Brexit y titubeo, por Luis DE LION
Luis De Lión Jun 26, 2016 | Actualizado hace 8 años
Brexit y titubeo, por Luis DE LION

UE_

 

Finalmente ganó el Brexit. Los británicos decidieron, vía referéndum salirse de la Unión Europea. Un voto histórico, sin precedentes en la historia de la UE.

El referéndum, en teoría es una herramienta revitalizadora del Estado de derecho, pero que se utiliza, como proyecto político. Una pregunta fácil generalmente con unas consecuencias complejas e irrealizables.

El riesgo con los referéndums, es que son instrumentos, de gran resonancia populista. A veces, el exceso de democracia, puede convertirse en un riesgo. Es así como para muchos británicos, el Brexit fue un referéndum sobre inmigración, para otros fue la proyección perfecta para sus fantasmas.

Así se llegó, a una situación de la que no hay ningún referente. El sistema de construcción europeo, jamás previó que uno de sus miembros se separara. El artículo 50, que trata de organizar la salida de la UE apenas se creó en el 2009 con el tratado de Lisboa.

El proceso de integración europeo se basa sobre el principio de que las crisis existen y las mismas permiten seguir adelante. Esa era la idea, que cada crisis se arreglaba con un compromiso, que a su vez produce más integración. Pero por primera vez, la UE, debe afrontar el proceso inverso, el cual en concreto es una forma de desintegración. Es inédito.

Ello nos hace inmediatamente pensar en un probable efecto dominó. En Francia, la extrema derecha, exige un referéndum similar al Brexit. En Holanda el muy populista Geert Wilders reclama lo mismo para su país. En la República Checa, una consulta luce inevitable.

El Brexit impone repensar el proyecto europeo. Los Estados miembros que creen y portan la idea original de Europa, deben reunir sus fuerzas. El proyecto político debe prevalecer, además del mercado común. Las decisiones colectivas deben abundar en materia fiscal, presupuestaria y monetaria. Al tiempo que se debe seguir pensando en un proyecto alternativo.

Es casi imposible lograrlo entre 27 naciones. Hungría, Dinamarca y la República Checa, no pueden ser un freno.

Pero Alemania y Francia, los únicos capaces de impulsar el avance europeo, tienen en sus respectivos calendarios del 2017, sendos eventos electorales.

El euroescepticismo en Francia no es inferior al de los británicos. En Alemania, el AFD de extrema derecha gana cada día más popularidad con sus consignas anti-europeas.

Queda en el congelador el proyecto de nuevas adhesiones. Serbia y Montenegro, deberán esperar a ver, como termina el divorcio. Puede que para muchos el expansionismo de la UE sea una de la causas de la actual crisis, pero en el plano geopolítico, la UE ha sido un factor de estabilización.

De momento, la incertidumbre, domina la situación.

@ldelion