He decidido sumarme a la huelga de hambre que desde hace varias semanas iniciaron desde la cárcel nuestros hermanos Leopoldo López y Daniel Ceballos. Lo hago acompañado de un grupo de concejales del área metropolitana de Caracas que, todos en conjunto y siguiendo lo que nuestras conciencias nos dicen, hemos querido dar un paso al frente y alzar con firmeza nuestras voces a favor de una causa tan valiosa como justa: Venezuela.

A lo largo de más de 10 años he trabajado en Chacao a favor del bienestar de nuestros vecinos. Ha sido una profunda vocación de servicio la que me ha llevado a recorrer todas nuestras comunidades con el único fin de conocer sus problemas y buscar las respectivas soluciones.

Esa experiencia no ha hecho otra cosa que incrementar día a día el amor que siento por nuestro país así como afianzar aún más mi compromiso por lograr La Mejor Venezuela, esa donde todos los derechos sean para todas las personas sin exclusiones ni privilegios de ninguna clase, y donde podamos juntos superar la pobreza en paz y en democracia.

Hoy nuestro hermoso país vive la peor crisis de su historia. Una crisis que trasciende todos los aspectos (político, económico y social) y que nos golpea con fuerza a todos por igual. Nadie está exento de ser víctima del hampa desatada y promovida por un sistema de justicia corrupto que solo nos ofrece impunidad para los delincuentes y cárcel para los inocentes; nadie se libra de la escasez de alimentos y de medicinas que nos obliga a hacer largas colas en los supermercados para comprar tan solo una cantidad limitada de bienes por semana; y nadie puede evitar las terribles consecuencias que tiene para su bolsillo el vivir en el país con la inflación más alta del mundo, algo que nos está convirtiendo en un pueblo cada vez más pobre.

La salida de esta terrible crisis pasa necesariamente por cambiar a las personas que hoy están en el poder, porque todos debemos tener algo muy claro: Venezuela nunca saldrá adelante mientras este gobierno continúe.

Es por ello que asumiendo cabalmente la estrategia de la lucha no violenta que tantos frutos dio a muchos movimientos liberadores a lo largo del siglo XX, Leopoldo López junto a un grupo de venezolanos adoptamos el método de la huelga de hambre como una forma de protesta pacífica, para que de una vez por todas el CNE anuncie la fecha oficial de las elecciones parlamentarias y acredite la observación internacional de la OEA y la Unión Europea, algo que nos permitirá avanzar popular y democráticamente en la consecución del cambio necesario que todo nuestro país quiere y necesita.

De igual forma exigimos la liberación de todos los presos políticos que permanecen injustamente retenidos en nuestras cárceles, así como el cese de la tortura, la represión y persecución por motivos políticos o de cualquier otra índole. Abusos de este tipo se han vuelto peligrosamente cotidianos; un ejemplo claro lo vivimos ayer, cuando la Guardia Nacional se llevó violentamente detenido al concejal del municipio Sucre Edmundo Rada, ¿su delito? Pedirle al CNE la fecha de la elección parlamentaria.

Entiendo perfectamente los riesgos asociados a la realización de una huelga de hambre ante un gobierno que ha dado muestras inequívocas de no importarle la vida de ningún venezolano. Un gobierno indolente, torturador y perseguidor, únicamente interesado en mantener e incrementar su poder y no en otra cosa. Sin embargo, debo decir que el sacrificio de una huelga de hambre se hace menos pesado cuando se sabe que cada vez más personas en Venezuela pasan hambre sin necesidad de estar en una huelga.

Esta protesta es por ellos, por nuestro futuro … por Venezuela.

 

@AlfredoJimenoR

Concejal de Chacao