Hacer suposiciones lleva muchas veces a interpretar y entender equivocadamente las conjeturas construidas en torno a cualquier acontecimiento. Pero para la política, dicha práctica tiene otra connotación. Aunque el democrático ejercicio de opinar sobre las coyunturas políticas, su praxis se convirtió en hábito necesario. Sin embargo, la necesidad de pensar la política en función de las posibilidades que se estructuran desde sus diversas variables, todas supeditadas al juego político, económico y social que domina una situación en cuestión, obligó a la teoría política considerar lo que es el análisis político. Así se tiene que la política apela al análisis político, visto éste como el proceso metodológicamente necesario dirigido a estudiar los equilibrios, negociaciones, acuerdos y hasta querellas, alrededor de lo cual se yergue un cierto orden económico, político y social.

El análisis político es de tal significación, que su utilización permite hacer diagnósticos, formulaciones, reparos y evaluaciones. Pero particularmente, desarrollar estrategias capaces de apoyar políticas o sus tendencias cuando éstas conciben cambios confiables en el comportamiento político, económico y social de instancias inherentes a la vida de un conglomerado, sociedad o nación.

Este exordio intenta analizar lo que primó la situación política que marcó el proceso eleccionario de los Estados Unidos realizado el pasado 8-N que dio la victoria al republicano y empresario Donald Trump. Hecho éste cuya trascendencia se proyectó más allá de cualquier comentario, tratándose de que sucedió en el ámbito territorial de la primera potencia mundial a nivel económico, militar y geopolítico. Por tanto, el análisis político pretendido buscará aludir a escenarios como caracterización de un espacio político y social que exalte elementos como: 1) Las circunstancias que actuaron a favor o en contra de las candidaturas republicana y demócrata. 2) Las coyunturas que devinieron en los cruces de tiempos, espacios, actores y dinámicas determinantes. 3) Las estructuras que sirvieron de lineamientos al proceso político. Asimismo, redes, instituciones y fundamentos que sostienen a la sociedad norteamericana. 4) Recursos que posibilitaron el desarrollo de los eventos político-eleccionarios. 5) Las potencialidades que han dado cuenta de las fuerzas sociales cuyos productos incidieron en el desarrollo de los susodichos hechos. 6) Los obstáculos que tendieron a limitar libertades y oportunidades de desarrollo. 7) Los beneficios que determinaron los eventos realzados, y 8) La viabilidad o posibilidad de que los programas planteados alcanzaran a desarrollarse o verse truncados.

Revisados estos aspectos de índole teórico, lo acontecido salta a la vista a fin de construir algunos escenarios que puedan hablar por lo que se logró en proporción a lo que se espera de todo ello. Así, pudiera hablarse de un primer escenario: Monopolio del Poder Político. Este escenario sienta las condiciones sobre las que se movilizarían todas las decisiones, fundamentalmente de tipo social tanto públicas como privadas, de un gobierno dirigido por un magnate (Donald Trump) con intereses en casi dos docenas de países lo cual pudiera poner en peligro la seguridad de la Unión de confundirse intereses del Estado norteamericano con las del peculio del acaudalado presidente. En este escenario, estas decisiones estarán supeditadas al Estado, indistintamente de alguna tipo de relación y coordinación entre las partes involucradas.

Escenario establecido  por el impulso al sector comercio-industria: Acá, el concepto de economía de mercado adquiere una fuerza inusitada toda vez que el gobierno federal permitiría el incremento de  la economía en manos privadas aumentado así el nivel de satisfacción en sectores de la población con capacidad de consumo. La institucionalidad social se privatizaría, al formularse políticas sociales basadas en la libre competencia favoreciendo un mercado de características marcadamente sociales. Aunque esté implícito el lucro por encima del bien público. En este caso, el Estado norteamericano fungiría como complemento que aseguraría el bienestar social a sectores de la población sin mayor capacidad de consumo.

Escenario circunscrito a la libre competencia. Este escenario, basado en la libre competencia entre Estado y mercado, se estructura a partir de políticas que planteen dinámicas de compra-venta de servicio de beneficios sociales y económicos. O sea, formaliza la operación y prestación de servicios sociales con un costo al beneficiario. De forma tal que las cuotas y pagos por servicios, al buscar que las instituciones públicas sean más eficaces y recuperen sus gastos, serían los factores justificativos de mercantilización de lo social, tomando en cuenta que esto puede repuntar la privatización de instancias que operan lo social.

Escenario de Concertación. Acá prevalece el apoyo entre los factores políticos exaltándose así la concertación en quienes recae la movilización de procesos políticos con capacidad para ofertar servicios sociales. En este contexto, las propuestas gubernamentales y privadas buscan relacionarse en función de programas de servicio que apoyen iniciativas de desarrollo nacional. Aunque sin la fuerza necesaria para escapar de insidiosos problemas sociopolíticos y socioeconómicos que en el fondo lucirían como meros paliativos pues no atacarían serias contradicciones que tienden a corroer la formalidad de otras propuestas de gestión pública.

Escenario de Integración: Este escenario se apoya en una concepción estratégica de la política. En consecuencia, fija la integración como objetivo de acción política mediante la cual insta a los actores políticos a participar en la formulación de las políticas sociales y económicas que exhorten el ejercicio de derechos y libertades en el plano más amplio en cuanto a lo que concierne a la noción de ciudadanía y democracia. En este escenario, los actores políticos acuerdan vínculos de complemento con agentes gubernamentales a fin de apoyar solicitudes venidas de la población. De esta forma, es posible consolidar relaciones en todos los sentidos a objeto de fomentar el mayor bienestar social posible favorable al desarrollo económico trazado.

Estos pudieran considerarse, entre otros, escenarios factibles al momento de orientar acciones que involucren la participación, la integración, la concertación, el pluralismo, la motivación y la exhortación como criterios que fundamenten un análisis político (breve) en la perspectiva de los conflictos a la vista  ante lo que ha significado el “TRUMPAZO”.