Nicolás, renuncia, pues, tanto va al cántaro el agua ... por Luis Augusto Graterol Hernández
#DesdeAporrea  Nicolás, renuncia, pues, tanto va al cántaro el agua … por Luis Augusto Graterol Hernández

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Se veia venir. Muchos revolucionarios, en diferentes formas de lenguaje, lo dijimos. So pena de ser tildados de contra revolucionarios, escuálidos, pelucones y una larga lista de epítetos peyorativos.

Empleamos la dialéctica, el análisis, la opinión, el consejo, la recomendación y otros muchos intentos de hacer uso del verbo para alertar, como lo haría Chávez, los peligros de la inercia gubernamental en relación con los temas de altísimo interés nacional, como lo son la economía, el manejo de nuestra divisa, la inflación, la materia alimentaria, los indices de inseguridad, la corrupción desmedida de funcionarios públicos y el rampante desabastecimiento en casi todos los inventarios de todos los rublos.

El gobierno hizo caso omiso. Se atrincheró en su actitud abusiva del poder y bombardeó a sus propios críticos como si fuéramos de la oposición.

Hoy sufrimos las consecuencias de esa torpeza dirigida por ti Nicolás. Y es solo el comienzo, pues lo que le viene encima al país no es fácil.

Esta derrota no es una simple circunstancia en la guerra. Anoche en tu alocución, tildabas este deslave electoral como la perdida de una «guerra pero no la batalla». Vuelves a errar en tu análisis Nicolás, pues esto no es una simple guerra. Ya esas las veníamos perdiendo una a una con las pobres actuaciones de tu gobierno en la principales materias de interés nacional y las torpezas inverosímiles de sus funcionarios.

No, Nicolas lo de hoy es una épica batalla perdida. Una peligrosa derrota que debes evaluar a la luz de un profundo análisis, pero no con el acostumbrado contubernio de los analistas y consejeros que te rodea, sino con otros asesores más sensatos y verdaderamente conscientes del hecho histórico que hoy, no solamente dicta tu entierro político como dirigente, sino que pone en jaque lo que queda del titánico esfuerzo del inigualable Hugo Chávez Frías: la revolución bolivariana.

Lo que sucederá de aquí en adelante, es materia de puro trámite. No hay que ser un analista muy sesudo para predecir lo que logró tu gobierno y el tren ejecutivo para el olvido que lo dirige. Lo que la oposición busca no es s tu cabeza, que por sí sola ha comenzado a rodar, esta gente quiere el país completo, sus dólares y sus empresas. Y la historia te lo demandará con profundo resentimiento, Nicolás.

Llegó el momento, no sólo de despedirte de los incompetentes que manejan tu gobierno, sino de ese lenguaje, nominalmente chavista que manejas, pero que en el fondo es profundamente anti chavista y de espaldas al legado del hombre que logró derrotar a la derecha, a quien hoy tu incapacidad de dirigir a un país cansado de esperar por tus promesas, entrega por la vía incuestionable de la democracia.

Tu dices en tu alocución, también para el olvido, que triunfó la democracia y yo pienso, que en términos electorales tienes razón, pero en términos políticos, perdió Venezuela, pues al igual que en Argentina, quien triunfó por la vía, repito, incuestionablemente democrática, no fue la alternativa para que la patria se enrumbe por el derrotero de la justicial social, sino que triunfó, gracias a ti, la peor opción para el futuro de los pobres de la tierra.

Es irónico, que quienes contribuyeron al empobrecimiento del país, a la peor injusticia social de la historia, a la violencia y la muerte de ciudadanos, a la mentira continuada en conchupancia con la conspiración extranjera que quiere apoderarse de nuestras riquezas, al deterioro de nuestra imagen en el escenario mundial controlado por el poder mediático de los poderosos, hoy se alce con una victoria que ellos hubieran tildado de fraude si no les hubiera correspondido.

Ganar en un juego democrático cuando no se es demócrata, solo sucede en Venezuela. Un país extraño donde la riqueza extrema contrasta con el padecimiento extremo al que ha sido sometida la población que se cansó de tu verbo y tu retórica, Nicolás. Y que en respuesta, no solo el este de Caracas, sino el mismísimo 23 de enero, envió un mensaje para que lo leas en los días que te quedan para pensar la forma de justificarle a la historia cómo echaste por tierra el legado de Chávez.

Lo menos que puedes hacer, Nicolás, si te queda algo de lo que alguna vez creímos los venezolanos revolucionarios que tenias, es renunciar. Pero antes de hacerlo, destituye uno por uno a los miembros de tu tren ejecutivo. A nuestro juicio y el de la inmensa mayoría de los venezolanos, los responsables directos de haber perdido la guerra económica que la conspiración política criolla aprovechó para vestirse de demócrata, ganando unas elecciones donde nunca le dieron crédito al arbitro electoral que hoy los proclama.

Aporrea