Bares de Rusia: los más agradecidos con el Mundial #Rusia2018 - Runrun
Bares de Rusia: los más agradecidos con el Mundial #Rusia2018

Victor Grao

La Pizarra del DT

@LaPizarraDelDT_

El estadio Luzhnikí de Moscú queda a unos 15 minutos en metro desde el centro de Moscú. Al bajar, se deben caminar unos 10 minutos más para estar en las adyacencias del recinto. Una calle hacia la derecha y otra hacia la izquierda bordean casi la mitad del graderío por fuera.

A pesar del espacio a recorrer entre la estación de metro y el estadio, son escasos los cafés o bares que pueden encontrarse. En otros países, poner un negocio de comida a las afueras de un lugar, cualquiera, que tenga fútbol los fines de semana representa ganancias casi seguras. En Rusia, quizás no.

A inicio de Mundial, las calles antes mencionadas estaban muy llenas de gente. Tanto rusos, como hinchas extranjeros iban al estadio solo a sentir el ambiente futbolístico. Luego se quedaban por fuera haciendo algún cántico o buscando conversar con algún colega de otra nacionalidad. Eso se ha ido diluyendo.

El café más grande (de dos que hay), cerca de las inmediaciones del estadio Luzhnikí, contrató personal extra que habla inglés para el mes del mundial. Importante hacerlo. Un café que parece pagar los sueldos con su buffet para personal de oficina, queda a un par de minutos de una de las entradas del recinto.

Es espacioso y con muy buena luz. Además, es el único lugar cercano con televisores para poder ver los compromisos. Extrañamente, no todos los bares rusos dispusieron de este servicio, sabiendo la cantidad de turistas que habrían.

Conversando con María, una empleada temporal del café, dice que lo más interesante de todo es la mezcla de culturas que se puede ver. Hablar con marroquíes, mexicanos, colombianos y chinos en un mismo lugar geográfico, y hasta en el mismo momento. Hace referencia a lo rico de las diferentes culturas que hay.

Por primera vez, de las 4 veces que se ha frecuentado el lugar, se puede hablar con alguno de sus empleados. La “Rush Hour”, o la hora más llena de personas para la empresa, representa un caos para poder dar informaciones de este tipo. En contraparte, a las afueras de un Dinamarca – Francia, parece no haber problema en conversar. El café tiene las sillas ocupadas, pero no está completamente lleno.

“Puede ser por la nacionalidad. Los daneses y franceses son más serios”, dice María, en referencia a la falta de clientes para consumir hamburguesas o perros calientes. Pero lejos de eso, también podría ser la menor cantidad de público que se observa. Para este café, el Mundial ha representado un ingreso extra importante en materia económica.

En el inicio de la fase de grupos, el estadio Luzhnikí acogió la inauguración. A este bar no se podía siquiera entrar de la cantidad de camisas de diferentes países que se veían en la puerta. En el México – Alemania, de igual manera. Pero en los más recientes partidos, parece haber disminuido. Todo en base a porcentajes subjetivos del redactor.

“Si puede ser que haya bajado, pero yo creo que son las nacionalidades”, insiste María. Y claro, puede que sí lo sea así. Camisas europeas (y africanas) son las que menos se ven en las calles, a pesar de ser quienes más participantes tienen.

Los que sí están llenos, sin importar si el partido es en Moscú o no, son los de la Plaza Roja. En las inmediaciones del lugar turístico por excelencia, hay una buena cantidad de lugares para sentarse a comer. Todos suelen estar llenos durante partidos de fútbol, sin importar los equipos que jueguen. Acá sí. Los bares pensaron de manera turística e instalaron televisores para los fanáticos.

El mundial de fútbol sigue trayendo gente a las ciudades rusas. La descalificación de las primeras selecciones podría representar una disminución de los hinchas, que se parece ir sintiendo en la fiesta de la Copa del Mundo.