¿Un televisor que se ordeña y da leche? por Cipriano Heredia - Runrun

tv En medio del festín limpia-anaqueles que ha desatado el gobierno para obtener beneficios electorales ante su evidente declive, resulta tremendamente interesante indagar la opinión de quienes hacen las colas para comprar electrodomésticos y otros artículos cuyo remate el gobierno ha impuesto, porque uno pudiera pensar que todo el mundo sale contento de las tiendas tras adquirir un televisor, una nevera o una lavadora a precios bajos, pero no necesariamente es así. De hecho, hay quienes salen totalmente contentos y aplauden las medidas, hay quienes salen muy molestos y se sienten engañados, y hay quienes compran aprovechando la oportunidad, pero tienen por dentro una válida y creciente interrogante sobre la conveniencia de lo que se está haciendo.

En ese sentido, este servidor puso especial atención a unas entrevistas que hacía un canal de TV a las puertas de un establecimiento y le resultó muy llamativo que una persona saliera quejándose porque después de hacer 48 horas de cola, al entrar ya no había el producto que quería, con lo cual se sintió muy desilusionada. A su vez, en otro canal, un señor decía muy molesto que se sentía «estafado», ya que si bien la nevera que necesitaba valía menos, él no contaba tampoco con la cantidad de dinero que le pidieron para vendérsela. De igual forma, en un medio impreso declaraba un señor que sí salió contento, pero que asomó en forma de duda lo que ya está ocurriendo: «compré un televisor barato. Ojalá esto continúe así y no sea sólo hasta que se acabe la mercancía», mientras que una señora lanzaba esta lapidaria reflexión: «esta situación es una ventaja y una desventaja. Uno aprovecha y compra, pero nadie más querrá invertir en el país».

Mi estimado señor, efectivamente ya se acabó lo que había en las tiendas y en los almacenes. Ahora sólo queda lo que ya había llegado a los puertos. ¿Y luego? Mi estimada señora, asimismo es, después de esta borrachera lo que viene es un ratón del tamaño de un canguro gigante, porque el gobierno metió a toda la empresa privada y el comercio en un mismo saco, engañando vilmente al pueblo haciéndole creer que aquí todo el mundo importa mercancía con dólares a Bs. 6,30, cuando la verdad es que las principales asignaciones se las han dado a sus amigotes para hacer negocios oscuros, mientras que el grueso de las empresas deben importar a dólar paralelo. Juicio y cárcel a los usureros que especulan, pero cuidado con las generalizaciones, y no perdamos de vista quien creó el control de cambio y quien destruyó el aparato productivo nacional, después de haber expropiado más de 1.000 empresas, confiscado más de 4 millones de hectáreas y provocado el cierre de más de 8 mil industrias, haciéndonos más dependientes de las importaciones que nunca. La crisis es responsabilidad del gobierno, y su profundización a estos niveles es culpa directísima de Nicolás Maduro.

Para enfrentar lo que viene, que no es otra cosa que una escasez brutal, el gran anuncio del gobierno es un convenio con una conocida empresa asiática para importar cientos de miles de electrodomésticos. Ya por allí vayamos asumiendo que de aquí en adelante habrá una sola marca de esos aparatos en Venezuela, pero ese es un problema menor frente a lo verdaderamente importante: los alimentos han desaparecido de los mercados. En Caracas, por ejemplo, la escasez de aceite y de leche supera el 90%, azúcar el 80% y harina de maíz el 70%. Como si esto fuera poco, en el caso de la leche la situación se agravará, ya que no llegará más leche importada hasta finales de enero. La demanda nacional es de 210 millones de litros mensuales, pero sólo producimos 120 millones en el país y el 80% de eso se usa para hacer queso.

Por eso nos imaginamos que los televisores que Maduro encargó vienen con una ubre electrónica que da leche, porque aquí no hay suficiente y no habrá por un buen rato. Eso sí que es un problema que no se resuelve con cadenas, decretos intervencionistas y más controles. Todo lo contrario. La política económica comunistoide agravará la situación. Tal vez por eso Cabello lucía feliz al aprobar y entregar la Habilitante.

Diputado al Consejo Legislativo de Miranda y Subsecretario de ABP

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Fuente: www.eluniversal.com