¿Por qué no viene Coldplay? por Francisco Quevedo
¿Por qué no viene Coldplay? por Francisco Quevedo

Interrogante

El grupo Coldplay que dirige Chris Martin se presentó el Sábado en Boston. Hace poco pasó por Bogotá, y viene de una gira mundial que tocó muchos países, pero a Venezuela no vienen, ni ellos, ni ningún artista de renombre. La crisis, la politiquería, los riesgos, la maldad, quizás la envidia y los costos lo prohiben.

En el Gillette Stadium habría unas 50.000 personas. A un costo neto mínimo que podemos estimar en US$ 100pp, y sumando ventas de las concesiones, eso significa que fue un evento de US$ 6,000,000. ¿De dónde saca cualquier promotor esa suma? Si no hay dólares ni para las aerolíneas, ni para muchas importaciones, mucho menos habrá para darse ese gusto.

Luego, las entradas costaron hasta US$ 700pp. ¿Cómo hacemos los venezolanos para pagar esta suma, a mil bolos el dólar? Cualquiera diría que «la masa no está pa’ bollos», pero la pregunta es «¿Y por qué hemos perdido los venezolanos tantos gustos en la vida, como disfrutar sin temor de un atardecer en cualquier playa o paraje solitario, como caminar por las calles de noche, o lo más sencillo, como tomarse un marroncito sin que nos digan «no hay leche, ni azúcar», y eso asumiendo que si hay café?

Evidentemente, los riesgos para los artistas son muchos, además. A Juan Gabriel le robaron los equipos cuando vino. Y solo hay que imaginarse a estos pobres «musiú» paseándose por las calles del centro de Caracas, y pasando «la esquina caliente» del oficialismo en la Plaza Bolívar. Es que llegar a Maiquetía ya los expone, y subir por esa autopista más.

El concierto tendría problemas de agua en los baños, de suministro en las concesiones, de seguridad en los tumultos. Y viendo el consumo eléctrico, solo basta pensar en un apagón en el medio del show.

Coldplay presentó un espectáculo lleno de luces, música y colores. Lamentablemente, los venezolanos nos hemos acostumbrado a demasiadas carencias. No es solo harina PAN, leche, café, ni tantas cosas, ni los lujos que muchos pensarán es ir a concierto, hemos perdido la alegría, más no la esperanza, ni las ansias de cambio.

Esperemos que más pronto que tarde recuperemos tantos placeres que simplemente significan la calidad de vida perdida.     

 

@fjquevedo