Los ahijados, por Orlando Viera-Blanco
Los ahijados, por Orlando Viera-Blanco

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“Chávez fue la causa y consecuencia de una sociedad relapsa y resentida, cuya venganza es el despojo, el morbo, la maldad y su corona la corrupción…”

Cuando sopesamos las carencias que nos ha tocado vivir por causa de los desfalcos de “los querubines revolucionarios”, como lo motea Douglas Bravo en su ensayo, “Los Testaferros de Diosdado” refiriéndose a su ahijado, Dieguito, palpamos con mayor enfoque quienes son los responsables de la pérdida de vidas inocentes (hambre y salud), de ingentes caudales patrimoniales y libertades republicanas. A la par del desmembramiento ciudadano, va la avería irreparable de nuestra cotidianidad. Son estos zares de la malversación y el saqueo insaciable, los contubernios de Ramírez et all, que acabaron con la riqueza más importante del país, como canarios y mantuanos se cargaron la Casa Guipuzcoana. ¿Carga hereditaria o cultura revolucionaria? Veamos …

Vástagos de camarillas de luchas clandestinas de los 60-honorables y limpios de solemnidad pero hambrientos de mordacidad-encontraron en Chávez, Miquelena & Corp, su “casa del pez que escupe el agua”. La mansión de los muleros y titiriteros del poder. Bebieron, cantaron y se bailaron todo. Ahora el pueblo hurga qué comer en la basura. Al decir de Bravo, personajes como “el ahijado”, hijo según su decir de su compadre Diego Salazar Luongo, camarada combatiente y miembro del buró político de PRV-quien muere de cáncer en 2003-no escatimaron en obnubilar “séquitos de amigotes, escoltas, aduladores y hasta encopetados miembros del C.C.C.”, con obsequios de fina orfebrería y elevado quilate para bellaquear voluntades. Es la típica representación de la complicidad boliburguesa de hoy y los avatares cortesanos de ayer, muy bien educados en colegios encumbrados de Caracas, Boston, Paris o NY o de sangre mulata muy trasnochada en los pasillos de la UCV, quienes insaciables, asociados y a mansalva-sic-vaciaron las arcas del BCV y PDVSA. Toda una majumbre sediente de figuración, facebooky poder, que se acostaban y amanecían con una exquisita pea de bebidas espirituosas, rociadas de Château Lafite Rothschild, Petrus Pomerol, Romanée-Conti o Château Margaux…

En la medida que estos claques trogloditas de tesoros públicos y bacanales, se han viajado, fumado y bebido de tuxedo y champagne Perrier Jouet, el estómago y el futuro de los venezolanos de Caracas a Paris, de Bali a Dubái, más resiento las cosas simples que nos han robado, como cada mañana que he dejado de ver el sol entrar por mis romanillas que no son simples vidrieras. Cristales y trozos de madera donde cada bisagra que las embute fue diseñada y colocada con el sudor y la ilusión de mucho trabajo. Cada mañana que amanezco  sin cabalgar la madrugada Caraqueña sin jilgueros, paraulatas o luciérnagas en medio de la calima y luz tenue del sol saliente. Cada mañana que no disfruto un café en mi país y su aroma irrepetible, bien en mi biblioteca o más tarde en la esquina del callejón Pedroza de La Florida. Cada mañana que no acaricio mis libros, mis notas, mis álbumes; mis archivos, mis reminiscencias, mi descanso y la inspiración de lo poco que se. Cada mañana que no enciendo mi terco ordenador o mi viejo pioneer, bajo una lámpara multicolor y canciones de Soledad Bravo…Protocolos y sinfonías que cobijan mi musa antes de escribir…Y cada mañana que no veo mis hijos ni vigilo sus sueños; que no hablo con mamá para que me invite otro café antes de ir a trabajar, por lo que no puedo darles un Dios los bendiga o pedirle la bendición. Toda una rutina familiar, alegre y en paz, nos las despojaron cómplices de reacomodos, bebiendo Johnnie Walker Blue Label y Buchanans Red Seal…

¿Adónde voy? Al decir de Arjona: “el problema es cómo encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos”. Hemos desarrollado un análisis incorrecto e injusto de nuestra realidad. Hemos llegado al éxtasis del surrealismo vicario, responsabilizando con sorna visceral y sin distinción-a líderes de oposición “que no escupen el agua”. Apuntamos muy mal olvidando que las causas y protagonistas de lo que padecemos más reposan en los linderos indulgentes del vecino, en la “mansión de reacomodos”; en sus padrinos y palmatorias (que les aplauden a rabiar), que en la MUD. El arrebato ha sido muy profundo en lo material y en lo cultural, siendo Chávez causa y consecuencia de la sodomización de una sociedad relapsa y resentida, cuya venganza es el despojo, el morbo la maldad y su corona la corrupción. ¿Por qué?

Pocaterra-quien muere en Montreal-escribió de los mentecatos en sus Memorias de un Venezolano de la decadencia [ver ¡De Villa Zoila a los Panchito Mandefuá!.Viera-Blanco. El Universal.30/12/14]. Niños “bien formados y criados” convertidos en hombres educados y trajeados a la medida, que llegaron al poder no para consagrar virtudes sino divinizar egos y degustar privilegios. Aquellos que iban a casa a Villa Zoila-esposa del cabito Castro-a jalar mecate. Los Generalotes, los doctorcetes, lo numerarios, en fin, los ebrios de mayorazgos más por pescar que por pensar. “Ahijados” serviles de taitas que nos arrebataron nuestros sueños, nuestras usanzas, nuestras mañanas, donde cualquiera es un bebe de pecho en comparación a estos peces de Lladró. Entonces pongamos los ojos en las verdaderas rabizas de las poleas de la historia.  No en el sofá…

@ovierablanco