¡El hijo que se fue! - Runrun
Carlos Dorado Ene 08, 2017 | Actualizado hace 7 años
¡El hijo que se fue!

maiquetia

Jackson Brown era un padre, que como la mayoría de los padres, tenía como preocupación, la felicidad de sus hijos. Por eso cuando uno de ellos se fue a una universidad lejos de su casa, le escribió una serie de consejos, con la esperanza de que su hijo los leyera de vez en cuando, y supliese un poco la ausencia de los padres; pudiendo así tener una guía en la nueva vida que iba a comenzar solo.

Su hijo, una vez que llegó a la universidad los leyó, y se emocionó tanto que decidió sacarle fotocopias, y las entregaba en mano a cada una de las personas que iba conociendo. Con ello, llegó a tener tanto éxito que una editorial decidió pedirle autorización al Sr. Brown para publicar un libro que titularon: “El pequeño libro de las instrucciones de la vida”; que rápidamente se convirtió en un éxito de ventas a nivel mundial, siendo traducido a varios idiomas.

Recién estrenado el año, y tomando en cuenta la cantidad de venezolanos que tenemos hijos que se nos fueron, creo que sería muy oportuno reproducir aquí la mayoría de los consejos, como un homenaje a esos hijos que se fueron, y también a los padres que se quedaron.

“Querido hijo:

Cásate con la persona correcta. De esta decisión dependerá el noventa por ciento de tu felicidad o tu miseria.

Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis; busca que sea fuerte donde tú eres débil, y viceversa.

Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.

Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.

Maneja autos que no sean muy caros, pero date el gusto si puedes, de tener una buena casa.

Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena impresión.

No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo; ya lo saben.

Recuerda, que se logra más de las personas mediante estímulos que por reproches (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).

Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.

Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo pesado.

Haz lo correcto, sin importar lo que otros piensen.

Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde la tuyas.

Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.

Recuerda el viejo proverbio: sin deudas; sin peligro.

Confía en Dios, pero cierra tu carro con llave.

Nunca confundas riqueza con éxito.

No pierdas nunca el sentido del humor, y aprende a reírte de tus propios defectos.

Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios

No olvides que el silencio es a veces la mejor de las respuestas.

No deseches una buena idea por el simple hecho de que no te gusta de quien viene.

Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte de nuestra vida encima de él.

No confundas confort con felicidad.

Escucha el doble de lo que hablas.

Cuando necesites un consejo profesional; pídelo a profesionales, y no a amigos.

Nunca envidies; la envidia es el homenaje que la mediocridad rinde al talento.

La felicidad no es una meta; es un camino: disfrútalo mientras lo recorres.