La estrategia de Maduro sobre el Esequibo por Reyes Theis
La estrategia de Maduro sobre el Esequibo por Reyes Theis

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La pregunta clave sobre el impasse actual entre los gobiernos de Venezuela y Guyana por el tema del Esequibo, es ¿Por qué ahora?

Nicolás Maduro Moros fue el segundo ministro de Exteriores con más tiempo en su cargo en toda la historia del país (seis años), solo superado por Pedro Itriago Chacín, quien estuvo por casi 15 años en el puesto (1921-1936), entre el Gobierno de Juan Vicente Gómez y el de Eleazar López Contreras. Durante su larga pasantía por la Casa Amarilla no levantó la voz para protestar por la concesión petrolera que reactivó el gobierno de izquierda de Donald Ramotar a la trasnacional Exxon.

¿Qué cambió? ¿Por qué Maduro ahora alza la voz y enarbola las banderas de la venezolanidad del Esequibo, que contrasta con su historial de silencio? ¿Será que alguien lo convenció de su error? ¿Será que está comprometido realmente con corregir el error histórico?

 

Del decreto de Obama al Esequibo

El 9 de marzo de 2015 el presidente de Estados Unidos Barack Obama aprobó una orden ejecutiva y declaró “una emergencia nacional con respecto a la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos planteada por la situación en Venezuela». Esta orden permitía implementar las sanciones contra un grupo de funcionarios venezolanos señalados por violaciones a los derechos humanos.

Luego de conocerse la medida, el Gobierno se lanzó con una campaña nacional e internacional en medios de comunicación convencionales y por las redes sociales que impulsaban  el lema #Obamaderogaeldecretoya a la vez que se inició un proceso de recolección de firmas en todo el territorio nacional.

Las encuestas dieron cuenta del impacto de esa campaña y evidenciaron cómo el uso del fervor nacionalista contra la gran potencia había ocasionado un efecto. “Antes de que se emitiera esta Orden Ejecutiva, el 70,8% de los ciudadanos tenía una valoración negativa de la gestión del Jefe del Estado. La campaña contra la orden Ejecutiva provocó que esta percepción cayera 5 puntos porcentuales hasta ubicarse en 65%”, escribió el colega Eugenio Martínez. No obstante, advirtió que su impacto fue efímero, ya que al cierre de mayo, el 68,8% de los ciudadanos evaluaba negativamente la gestión del Presidente.

El chavismo parece entonces haber encontrado la poción mágica que permita el milagro de revertir la imagen negativa del Gobierno, algo que las repetitivas campañas contra la “guerra  económica” no habían logrado. Había que sacudir el país, sobre todo tratar de reconectar con el chavismo, con una campaña de corte nacionalista que tratara de unificar al país en torno al Presidente y mandara al foso de los periódicos a los incómodos temas económicos.

Esto explica entonces dos elementos del impasse con el Esequibo: en primer lugar la insistencia inicial de no reclamar directamente al Gobierno guyanés el tema de la concesión, sino a Exxon (trasnacional estadounidense), en un esfuerzo por hacer ver que Estados Unidos está detrás de una maniobra de agresión a Venezuela.

En segundo término, explica la razón por la cual Nicolás Maduro da la orden de instalar “esquinas calientes” en todo el país para “discutir el caso del Esequibo”, en un intento proselitista de potenciar el impacto de la retórica sobre este tema.

En Venezuela  hay experiencia histórica de la inclusión repentina de temas en las agendas de las campañas que dan un vuelco en la intención de voto, como ocurrió con el llamado “Dakazo”, que según Datanalisis, le significó al Gobierno un incrementó de  12%, con su consiguiente impacto en los resultados electorales de diciembre de 2013.

Consideramos que la maniobra y las razones de este inusitado “fervor patrio” son evidentes.

 

@reyestheis

El autor es periodista y profesor universitario, especialista en opinión pública y comunicación política y ha cubierto por 10 años la fuente periodística de relaciones internacionales de Venezuela.