaba nuevamente. Ello luego cambió con el uso intensivo e implacable de las cadenas. El actual presidente siempre llevó la ofensiva estratégica. Esta campaña tuvo un signo completamente distinto: El candidato de la Oposición marcó permanentemente la agenda. Capriles decidió cuándo se habló sobre empleados públicos, inseguridad personal y soberanía alimentaria, regalos petroleros, etc. La campaña oficial llegó siempre después, reaccionando, a la defensiva.

Candidatura Legitimada: Con la realización de una elección abierta y en la que participaron varios partidos por primera vez, la Oposición legitimó su opción electoral por la vía popular contando además con un vigoroso respaldo. Más de 3 millones de personas se erigieron como el máximo árbitro de las diferencias opositoras. Salas Römer fue una decantación en 1998, Arias fue una triste única opción en 2000, Rosales fue ungido por consenso. Capriles, en 2012 contó además con un mandato muy claro: dos tercios de quienes acudieron a las elecciones lo escogieron a él.

Campaña Amplia y Profunda: Es la primera vez que un abanderado opositor puede dedicarle varios meses con preparación y anticipación a una tarea demasiado vital: recorrer la geografía nacional a todo lo largo y ancho del territorio, incluso volviendo más de una vez a varios sitios. Rosales en dos meses no pudo hacerlo. Esta era la única campaña posible frente al ventajismo comunicacional predominante y así fue. Ciertamente, hubo un contraste con la escasa movilidad del otro candidato, pero eso es harina de otro costal.

Disputa del Monopolio de la Agenda Social: Por muchos años, la Oposición estuvo siempre concentrada en hablar sobre temas eminentemente políticos: democracia, derechos humanos, libertad de expresión. No es que estos temas no sean importantes, pues lo son y muchísimo, pero aunque no nos guste en términos electorales no mueven votos. Fue Chávez quien hizo exclusivos de su comunicación temas como salud, educación y alimentación. Es 2012 el año en el que un abanderado distinto a quien gobierna, es quien habla de vivienda, empleo de calidad, educación. Capriles no sólo le disputó, sino que como afirmé más arriba, controló los términos del debate. Ahora es Chávez quien habló de soberanía, e independencia… categorías etéreas y alejadas de las necesidades de la gente.

Negativos, negativos, negativos: Es la primera vez que el Gobierno concentró su campaña en medios privados para criticar a su oponente. Diversas piezas televisivas pautadas en Televen y Venevisión (los de mayor alcance) se dedicaron en una proporción razonablemente alta no a hablar de Chávez, sino a criticar la gestión de Capriles en Miranda como gobernador. Además, muchos de los discursos del propio aspirante a la reelección se concentraron exclusivamente en hablar del otro, no de él… A veces, la más de las veces, esto terminando por reforzar los marcos que propone a quien atacas… Ello sin hablar de la despiadada “propaganda negra” que dominó el mes de septiembre. Aunque usted le parezca difícil de creer, siempre las campañas del chavismo (al menos las publicitarias) se concentraban fundamentalmente a reforzar sus positivos. Esta vez no. Inédito.

¿Qué no vimos en esta campaña?

Un debate de altura: Distinto a la competencia en las primarias, el país no pudo disfrutar de un debate sin descalificaciones. No hubo intercambios civilizados entre los contendores.

Observación Electoral: Algo preocupante. No hay un tercero reconocido por las partes que pueda avalar los resultados que conoceremos el próximo domingo.

Hechos Extraordinarios: Aunque muchos invirtieron horas y litros de tinta en insistir que los tristes episodios de Amuay o Cúpira fueron “parteaguas” de la campaña, no lo fueron. No alteraron en nada el devenir de esta elección. Reforzaron las posiciones de quienes critican o acompañan al Gobierno. Eso, lamentablemente, suele ocurrir en países altamente polarizados.

Así que vimos muchas cosas nuevas en esta campaña. Por lo menos desde 1998. Así resumo mi balance de una jornada comicial, sobre la que se hablará en Venezuela por décadas.

Me despido tan sólo hasta mañana, en el que publicaré mi último artículo preelectoral. Será en la red social Twitter, en mi cuenta personal, donde ofreceré mis consideraciones sobre este importante domingo. Lo invito a que me escriba para que podamos seguir la conversación. Allí estoy como @gedgard