Miguel, Oriana, Lucía y Daniela, por Eddie A. Ramírez S.
Eddie A. Ramírez S. May 16, 2017 | Actualizado hace 2 semanas
Miguel, Oriana, Lucía y Daniela

jovenesprotestas2017_0605

Asumimos que estos cuatro jóvenes aspiraban vivir en un país sin odios por razones políticas, respetuoso de los derechos humanos y con amplias posibilidades para desarrollar el potencial de cada quien para ser exitosos en la vida. En tiempos normales quizá se hubiesen encontrado en fiestas de amigos comunes, sin importar su tendencia política.

La vida les deparó un destino distinto. Miguel asesinado por un guardia nacional, Oriana grave en un hospital atropellada exprofeso por camioneta oficial. Lucía interpelada en Australia por culpa de la conducta de su padre y Daniela criticada por las redes sociales en retribución por los improperios de su progenitor.

Miguel y Oriana corrían graves riesgos cada vez que asistían a una protesta de los demócratas. Lucía y Daniela siempre estuvieron seguras, ya que jamás una marcha oficialista ha sido atacada por adversarios políticos y, mucho menos, por la Guardia Nacional, Policía Nacional o por paramilitares rojos.

Miguel Castillo Bracho tuvo la suerte de nacer en una familia con principios y valores, a la cual siempre he sentido muy cercana por amistad y lazos de parentesco político. Era un excelente ciudadano. Se graduó de comunicador social y tenía todo el potencial para ser un buen profesional. Un desalmado guardia nacional lo asesinó por salir a manifestar pacíficamente en contra del dictador Maduro.

Ese guardia cometió el asesinato no solo porque tiene mentalidad criminal, sino también incitado por sus jefes que predican odio y que los instan a cantar “Quisiera tener un puñal de acero para degollar a esos malditos guarimberos”. Además, en su Comando solo ven el canal oficial de televisión en el que, por instrucciones del ministro Ernesto Villegas, solo transmite mensajes de odio. Que descanse en paz este joven luchador demócrata que cayó abatido por desear un mejor país.

Oriana Wadsquier es una joven que estudia medicina. Fue gravemente herida por un conductor del Seguro Social acompañado de un sargento del ejército, ambos fanáticos que quieren acabar con quienes no comulgan con las ideas que les han inculcado sus superiores. Oriana está hospitalizada y su familia demanda medicinas que no se consiguen. Nuestros deseos de que se recupere y continúe con éxito sus estudios.

Lucía es una joven que decidió estudiar en Australia, al igual que muchos que hace años se formaron en el exterior gracias al programa Gran Mariscal de Ayacucho que estableció
Carlos Andrés Pérez. Antes se becaba sin tomar en cuenta la afinidad política. Hoy solo los hijos de los rojiarcas tienen esa posibilidad. No sabemos si Lucía tiene o no beca. No fue insultada, ni impedida de circular. Solo le echaron en cara que por culpa de su padre están asesinando jóvenes y que como venezolana debe responder si conoce de esos hechos.

Su padre Jorge Rodríguez no ha podido superar el trauma del condenable asesinato de su progenitor, a quien se le achaca, entre otros, el delito de secuestro. A pesar de su profesión, el hijo optó por el rencor, el cual traduce en insultos y, peor aún, avala que sus compañeros revolucionarios asesinen, torturen y encarcelen a los demócratas. Lucía tuvo la mala suerte de nacer en un hogar en donde se impone el resentimiento y la venganza.

Daniela es cantante. Por las redes sociales recibe descalificaciones como consecuencia de los abusos de su padre Diosdado, quien miente, incita al odio y encubre a asesinos y torturadores. No tiene motivos para estar resentido. Su familia era adeca, participó en un golpe de estado que ocasionó numerosas muertes, pero sin embargo fue perdonado y pasó poco tiempo preso y en condiciones como corresponde y no como mantienen a Leopoldo, a Vasco Da Costa y a todos los presos políticos. Fue perdonado y le permitieron estudiar en el Politécnico de la Fuerza Armada. Sin embargo el hombre del mazo, el pithecanthropus, no pierde ocasión de insultar y avala todas las violaciones a los derechos humanos.

En el Viejo Testamento, Jehova dice que «Yo pido cuentas a hijos, nietos y bisnietos por la maldad de sus padres», pero en una sociedad civilizada los hijos no deban cargar con los pecados de sus padres. Sin embargo, los jóvenes deben estar conscientes de que quien siembra vientos, cosecha tempestades. Lucía y Daniela son adultas y necesariamente conocen lo que sucede. Ojalá reflexionen como los hijos de Tarek Saab y, aunque sea en privado, hagan notar a sus padres el daño que causan.

Si queremos construir un mejor país y diferenciarnos de los rojos totalitarios, tenemos que evitar que el odio pase de una generación a la siguiente. Miguel y Oriana son solo dos casos de los muchos jóvenes asesinados, heridos, torturados y encarcelados por el régimen. Lucía y Daniela, al igual que otros hijos de jerarcas rojos, son víctimas del proceder de sus padres.

Como (había) en botica: Tenemos la esperanza de que algunos que han sido altos funcionarios rojos manifiesten su repudio ante la represión masiva del régimen. Los sobornadores de Odebrecht pusieron en evidencia al sobornado Maduro. En «revolución»está prohibido suministrar cifras oficiales negativas. Por ello destituyeron a la ministra de Salud. El Ministerio Público debe imputar a quienes torturaron al general Vivas. Todos solidarios con Alfredo Ramos ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com