Chavismo 1.2 por José de Bastos - Runrun
Sendai Zea Feb 13, 2013 | Actualizado hace 11 años
Chavismo 1.2 por José de Bastos

A pesar de llevar más de dos meses ausente del país, el Presidente Chávez sigue estando muy presente en todos los mensajes, declaraciones, posturas y manifestaciones de quienes lo han relevado al mando desde que se fue a Cuba. Tanto Maduro como Cabello saben bien que necesitan que siga estando en la memoria de todos sus seguidores, y sobre todo que éstos crean que las decisiones que la dupla comienza a tomar, están respaldadas por el Comandante-Presidente.

El anuncio de la devaluación, unido al de la inflación de enero, a pesar de haberse realizado el viernes previo al carnaval, no ha podido pasar desapercibido. Demuestra la debilidad de la economía venezolana y afectará la vida diaria del venezolano de a pie, sobre todo en un país tan dependiente de las importaciones.

Es además la primera decisión de importancia que deben tomar quienes dirigen el gobierno sin una alocución o aparición del Presidente Chávez. Es la primera prueba de fuego para la dupla Maduro-Cabello, y sobre todo, el primer gran reto para el “chavismo sin Chávez”.

Hasta finales de diciembre pasado, cualquier decisión o situación incómoda, el gobierno la enfrentaba con el liderazgo carismático y casi religioso de su máximo y único líder. El personaje Chávez daba para todo, y por eso sus constantes molestias en vivo y directo, sus críticas, incluso sus regaños a la población venezolana eran aceptadas con mínimas consecuencias electorales.

Sólo una Reforma Constitucional cargada de innumerables temas polémicos, sumada a la decisión de sacar del aire un canal de televisión, hirieron severamente la favorabilidad de Chávez ante la mayoría de los venezolanos. De resto, inflación, desabastecimiento, devaluación, criminalidad, basura, mal estado de las carreteras, avenidas y calles, fueron siempre superados por el carisma del Presidente y el abundante ingreso petrolero, suficiente para ponerle “curitas” a los agujeros.

De ahí que la meta tácita de este “nuevo” gobierno sea la de que no existe tal novedad, y de insistir que es Chávez quien sigue en el poder. Por eso la negativa a declarar su ausencia temporal, por eso las constantes visitas a Cuba, por eso las comunicaciones imprecisas y vagas, que sin embargo, siempre subrayan “el interés del Presidente Chávez en los acontecimientos del país” y “sus órdenes sobre los pasos a seguir” en determinada circunstancia.

Envueltos en ese manto, Maduro y Cabello han iniciado persecuciones, reales o aparentes, en contra de dirigentes políticos de oposición y sus aliados, han maniatado la Constitución y las Leyes, no han querido mostrar ni una pizca de humanidad con los presos políticos y mantienen su mano dura contra la empresa privada. Todo tal cual como lo haría el Comandante, o peor aún para que no queden dudas.

Hasta el anuncio de la devaluación, la situación interna del chavismo se mantenía en calma, o al menos bien hacían en aparentar que todo estaba normal. Sin embargo, esta decisión económica, que podría sentirse con fuerza en la vida de la población y con ello generar molestias y desafecciones políticas, enciende las alarmas entre algunos cuadros medios de la revolución.

El Partido Comunista se atreve a alzar la voz, así como ciertos articulistas de la influyente web aporrea.org. Si bien es cierto que el Presidente Chávez también recibió algunas críticas en el pasado desde estas dos trincheras, en esta oportunidad no habrá de su parte una respuesta contundente para “ponerlos en su sitio”. Estas críticas quedarán en el aire y, cuando el bolsillo empiece a sufrir, la molestia podría crecer entre los seguidores del oficialismo.

Por eso la tarea del binomio que ahora nos manda es insistir en que es Chávez quien sigue en el poder, alejar lo más posible la responsabilidad de sus propias manos, estirar al máximo ese manto “divino” para que, como en tantas otras ocasiones, la mayoría de la población perdone al gobierno por sus errores.

No parece, sin embargo, que el cuento vaya a ser creído por completo, y más temprano que tarde este chavismo sin Chávez empezará a sufrir lo mismo que casi todos los gobiernos del mundo: el desgaste por los problemas ocasionados por sus malas decisiones y erradas políticas. Ahí veremos si este extraño modelo 1.2 pasa definitivamente a ser la nueva versión.

 

@JDeBastos