Buen inicio, ahora es que viene lo bueno por Armando Martini Pietri
Buen inicio, ahora es que viene lo bueno por Armando Martini Pietri

AN-3

 

Con mucho cabello el veterano y zuliano Omar Barboza, y con nada de cabello el joven Héctor Rodríguez ex Ministro de Educación, bajo la mirada un tanto desconcertada de un Diosdado poco acostumbrado en los últimos tiempos a ver las cosas desde abajo, llegaron a la Asamblea para iniciar reglamentariamente la sesión inaugural de este período legislativo 2016, con la lección bien aprendida. Barboza presentó la propuesta previamente votada en la MUD de Henry Ramos Allup para presidente, Enrique Márquez y Simón Calzadilla como vicepresidentes; Rodríguez la rechazó con el eterno discurso denigratorio del chavismo basado en el pasado, ya fastidioso y bien conocido, el mismo contra el cual votó la gran mayoría de los electores.

Héctor Rodríguez primero –quien parece interpretar que ser jefe de la fracción chavista es sólo subir al estrado a discutir con Ramos Allup-, Tania Díaz después, mostraron que la arenga chavista no sólo está agotada, más bien deshilachada, y sólo le quedan los adjetivos que popularizó Chávez. No cambian porque ni siquiera entienden lo que ha pasado. El propio chavista, Héctor Agüero, que por su edad fue nombrado presidente accidental, sólo dio un discurso preparado recordando los tiempos en los cuales él fue guerrillero, una alocución netamente de ese chavismo que ha estado engarrotado desde los tiempos de Hugo Chávez y bajo Maduro simplemente no sabe qué hacer; unas palabras, que pasarán a la historia como un resumen de la izquierda pre-moderna, pero además dicho con la peor dicción que pueda imaginarse. No soy de los que cree que el diputado estuviera ebrio. Es un emblema que los venezolanos queremos olvidar, dejar atrás, de lo que nos trajo hasta esta crítica y trágica situación.

En la instalación de la Asamblea Nacional para 2016, hubo mucha bulla, pero de la cabuya apenas algún que otro asomo. El gran ausente fue la gigantografía –adulante y agresivo retrato- de Hugo Chávez, que fue retirado previamente como las banderas derrotadas tras una batalla. La verdad nunca debió estar allí, ni el suyo ni el de nadie más. La República es una obra colectiva, de todos y nunca individual. La cuerda completa irá desenrollándose en los próximos días, en el trabajo diario de las comisiones parlamentarias y en las sesiones por venir. Todo el mundo lo sabe y lo espera con impaciencia paciente, porque el estado desastroso en que el chavismo dejó al país no será nada fácil de corregir. No imposible, pero sí sumamente difícil.

Más que las divagaciones de los diputados chavistas Carreño y Rodríguez, los ciudadanos deben leerse con calma y atención tanto el discurso de Julio Borges, como especialmente la firme exposición de Henry Ramos; el primero, anunciando los proyectos más inmediatos de los diputados de oposición, el segundo dejando claro el poder real y las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional, con especificaciones especiales hacia el Tribunal Supremo de Justicia y aún más en concreto a la Sala Constitucional. 

Los anuncios de Borges aclararon dudas y marcaron un camino; la explicación de Ramos Allup fue un potente y claro refuerzo a los planteamientos de Borges y firme toma de posición en la cual retomó y especificó la verdadera dimensión del Poder Legislativo dentro de la Constitución como poder autónomo, vigilante de la marcha y actos de los demás poderes, respuesta directa y oportuna a los alardes amenazantes del Gobierno, las complacencias e interpretaciones teledirigidas  del Tribunal Supremo de Justicia y por extensión del poder judicial en general, los silencios del poder moral, las dudas del electoral.

El chavismo, con sus diputados atados al Gobierno, expresó sus temas archiconocidos que demuestran, no sólo que siguen paralizados en su dogma, sino que a estas alturas no tienen nada nuevo que decir. Armaron sus espectáculos de cara a la galería y entorpecieron pero no fijaron más posición que seguir en el mismo estilo que los llevó a la aplastante derrota parlamentaria.

Queda claro que la oposición tiene una agenda política y un definido programa de acción legislativa; pero esa misma oposición no puede por ello envolverse sólo en el tema político porque caería en el alejamiento de las expectativas prioritarias de los ciudadanos, quienes los eligieron masivamente. Esa población está angustiada, empobrecida, desconcertada, tiene hambre, sus escasos ingresos cada día obtienen menos –cuando consiguen algo qué comprar-, tiene miedo de ser víctima de la delincuencia desatada, es una población que está harta y, en consecuencia, puede esperar un poco más, que debe en realidad ser mucho más de acuerdo a las promesas y compromisos de los diputados de la MUD.

Ésa es la realidad de la cabuya que empezó hoy, y que comenzará a desenrollarse en la primera sesión de la Asamblea Nacional, convocada oficialmente para este miércoles 6 de enero, sesión de la cual parte de los diputados del Gobierno volvieron a escaparse, molestos porque la directiva de la Asamblea planteó el reconocimiento de los cuatro diputados cuestionados en la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, y porque tenían que reunirse con su verdadero jefe –supuestamente- el Presidente Nicolás Maduro, quien anuncio este miércoles 6 los nombres de los nuevos ministros de su gabinete.

Pero no todo es perfecto, hubo una decisión desagradable, nauseabunda y que lamento profundamente, en la cual, habiendo una clarísima mayoría diputados de buenas costumbres, decentes, honestos, con valores y principios morales y éticos, cuando se designaron las comisiones que deben participar a los diferentes poderes públicos la instalación e inicio de las sesiones de la Asamblea Nacional se integró a un diputado poco adecuado –excepción de la regla- un inmoral que es una bofetada, insulto y ofensa a las buenas costumbres ciudadanas, para formar parte de la comitiva de participación nada menos que al Consejo Moral Republicano -Poder Moral. ¡Qué ironías tiene la vida!

Irónico también es que los diputados del PSUV, voceados por Pedro Carreño, llaman a los otros poderes públicos a desconocer la nueva Asamblea Nacional que, según ellos, se ha auto invalidado; Carreño, y antes que él hablando a los periodistas de los medios oficialistas Diosdado Cabello, anunciaron que el Poder Ejecutivo no enviará los recursos presupuestarios a la Asamblea y no publicara sus decisiones. Dicho en otras palabras, o haces lo que el chavismo quiere, o no cobrarás tus sueldos ni gastos. Filosofía chavista, claro.

 

@ArmandoMartini