No hay solución sin diálogo, por María Elena Arcia Paschen
No hay solución sin diálogo, por María Elena Arcia Paschen

Diálogo

Me han sorprendido y preocupado las distintas reacciones frente a los hechos ocurridos en los últimos días atacando y criticando, por distintos motivos, las recientes iniciativas promovidas para allanar caminos de solución a la crisis general que vivimos los venezolanos.

Resulta muy inquietante como la frustración y angustia que a todos nos agobia, nubla la racionalidad y el equilibrio que deben prevalecer cuando se trata de enfrentar problemas muy complejos y que no tienen soluciones rápidas ni fáciles.

Son muchos los aspectos en juego para todos los involucrados por lo que el camino a transitar va a estar lleno de obstáculos por los riesgos que supone una negociación, que en política es y debería ser una cuestión ordinaria y que por la compleja situación venezolana se ha convertido en un objeto “antiguo y desprestigiado”.  Todos quieren ser vencedores totales y resulta que ni  es posible ni conveniente que esto ocurra.

Encuentro que la esquizofrenia colectiva nos ha afectado de tal manera que se nos hace difícil ver con objetividad los hechos y nos mostramos reticentes a evaluar como positivo cualquier intento por destrancar, mejorar, avanzar en la lucha por empezar a construir una realidad distinta. Nos cuesta dar créditos a pequeños hechos concretos que vayan en el camino de generar pequeñas soluciones que si se mantienen con constancia y suman, se convertirán a la larga en grandes cambios.

Puedo entender que la frustración y agobios diarios no ayuden pero es allí cuando quienes tienen responsabilidades de liderazgo, deben convertirse en los guías sensatos para orientar a los ciudadanos. La situación obliga a aglutinarnos en un bloque que apoye el diálogo, las negociaciones, los sacrificios, en procura de construir caminos hacia las transformaciones ineludibles e indispensables.

Los conflictos internos en los grupos que hacen vida en el gobierno y las mezquindades de quienes conforman la oposición política están minando las posibilidades de éxito de cualquier intento por buscar salidas pacíficas y con “daño controlado”. El pueblo está pasando mucho trabajo y ésto es lo que debe orientar cualquier iniciativa de solución por lo que  creo que merecemos mejores líderes.

He manifestado en varias oportunidades que en mi opinión la salida a la terrible crisis que estamos viviendo pasa por llegar a acuerdos que seguramente nos llevarán a co-gobernar. Quizás la forma de llegar a estos acuerdos pasa por celebrar un referéndum revocatorio, pero éste en sí mismo no es la solución. Creer que cambiando a un Presidente o a un Gobierno es la cura a los problemas me luce insensato y peligroso.

Hay una hipersensibilidad general de ambos grupos al diálogo que hay que deslastrar. Conflictos de mayor complejidad en el mundo se han solucionado luego de largos e intensos diálogos que han dado lugar a acuerdos posteriores.

Dialogar es el instrumento más antiguo para lograr la paz, por lo quienes boicotean estas iniciativas evidencian un profundo desprecio por la civilidad.

La desconfianza siempre existirá y habrá que ir superándola progresivamente en la medida que el diálogo encuentre mas promotores que detractores, se aglutinen líderes y opinadores para promover sus ventajas y se entienda que hay que volver a la sensatez deslindándonos de los extremos que tanto daño han hecho.

Es tanto lo que hay que recuperar y tanto lo que podemos seguir perdiendo que bien vale la pena hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para transitar esta vía en la cual  tendremos que hacer nuestros aportes y sacrificios ya que no todos obtendrán lo que aspiran, pero al final será el país quien saldrá fortalecido.

@malarcia