El desbarajuste cambiario y la investigación universitaria por Félix Tapia - Runrun

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El panorama para 2014, es más oscuro, con una inflación oficial cercana al 60%, aumento o ausencia de boletos aéreos, compañías proveedoras de insumos cotizando a dólar libre, entre otros, por lo que consideramos que todo el presupuesto se utilizará en mantener lo poco que queda en investigación

Basta con recorrer los pasillos y cafetines de nuestras universidades para constatar la poca presencia de estudiantes y profesores haciendo vida universitaria. Ya es cosa del pasado, el gentío que pululaba por espacios de nuestras casas de estudio, aprendiendo, estudiando, discutiendo, bailando, pensando e investigando.

Años de recortes presupuestarios han afectado los tres pilares universitarios de docencia, investigación y extensión. Por un lado ya no es atractivo trabajar en la universidad. Los malos salarios, la merma en los programas para el mejoramiento del personal y la desmejora en los seguros de vida, conspiran contra la calidad de vida del universitario. Tampoco es atractivo estudiar en las universidades. Existen carreras que han perdido el interés de los jóvenes, otras ya no se dictan como antes, por ejemplo, las carreras prácticas que adolecen de laboratorios, salidas de campo o de pacientes.

Impacto del control cambiario sobre la investigación universitaria

Si se considera que la investigación universitaria no es solo realizar proyectos científicos sino que involucra también la formación de recursos humanos en el país y el exterior, cualquier devaluación o cambio en el estatus cambiario afecta duramente. Desde 2009, las universidades nacionales autónomas sufren un recorte presupuestario del 7%, el cual afectó principalmente a la investigación universitaria con una reducción presupuestaria del 20-25%. El Núcleo de Consejos de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y Equivalentes (CDCHT), ha protestado este recorte desde 2009.

A excepción de un llamado a conformar proyectos para su financiamiento por parte de Opsu/Fonacit a mediados de 2013, el único financiamiento posible para las universidades nacionales autónomas eran sus respectivos CDCHs. Los cuales en los mejores casos, financian proyectos de grupo con un tope de Bs. 300.000, monto miserable cuando se compara con nuestros pares latinoamericanos como Colombia, Chile, México y Brasil.

A partir de 2009 en el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela (CDCH-UCV), se redujo a la mitad el número de convocatorias para proyectos. Tradicionalmente la misma era de carácter anual y en los últimos cinco años se han realizado cada dos años. Como ejemplo del efecto inflacionario comparemos la convocatoria de 2009 con 235 proyectos y la de 2011 con 223; la del año 2009 necesitó de Bs. 17.197.005 y la de 2011 Bs. 19.440.775. Cabe destacar que el presupuesto total del CDCH UCV ronda alrededor de 15.000.000 bolívares, y solo gracias a aportes especiales del Vicerrectorado Administrativo y al aporte anual a la investigación universitaria de la Fundación Fondo Andrés Bello se han podido financiar las convocatorias. Siendo importante destacar que los presupuestos para financiar investigación son aún más bajos que el de la UCV.

En relación con nuestros docentes y sus estudios de cuarto nivel en universidades destacadas del mundo, cuando llegamos en 2008 a coordinar el CDCH-UCV teníamos unos 80 profesores en exterior, en los últimos dos años solo pudimos financiar una veintena.

La falta de recursos más los continuos cambios de providencias por parte de CADIVI han dificultado la salida de nuestro profesores investigadores al exterior. Menciono algunas de estas trabas por parte de CADIVI: 1) Eliminación del pago de divisas para las matrículas; 2) Eliminación de divisas para el grupo familiar; 3) Reducción del pago en divisas de los seguros de vida a 90 días, en lugar de los 12 meses que se venían pagando; 4) Eliminación del pago de divisas para carreras que nos están en la lista de carreras prioritarias.

Áreas de investigación más afectadas en la UCV

Todas las áreas han sido afectadas. Destaca el caso de los proyectos experimentales que dependen de insumos provenientes del exterior y son muy golpeados por los altos precios del mercado externo e interno. De la misma forma, se han afectado las investigaciones en ciencias sociales y humanísticas, al ser algunas discriminadas por no ser consideradas carreras prioritarias.

Algunas cifras del descalabro

Los recortes, cambios de providencias para la adquisición de divisas, etcétera, han afectado la investigación universitaria en su totalidad. Nuestras cifras evidencian que para financiar el mismo número de proyectos de 2009 en 2011 se requiere un 60% más de dinero.

De la misma manera se puede decir que para financiar en el año 2012 el mismo número de profesores cursantes de doctorados en 2009, se requirió un 35% más de presupuesto. El panorama para 2014, es más oscuro, con una inflación oficial cercana al 60%, aumento o ausencia de boletos aéreos, compañías proveedoras de insumos cotizando a dólar libre, entre otros, por lo que consideramos que todo el presupuesto se utilizará en mantener lo poco que queda en investigación.

Cómo afecta el descenso de la investigación universitaria al país

Una universidad que no genera conocimiento, no es una universidad. Si es verdad que se necesitan más profesionales, no es menos cierto que deben existir universidades generadoras de conocimiento. Sin investigación no hay generación de conocimiento. Sin investigación no hay buena docencia. En el futuro, Venezuela debe evaluar la co-existencia de universidades profesionalizantes y universidades gestoras del conocimiento que sean competitivas en el exterior. Así como es importante tener un Pastor Maldonado para que destaque lo mejor del gentilicio nacional, deberíamos tener más científicos formados en nuestras universidades. Venezuela sería un mejor país si todos fuésemos bachilleres, y más aun si fuésemos todos universitarios. Después de todo, la clase media venezolana se constituyó gracias a las universidades.

@ftapia