Los divisionistas por Claudio Fermín
Claudio Fermín Sep 13, 2015 | Actualizado hace 9 años
Los divisionistas por Claudio Fermín

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El descontento está en todas partes. En Iglesias, en partidos políticos, en sindicatos y gremios, en asociaciones de productores y en centros de estudiantes.

Periodistas e intelectuales protestan los abusos del gobierno. Amas de casa y transportistas viven en carne propia el alto costo de la vida y el desabastecimiento.

Los jefes de la logia chavista no pudieron impedir que sindicalistas, dirigentes comunitarios, políticos de base y profesores universitarios que se echaron al hombro las campañas de Chávez hoy sean parte de esa extendida masa humana que llamamos oposición.

Es un país hambriento de cambio. Todos aspiran que se escuchen sus reclamos y sus propuestas. Nadie quiere quedarse atrás en el desafío de reconstruir la economía, la convivencia y la paz.

Sin embargo, sectores privilegiados de la comunicación, la política y la economía, se presentan ante el debate público como apoderados de la unidad. Sólo ellos pueden hablar en su nombre. Quienes no les obedezcan son tratados como herejes. Se les llama traidores,vendidos y divisionistas.

Excluyeron de sus deliberaciones a casi todo el país, tanto así que hubo más de 1.300 personas postuladas a la Asamblea Nacional, opositores al gobierno, que nada tienen que ver con ese cogollo.

Se repartieron los territorios como quienes otorgaban encomiendas en nuestra época española. Este es tuyo y aquel de fulano. Así lo hicieron en Lara, en Amazonas, en Zulia, en Nueva Esparta, en Miranda.

Impusieron forasteros en Apure, en Vargas, en Caracas, en Delta Amacuro, en Nueva Esparta, en Lara, en Zulia, en Aragua.

A regañadientes, porque no pudieron acordarse en los repartos, hicieron elecciones primarias en 33 circuitos pero se reservaron 54 circunscripciones para poner candidatos a dedo. También impusieron candidatos en las 24 listas correspondientes a los estados.

Pretendían perpetrar ese atropello sin que nadie levantara la voz. Pero no fue así. Centenares de legítimos dirigentes de todas las regiones postularon sus nombres y propuestas para representar a sus pueblos.

La rosca, airada por sentir sus fueros disminuidos, llama a eso dividir. Participar es para ellos dividir. Atender el clamor de las regiones es dividir. La unidad la entienden como sumisión a sus designios y caprichos. Así son las oligarquías políticas.