Esta semana es el cumpleaños de un gran amigo. Un hermano con el que me ha tocado vivir muchas experiencias enriquecedoras, alguien a quien debo agradecerle mucho de lo que soy, con quien me une una visión y una aspiración de país y a quien el gobierno nacional encarceló injustamente por temor a sus ideas de cambio; me refiero a Leopoldo López.

Hoy, a más de un año de su encarcelamiento y viendo las cosas en retrospectiva, estoy más convencido de que es el miedo el principal motor que mueve al gobierno cuando de Leopoldo López se trata. Por miedo lo inhabilitaron políticamente y no permitieron que el pueblo caraqueño lo hiciera su Alcalde Mayor; por miedo ignoraron la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que le ordenó al Estado venezolano levantarle la injusta inhabilitación; por miedo lo mantienen aislado en una prisión militar a las afueras de Caracas; y por miedo lo someten a un juicio político, a puerta cerrada y groseramente monitoreado desde Miraflores.

Vale la pena preguntarse la razón por la cual el gobierno nacional le teme tanto a Leopoldo López. La respuesta, a la luz de lo que ha sido su carrera política, parece obvia.

Sin haber cumplido aún los 30 años de edad, logró ganarse la confianza de los vecinos de Chacao, convirtiéndose así en uno de los alcaldes más jóvenes en la historia del país. En un principio no fueron pocas las voces que se levantaron para señalar con preocupación su supuesta inexperiencia, pero ellas mismas con el tiempo dieron paso a otras con mensajes de reconocimiento y de apoyo, porque en tan solo 8 años, y con una realidad nacional sumamente adversa, Chacao logró convertirse en un oasis de ciudadanía para toda Venezuela.

Gracias al empeño de Leopoldo y de todos los que trabajamos con él durante sus dos periodos como alcalde, Chacao fue testigo y beneficiario de obras palpables en beneficio de la calidad de vida de todos los vecinos, por ejemplo: el Centro Deportivo Eugenio Mendoza, el Gimnasio Vertical de La Cruz -primero en Venezuela-, la amplia red de ambulatorios del sistema Salud Chacao, la “casita” sede del programa de atención a la Juventud Prolongada, las escuelas Juan de Dios Guanche y Carlos Soublette, la renovación de la avenida Francisco de Miranda, el nuevo Mercado de Chacao, el Centro Cultural Chacao, la sede del programa Techo dedicado a la atención de las personas en situación de calle, las plazas El Indio y Juan Pablo II, los parques Boyacá, La Mansión, Caballito (remodelado) y Humboldt, así como la proyección del teatro municipal de Chacao y la Plaza de Los Palos Grandes.

Pero si bien todas y cada una de esas obras son de trascendental importancia, una de las cosas más importantes que logró Leopoldo durante sus años como alcalde fue la reducción y control de los índices de inseguridad en el municipio. Chacao se convirtió en uno de los municipios más seguros de toda Venezuela, y eso justo en el momento que los índices de inseguridad crecían alarmantemente a lo largo y ancho de todo el país.

Como resultado de su gestión, Leopoldo salió de la alcaldía con una aprobación superior al 90% y como claro favorito para ganar por amplia diferencia la elección por la alcaldía metropolitana. Pero ante las muestras inequívocas de su capacidad de gerencia, y ante su constante maduración como líder político, el gobierno nacional, absolutamente dominado por el miedo, no encontró otro camino mejor que el del ataque y la injusticia para sacar del medio a un líder joven con comprobadas capacidades y principios democráticos.

Hoy ese líder está en prisión, pero lejos de doblegarlo, el gobierno nacional lo único que ha logrado es hacerlo más fuerte y maduro.

Por eso desde Chacao, municipio al que tanto dio y que le sirvió para formarse como líder político, queremos mandarle un mensaje de aliento que es el mismo que le manda todo el país, con la certeza de que más temprano que tarde, lograremos el sueño de La Mejor Venezuela.

 

@AlfredoJimenoR