Legitimidad Forzada por Gabriel Reyes - Runrun
Sendai Zea Dic 19, 2013 | Actualizado hace 10 años

maduro-ilegitimo

Después de escuchar y leer recientemente con tanta frecuencia el término “legitimidad” de forma laxa y coloquial, o de forma rígida con ribetes academicistas, me pregunto si el ciudadano de a pie maneja con propiedad su alcance y significado.

La legitimidad nace del reconocimiento voluntario a la autoridad de una parte relevante de la población que asegura la obediencia sin necesidad que medie la fuerza, buscando siempre el consenso que garantice esa paz social que se traduce en lo que muchos denominamos “gobernabilidad”.

Tal vez este enfoque se distancia del que se ha venido manejando sobre las acepciones de la legitimidad de origen y la de desempeño, y ubica su significado en un plano más humano y más cercano a las relaciones que definen el clima político del país.

La reunión de anoche de Nicolás Maduro con los alcaldes y gobernadores que no son sus aliados consistió en la búsqueda de una legitimidad desvirtuada, perdida entre resultados electorales poco transparentes, lugares de nacimiento imprecisos, y un desempeño muy efectista y muy poco efectivo.

Tal vez todo comenzó torcido cuando la invitación fue mediatizada por las condiciones ya conocidas de un reconocimiento forzado a su persona y a este “instrumento” denominado “Plan de la Patria”. Era pública y notoria la amenaza a quienes no aceptaran los planteamientos formulados de no tener acceso al encuentro con el que desea ser reconocido. Y también es pública y notoria la necesidad de los recién electos de disponer de forma equitativa de la distribución de nuestras riquezas para que sus ciudadanos no sigan viviendo como “venezolanos de segunda”.

La necesidad arrodilló a algunos, quienes regalos y abrazos ofrecieron al personaje que hasta ayer los calificaba de “apátridas” y “corruptos”. Con dignidad y verbo inteligente otros aprovecharon la oportunidad para reclamar hechos ciertos que debían tener una tribuna para ser ventilados a todos los venezolanos, y a otras latitudes también.

No puede pedir ser reconocido quien no reconoce a los demás. El mecanismo perverso de otorgar premios de consolación a las viudas del 8D desnuda el talante poco respetuoso de quienes no asimilan las lecciones que la democracia y el pueblo en el ejercicio de su voluntad han manifestado. El montaje de estructuras paralelas, carentes de organicidad, ajenos a la agenda de los mandatarios electos, obliga a la reflexión al convocante de Miraflores.

La segregación paulatina pero indetenible de la descentralización como mecanismo efectivo de progreso real para nuestros pueblos también fue reclamado por quienes expresaron a viva voz la necesidad de rescatar los logros alcanzados en esta materia. La aceptación de un régimen no lo hace democrático. El consenso no se decreta, se construye con elementos básicos como el respeto, el reconocimiento y la buena voluntad.

La referencia que hizo el alcalde Blyde fue un llamado a la cordura de quienes pretenden embutir un panfleto ideologizante como ley de la República ignorando los principios esenciales de toda democracia efectiva. Esto deja sobre el tapete uno de los temas obligatorios de un debate entre las partes, considerando la sugerencia del alcalde Ledezma como válida y pertinente sobre la materia energética.

Anoche se demostró que la oposición se maneja bajo signos de tolerancia y pluralismo, pero con dignidad y propuesta. Esta reunión no decreta la paz. Esta reunión no fue la coronación de Maduro. En esta reunión, el Gobierno y la oposición venezolana que pudo disfrutar de un rato de latifundio radioeléctrico, se comprometieron en comunicarse para lograr entendimientos, y este compromiso no se valida a la fuerza porque la legitimidad es como el respeto, no se impone, se gana…

Amanecerá y veremos…

@greyesg