¿Quién le pone el cascabel al gato? por Francisco J. Quevedo
¿Quién le pone el cascabel al gato? por Francisco J. Quevedo
Cascabel
El 2016 se perfila feo. Con un petróleo cayendo hacia los US$ 30 p/Bbl, Venezuela no tendrá divisas suficientes para importar, aun con los recortes aplicados, y pagar a la vez la deuda que se le vence. Y con un Gobierno en pugna con la nueva Asamblea Nacional, no se vislumbran ajustes en la política económica que nos permitan salir airosos. No en vano, Credit Suisse pronostica un «default» hacia el último trimestre del año, entre tantas firmas de inversión que pintan un panorama sombrío para Venezuela.

La Agenda Legislativa de la MUD se basa en dos vertientes, la normativa, que dictará y/o reformará leyes para facilitar la distribución de productos esenciales, y la investigativa que traerá a la luz pública la situación real del Estado, y del país. La pregunta es si el Estado las cumplirá, o si se declarará en rebeldía ante la Asamblea Nacional, o peor. Y lo que preocupa es la ausencia de algunas decisiones duras que aunque implican un costo político van al corazón de la crisis económica. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Las iniciativas legislativas anunciadas por la MUD son buenas pero no suficientes, por ahora; incluyen una Ley de Abastecimiento Pleno que eliminaría las trabas que obstaculizan la comercialización de bienes y establecería incentivos para la importación de rubros escasos: la Ley Marco para el Incremento de la Productividad brindaría a los inversionistas seguridad jurídica, ordenaría la tramitación expedita de licencias y permisos, eliminaría o rebajaría sustancialmente las tasas que pechan el aumento de capital de las empresas y derogaría todas aquellas normas que suponen riesgos punitivos a los Gerentes: la Ley de Reversión Expropiatoria que seguramente caerá bajo ataque de quienes prefieren empresas estatales improductivas y quebradas que empresas privadas en progreso propone devolverle los cascarones quebrados al sector privado: La Ley de Protección y Educación al Consumidor apunta al consumo inteligente; La Ley de Protección Salarial y Anticipos de Prestaciones Sociales perfeccionaría la LOTTT sin agravar aún más la comprometida situación de los empleadores, dicen: La Ley de Pensiones Universales No Contributivas crearía un beneficio vitalicio a todas las personas de edad avanzada aunque no hayan contribuido al IVSS; La Ley de Descentralización y Asociaciones Estratégicas para la Mejora de los Servicios Públicos suprimiría los monopolios y reservas que el Estado ha asumido en la prestación de servicios públicos en detrimento de los mismos: esta iría de la mano de la Ley de Asociaciones Público Privadas para el Desarrollo de Obras Públicas y la Ley de Impulso al Desarrollo de Viviendas que a su vez revisaría la legislación en materia de arrendamientos con la Ley de Fomento Arrendaticio: La Ley de Repatriación de Capitales Corruptos apunta a aquellos US$ 25,000 millones que Giordani dijo salieron de Cadivi; y la Ley de Transparencia en los Procesos de Contrataciones Públicas atacaría los guisos que ponen por delante el cobro del contrato y no la ejecución de las obras.

Además la nueva Asamblea legislará en materia de Seguridad. Medios de Comunicación Públicos y Comunales, Corrupción, Presos Políticos. Independencia del Poder Judicial. Sin embargo, nada se dice de la materia cambiaria que para muchos «es el meollo del asunto». Seguramente la MUD dejará que el Gobierno siga asumiendo el costo político de la crisis generada por cuatro tipos de cambio y que asuma el barranco de la devaluación.

Las iniciativas de la nueva Asamblea Nacional apuntan a la oferta, es decir, a la producción de bienes y servicios, y la agilización de la comercialización, hoy altamente monopolizada y controlada por el Estado, pero -por ahora- omiten algunas decisiones difíciles que quizás vayan surgiendo de las interpelaciones a Ministros y al Banco Central de Venezuela, o de la crisis misma que primero se pondrá peor antes de mejorar hacia la segunda parte de 2016, Las protestas dirán…

En el camino se enderezan las cargas. Amanecerá y veremos…
Francisco J. Quevedo