Iris Varela: ¿Una gestión exitosa? por Humberto Prado @HumbertoPradoS - Runrun

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El pasado 18 de agosto pudo conocerse a través de diferentes medios de comunicación, que el líder de la Cárcel Nacional de Maracaibo, Pedro Caldera, había sido asesinado por funcionarios del Cicpc en un “expendio ilegal de licores en el barrio Los Robles al sur de Maracaibo” ( Últimas Noticias, 18/08/13). Con la muerte de Caldera se desató un enfrentamiento a tiros dentro del penal, presuntamente para establecer quién sería el nuevo líder. Otro hecho de violencia dejó seis internos y un visitante muertos que lamentablemente se suman a nuestras alarmantes cifras de situación penitenciaria.

Nueve días después, Hugo Enrique González Rico, también privado de libertad de Sabaneta, fue capturado en el estacionamiento del centro comercial La Misión.

Al leer tales noticias, surgen varias inquietudes.

En primer lugar, ¿por qué estos internos estaban en la calle? Si la custodia interna está a cargo de funcionarios del Ministerio de Asuntos Penitenciarios y la externa es ejercida por la Guardia Nacional, ¿quién permitió o autorizó la salida de estos muchachos? ¿Dónde estaba el director del recinto (responsable de velar ­entre otras cosas­ por los ingresos y egresos del penal) cuando estas nuevas modalidades de “evasión” ocurrieron? Sin duda alguna, se trata de hechos que expresan los males de un sistema penitenciario que, lejos de mejorar tiende a agravarse. Una vez más se evidencia la falta de control de las autoridades y la existencia de redes de corrupción en las que se maneja inclusive la salida temporal de la cárcel.

Hasta el momento, la ministra Iris Varela no ha respondido al país cómo es posible que esto ocurra. ¿Recuerdan cuando declaró: “pranes no hay y el que los conozca que diga quiénes son”? Pues la realidad penitenciaria indica que aún existen. Además, las cárceles continúan siendo lugares en los que se trafican armas; una muestra de ello es el tiroteo que duró más de dieciséis horas en Sabaneta y, que no sólo puso en vilo a los privados de libertad, sino a la población que reside en los alrededores del penal.