La Navidad que viene por Darío Ramírez
Darío Ramirez Nov 25, 2014 | Actualizado hace 9 años
La Navidad que viene por Darío Ramírez

Navidad

 

La navidad antes se caracterizaba por un bochinche continuo de un mes, las familias grandes se reunían por estas fechas a hacer hallacas para regalar entre sus conocidos y amigos. El 24 y el 31 se armaban las grandes comelonas de hallacas, ensalada de gallina, pan de jamón, dulce de lechosa, turrón de jijona, torta negra y las particularidades de cada hogar. Ya entrada la noche los mas jóvenes se iban de rumba y amanecían en la calle celebrando.

Esa era la navidad del venezolano, entre fuegos artificiales ensordecedores, se vivía la época más alegre del año. Pero la navidad que viene dista mucho de eso, la caída de los precios del petróleo nos tiene hundidos en la peor de las crisis económicas jamás vividas. Somos el país con la mayor inflación del mundo, que nos ha llevado a una escasez sin precedentes, y así se nos va desmoronando la navidad. Para empezar, la inseguridad se ha encargado de que la opción de salir en la noche sea, no un riesgo, sino ya prácticamente una insensatez.

A pesar de que el arbolito de Swarovski en el Centro Comercial Líder quiera dar la impresión de un gran Mall de variedad y lujos, comprar un regalo es básicamente imposible, empezando porque no hay variedad y lo poco que se consigue es a precios impagables, dejando al arbolito de diamantes como una gran ironía.

Aquellos que podían costear un viajecito, hoy solo lo anhelan, no existen pasajes sino para dentro de meses, a precios elevados y solo se puede ir con una cantidad limitada de divisas. Si se quiere quedar en Venezuela pues tiene que tener carro porque tampoco hay pasajes internos, y tomar el riesgo de las carreteras oscuras y peligrosas donde si no te cobra un malandro lo hace algún hueco o una lluvia, no parece ser la mejor opción para unas navidades alegres.

Las hallacas en familia ya no son para regalar, si se consiguen los ingredientes hay que racionarlos e inventarse una, para que duren todo el mes o, peor, se hacen las hallacas contadas para la cena del 24 y la del 31 y listo. Hay que tener el pesebre de hace algunos años porque pensar en uno nuevo desajusta el presupuesto de muchos. Pero este régimen tiene el descaro de seguir jugando con la economía y burlarse de la gente con supuestos aumentos que solo alcanzan para una empanada.

Eso nos lleva a un estado de tristeza al pensar que la navidad ya no será una época de felicidad, aunque el venezolano siempre se inventa algo, la depresión cada vez se va haciendo más popular. Podemos seguir cayendo por esta espiral de depresión y dejarnos socavar por estos malandros que desgobiernan y destrozan al país y a su gente sin importarles nada.

Podemos dejarlos “ganar”, podemos dejar que se sigan burlando en nuestras caras colocando a sus hijas como estrellas de pop mientras un joven venezolano no puede aspirar a nada en su propia tierra. Mientras miles de estudiantes inocentes enfrentan procesos judiciales, mientras decenas aún son torturados, mientras los que murieron en febrero, siguen sin justicia y sus familias estarán en luto para siempre.

Claro que podemos regalar el país, esa es una opción. Dejar que las navidades arruinadas de todos sean algo normal, que al país se le sigan yendo los jóvenes al exilio voluntario u obligado y que familias se sigan separando y sus navidades no sean las mismas. Y que esas cientos de miles de familias que han perdido a un integrante en manos del hampa o del régimen, pasen por debajo de la mesa como cifras. Que las familias hoy separadas por prisiones injustas se mantengan en ese sufrimiento por años.

Pero me niego rotundamente, porque esa es la opción de no hacer nada, de dejar pasar las cosas evitando un supuesto mal mayor, ¿Qué más vamos a hundirnos? ¿Y qué mal estarías evitando si igual quedarte de brazos cruzados es el mal mayor? No hay motivos para dejar de luchar, por el contrario esta miseria nos tiene que impulsar a generar mecanismos de lucha que nazcan de la gente. La constituyente sigue siendo la mejor manera de organizarnos y enfrentar un cambio real de fondo al sistema corrompido.

Frente a lo que viene esta navidad, lo que queda es aferrarse duro a la familia. Ojalá de todo esto nazca al menos de nuevo el sentimiento de que me importe mi vecino, que tengamos que compartir para darnos cuenta que la miseria es igual para todos pero que la salida a ella también es un trabajo en conjunto.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda