¡Los viejos terroristas financieros! por Carlos Dorado
¡Los viejos terroristas financieros! por Carlos Dorado

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¡Los últimos directores del Fondo Monetario Internacional (FMI), han resultado ser un peligro social! El penúltimo de ellos; el francés Strauss-Kahn, está procesado por delitos de acoso sexual a una empleada de hotel. Ahora, la actual Christine Lagarde; arremete contra las personas mayores sugiriendo lo que se debe hacer para que no vivan tantos años porque “son una amenaza para la economía.

En el informe del FMI que se publicó en 2015 analiza el denominado “Riesgo de longevidad de la población”, e identificaba como una amenaza que las personas mayores vivan más de lo esperado, y un serio riesgo sobre las finanzas de las corporaciones y los bancos; y recomendaban ciertas medidas estructurales severas.

José Viñals, indicaba lo siguiente: “Vivir más, conlleva un riesgo financiero importante principalmente para los Bancos. Nos va a costar más como individuos, a las Corporaciones y a los Gobiernos. Por eso debemos preocuparnos ahora por los riesgos de la longevidad, para que los costes no nos atosiguen en el futuro”.

Ahora resulta que las personas mayores pasaron a ser una especie de “Terroristas del mundo financiero”, cuyo pecado es vivir un poco más de lo normal; en otras palabras: El llegar a ser viejo. Yo pienso exactamente lo contrario; y creo que las personas mayores deberían ser motivo de respeto y veneración, y un activo para la sociedad, producto de su experiencia,  porque han conseguido lo más difícil en la vida: ¡Llegar a viejos!

Muy a nuestro pesar, el amor y la belleza juvenil dura poco; y dejan paso a otro amor, y se pasa a tener otra belleza más pausada y serena, que no es mejor ni peor, es distinta; pero es más duradera. Ser viejo requiere mucha dignidad, y por ello son dignos de respeto.

¡El joven conoce las reglas; pero el viejo las excepciones! Envejecer no es fácil, es es como escalar una gran montaña; mientras se sube y se sube, las fuerzas van disminuyendo, pero en cambio la mirada es más libre, la vista más amplia y más serena. ¡En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos!; y ambas etapas pueden ser el cielo, pero también el infierno.Compartir frase en Facebook

Por eso es malo el empeñarse en prolongar la juventud, creando fantasías poco inteligentes y frustraciones que de hecho, aceleran el envejecimiento. La cuestión ya la planeó Karl Jung cuando dijo: “Todos nacemos originales y podemos morir siendo copias”. Por eso, seguir siendo nosotros mismos, cuando somos viejos, es un arte.

Ese arte de envejecer conservando la esperanza y la dignidad, estando conscientes de que envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles: El establecimiento de un pacto honrado con la soledad, con la realidad, y con el agradecimiento de haber podido llegar, hasta donde se ha llegado.

Pero es normal, que  una persona sienta la incertidumbre del final del camino. Es normal, que el recuerdo comience a ser más fuerte que la esperanza. Es normal, que se tenga más alegría por el pasado que por el futuro. Es normal, que se quiera conservar más que crear. Es normal, que  compare lo que fue, con lo que se es.

Mi madre solía decirme: “Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer”. Envejecer es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo. Qué gran libro es la vejez. ¡Lástima que el hombre tenga que morirse cuando comienza a leerlo con provecho!

¡Qué vivan esos viejos terroristas financieros!

cdoradof@hotmail.com