Levantarnos una vez más, por Carolina Jaimes Branger
Levantarnos una vez más, por Carolina Jaimes Branger

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En poco más de una semana se cumplirán 43 años de “The Rumble in the Jungle” (“La Pelea en la Selva”). El 31 de octubre de 1974 se llevó a cabo en Zaire (hoy República Democrática del Congo) una “batalla” de boxeo épica. Para muchos entendidos, está considerada la mejor de todos los tiempos: Muhammed Ali contra George Foreman.

El gran favorito era Foreman quien había ganado sus últimas 40 peleas. Ali, por el contrario, no sólo había peleado poco los últimos años, sino que venía de dos sonadas derrotas, contra Joe Frazier, el 8 de marzo de 1971 y contra Ken Norton, el 31 de marzo de 1973. Foreman, por lo tanto, parecía estar en mejor forma y años más tarde confesó que pensaba que noquearía a Ali en el primero o segundo round. De hecho, había ganado sus últimas ocho peleas antes del segundo asalto.

En Wikipedia se lee:

“La velada fue patrocinada por el entonces presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko” (el dictador se gastó la friolera de $100 millones mientras su pueblo moría de hambre. Suena familiar, ¿verdad?) “y fue una de las primeras experiencias de Don King como promotor de boxeo.

 El combate comenzó a las 04:00 de la madrugada, debido a que la cadena estadounidense propietaria de los derechos de televisión del combate para Estados Unidos pagó una generosa cantidad de dinero al dictador de Zaire para adecuar el horario al público estadounidense. El combate, por contra, no lo compró la Oficina Zaireña de Televisión, única cadena que emitía en Zaire, y por lo tanto no se pudo ver en el país”.

Frente a más de 100 mil personas comenzó la pelea. Ali soportó el primer round. También el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto, el sexto, el séptimo. Foreman golpeaba, Ali soportaba. Mientras, iba agotando a su contendor. En el octavo –y ante la sorpresa de todo el mundo- de un poderoso golpe a la mandíbula, Ali noqueó a Foreman.

Manila, Filipinas, 1 de octubre de 1975. “Thrilla in Manila” (“Suspenso en Manila”): Muhammed Ali enfrenta a Joe Frazier. Ferdinand Marcos, presidente de la república, como el año anterior había hecho Mobutu Sese Seko, ofreció el patrocinio de la pelea en un intento de distraer la opinión pública que hervía ante la ley marcial que había impuesto Marcos contra sus opositores. Nuevamente sería Don King el promotor de la contienda.

Joe Frazier había despojado a Ali de su título como Campeón Mundial de los Pesos Completo cuatro años antes. Pelearon en una atmósfera de más de cuarenta grados de temperatura y durante catorce rounds en los que se golpearon brutalmente. Ali quería retirarse, pero su entrenador, Angelo Dundee, en una suerte de mantra, lograba que round tras round se volviera a levantar. Lo mismo hacía Eddie Fuch, entrenador de Frazier. El round 14 fue particularmente violento. Frazier estaba ciego del ojo derecho y con la mandíbula seriamente dañada. Ali estaba bastante maltrecho también, pero pudo propinarle a Frazier unos buenos golpes. Al irse a su esquina, Ali le dijo a Dundee que tirara la toalla, que no podía más. Dundee le dijo “al menos párate en el medio del ring”. Ali sacó fuerzas de donde no las tenía (en su biografía escribió “fue lo más cercano que he estado jamás de morir») y se levantó. En ese momento Fuch tiró la toalla de Frazier. Una de las mejores contiendas boxísticas de todos los tiempos.

Compatriotas venezolanos: que estas historias de un grande como Ali nos sirvan para entender que siempre –no importa cuán grave sea lo que nos haya sucedido- podremos levantarnos una vez más.

@cjaimesb