Acerca de militares árbitros y aviones retenidos
Por principios y por la experiencia nefasta de tantos países y épocas, ni promuevo, ni anhelo y tampoco respaldo que el árbitro de la sociedad y sus conflictos sean los militares. Ni Pinochet, Videla, Chávez, Pérez Jiménez, o esos de Egipto cuyos nombres no conozco. “Una cachucha” decían algunos a finales de los 90. Y ya vimos el pésimo resultado. Los militares a su oficio y labor, no a decidir gobiernos. En todo caso, extrapolar la situación de Egipto a la de Venezuela es absurdo. Son dos historias y dos realidades que nada tienen que ver una y la otra.
Inaceptable que sean los militares egipcios los que decidan cambiar el gobierno. ¿Cada vez que no les guste un gobierno o que hayan manifestaciones quedarán autorizados a dar un golpe de estado?. Peligroso e inaceptable. Por ello, quizás la declaración mas razonable de las que he leído sea la de Obama exigiendo que se instale un gobierno civil “de inmediato” y se convoquen elecciones –también de inmediato-.
Así como digo eso, advierto también que es cierto que cientos de miles de manifestantes, quizás millones, buena parte del pueblo, en la calle, se rebeló contra un gobierno como el de Mursi, que si bien en su origen fue electo popularmente, se deslizaba cada vez mas hacia el abuso, el autoritarismo y la imposición político-religiosa. Negando la convivencia entre los distintos sectores de la sociedad. Pretendiendo hegemonías y uniformidades. Cada vez mas sectario e intolerante.
Esos son los problemas de los fanatismos y los fundamentalismos, pero sobre todo, el resultado nefasto de la inexistencia de instituciones democráticas sólidas y arraigadas en la sociedad. Eso que suena aburrido pero que llaman “separación e independencia de poderes”, es vital. Pero tan importante o mas es que la sociedad misma tenga los contrapesos al poder en poderes regionales y municipales, gremios y sindicatos, universidades libres, empresas privadas sin monopolios ni estatales ni privados, multiplicidad y cero concentración de mando en los medios de comunicación. Un ambiente de tolerancia que en ningún caso considere que solo los suyos son legítimos mientras que los demás, los que piensan de otra manera, son “enemigos”. O son “sospechosos”.
Mursi y su grupo también son culpables de este desenlace muy negativo, como antes lo fue Mubarak, modernizador en muchas cosas, pero inaceptable dictador en asuntos fundamentales. En fin, que Egipto lo que necesita es desarrollar su cultura democrática incipiente, crear instituciones y sembrar al país de tolerancia. No que los militares sean árbitros ni tampoco que el gobierno sea sectario y excluyente. Tarea nada sencilla que con mucho esfuerzo llevará mas de una generación.
El avión de Evo
Aunque Evo Morales es un tipo muy atrasado y retrógrado que considera a las mujeres como objeto secundario de la sociedad o que la homosexualidad proviene de “comer tanto pollo”, nada de eso tiene que ver con la actitud inaceptable de Francia (y su gobierno socialista tan alabado por Maduro hasta antier) y de Portugal (y su gobierno de derecha tan alabado por Chávez y Maduro por los negocios) de negar la autorización de aterrizaje y sobrevuelo al avión presidencial de Bolivia.
Uno supone que ellos han podido tener muchas otras formas de verificar que el “espía” Snowden no viajaba allí de incógnito. Incluso verificando con el “socio y aliado” Vladimir Putin quien dos días antes dejó claro que “solo le daremos asilo a Snowden en Rusia si se compromete a cesar de hablar y hacer públicos los datos que tiene de la acción del gobierno de EEUU porque para nosotros es mucho mas importante preservar la amistad estratégica con nuestro aliado que es EEUU”. Eso dijo “el hermano Putin” aunque en VTV y Telesur censuren esa noticia para seguir engañando a sus seguidores manipulándolos.
En fin, lo de esos gobiernos europeos es una torpeza inaceptable. De todos modos, los discursos “anti imperialistas” falsos del gobierno de la falsa revolución de Venezuela son puro aguaje. Trampas caza-bobos, se las llamaba antes. ¿Van a romper los negociones (y con ellos las enormes comisiones para engordar riquezas) de los contratos ya acordados con esos dos gobiernos europeos y con ricas transnacionales de allá?. ¿No le venderán mas petróleo ni le comprarán mas gasolina (y de todo por valor de 19 mil millones de dólares anuales) al “imperio”?.
Carlos Andrés Pérez, que jamás fue santo de mi devoción, fue mas consecuente con sus convicciones políticas democráticas y progresistas, cuando montó en el avión presidencial venezolano, allá por 1976, al proscrito y por entonces joven líder del socialismo democrático español Felipe González y hacerlo bajar por la escalerilla trasera justo cuando lo recibía el Rey Juan Carlos. Fue un gesto para forzar los aún tímidos avances de la naciente democracia española. ¡Lástima que el Psoe y el PP de éstos tiempos hayan preferido los buenos negocios para España antes que la solidaridad con la golpeada democracia venezolana de estos años!. Igual que Chile, Uruguay y Argentina que tanta solidaridad democrática recibieron del pueblo y de los gobiernos venezolanos cuando las brutales dictaduras del cono sur los asolaron.
Damián Prat C
@damianprat
