Como dice la vieja canción que cantaba Carlos Argentino y que todavía tararea mi amigo el venerable Antonio, «Tú no tienes la culpa de ser así». Entiendo tu amargura por el vil asesinato de tu padre, también que generalmente es difícil medir nuestras limitaciones y por ello aceptaste un cargo propuesto por quien tiene iguales o mayores restricciones intelectuales que tú. Por ello y porque no es mi estilo descalificar a mujeres, pienso que se te puede perdonar el ridículo que hiciste en el Palacio de San Martín y la payasada de una supuesta agresión. Al fin y al cabo seguiste las órdenes del presidente de facto. «Si nos sacan del Mercosur por la puerta, nos metemos por la ventana». Lo que no puedo pasar por alto es tu twitter informando que tu caso es algo inédito.

Decir urbi et orbi que «En ninguna parte del mundo se había agredido a unas mujeres por un grupo de funcionarios antimotines», demuestra no solo ignorancia, sino hipocresía. Ignorancia porque, lamentablemente, en muchos países en donde hay dictaduras agreden a las mujeres, como es el caso de los atropellos a las Damas de Blanco en Cuba. Hipocresía porque estás enterada de los abusos en Venezuela por parte de guardias nacionales, policías y hordas rojas financiadas o incitadas por el régimen. Permíteme recordarte algunos casos:

Los asesinatos en el 2004 de Maritza Ron por paramilitares rojos y de Evangelina Carrizo por un oficial de la Guardia Nacional; Keyla Guerra y Josefina Inciarte asesinadas por fanático rojo; en el 2014, Geraldine Moreno y Génesis Carmona fueron asesinadas por guardias nacionales; Adriana Urquiola por un policía y Mariana Ceballos asesinada por un fanático rojo que conducía un vehículo.

El 11 de abril 2002, paramilitares rojos y guardias nacionales dispararon a mansalva en contra de manifestantes pacíficos con un saldo de 19 muertos y numerosos heridos, entre estos Malvina Pesate. La agresión por guardias nacionales a Estrella Castellanos en el 2002 y a Elba de Diamante en el 2003. La salvaje agresión de los chacales del Destacamento 44 de la Guardia Nacional a Ligia de Marchena, Laura Graterol y Ahzaid Cañizales, residentes del campo petrolero de Los Semerucos. También en el 2003 paramilitares rojos o policías lanzaron bomba molotov en contra del vehículo de la periodista Marta Colomina. En el 2004, guardias nacionales agredieron a Elinor Montes, a Beatriz Gil y a mi hija Gloriana. En el 2014 muchas damas fueron agredidas, entre ellas Marvinia Jiménez, golpeada con saña por una gorila de la Guardia Nacional. María Yánez perdió un ojo por agresión de un paramilitar rojo.

La juez Affiuni fue torturada en la cárcel de Los Teques y la capitán Laided Salzar sometida a tratos inhumanos. Como consecuencia de las torturas, la presa política Araminta González tuvo que ser internada para tratamiento siquiátrico.

Varias damas periodistas han sido agredidas por hordas rojas contando con la pasividad de guardias nacionales y de policías, entre ellas Kisaí Mendoza, Martha Palma Troconis, Diana Carolina Ruíz, Luisiana Rios, Beatriz Adrián, Aymara Lorenzo, Del Valle Canelón, Milagros Márquez, Marlene Piña, Francia Sánchez, Trina Marichales, Marsha Lee, Mardolei Prin, Vanesa Gómez, para citar solo algunas.

Delcy, disculpa por no restregarte otros nombres, pero creo la muestra es suficiente para que te percates de que, así como rechazamos el asesinato de tu padre, así mismo deberías repudiar estas agresiones. Demuestra que, al contrario de la canción citada, tú si tienes al menos corazón en el pecho ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!

 

eddiearamirez@hotmail.com