Cuando en los años 60 los  turistas extranjeros, principalmente Norteamericanos, al llegar a Caracas preguntaban si era aconsejable tomar el agua del chorro ( Is is safe to drink the water ?) esto causaba risas y  la contestación solía ser  » .. pero señores no estamos en África, sino en un país civilizado.» Hoy en día no podemos decir lo mismo.
Empecemos con el hecho que hace años ingenieros civiles y expertos en hidrografía e hidrodinámica alertaron al gobierno del problema de la continua expansión del lago de Valencia advirtiendo que afectaría a vastas zonas al sureste de la capital carabobeña y también resultaría  en una seria amenaza para la parte sur de la ciudad de Maracay.
Esto se debe a que todas las aguas negras de Valencia son descargadas en el Rio Cabriales que desemboca en el Lago de Valencia mientras que el extremo sector este del lago recibe las aguas negras de  Maracay, Villa de Cura y  Guacara  y con la peculiaridad de que el lago no tiene salida alguna.
El mayor consumo de agua debido al aumento de la población alrededor del lago y del número de fábricas de este importante corredor industrial han hecho subir el nivel del lago al punto de que innumerables  buenos terrenos agrícolas y unas elegantes urbanizaciones  cerca de Valencia están ahora bajo agua y las poblaciones cercanas al túnel de la Cabrera han sido desalojadas al ser invadidas por las aguas.
El viaducto de la Cabrera de la autopista Regional del Centro, que mide más de un kilometro, y que fue construido sobre pilotes porque el terreno era muy pantanoso, está a punto de convertirse en un puente en peligro de ceder porque sus soportes nunca fueron diseñados para aguantar tal invasión de agua y el deterioro que podría causar a dicha estructura. «No se asombre,» nos dice un ingeniero civil, » que el viaducto colapse en menos de un año.
Por otro lado, la necesidad de aumentar el suministro de agua potable para Valencia fue la razón del porque se construyeron los embalses de rio Pao en Cachinche y en el Paso de la Balsa que han cumplido cabalmente con su deber. Solamente que hace cinco años el presente Gobierno Nacional decidió aliviar el volumen excesivo de aguas negras que fluyen al lago de Valencia desviándolas a la cuenca del Rio Pao anulando de esta forma la bondad del agua potable encauzada a través de sus dos embalses para reducirla en un agua seminegra de tan mala calidad que tiene que ser tratada  con una cantidad de cloro 15 veces mayor a la permitida por la Organización Mundial de la Salud o World Health Organization (WHO) para eliminar microorganismos fecales sin poder evitar que sea un agua altamente toxica.
No satisfecho con este disparate, aunque con la finalidad de reducir aún más el nivel del Lago de Valencia, el Gobierno luego decidió bombear sus aguas a través de un túnel que alcanza el Rio Tucutunemo  para encauzarlas luego en el Rio Guárico  y desembocar en el Embalse de Camatagua que es la fuente principal de agua de Caracas que para quedarse de esta forma  definitivamente calificada como altamente contaminada.
«Ahora,» señala nuestro interlocutor con ironía,» los Caraqueños nos hemos acercado a la gente de Valencia y Maracay compartiendo sus heces….» y aconseja: » para uso domésticos en Caracas lo mejor es acumular agua de lluvia, por lo menos hasta se presenten vientos contaminados, cosa difícilmente posible.»
Pero lo peor de todo este drama es la amenaza que corre la parte sur de Maracay, especialmente las zonas de La Cabrera, Palo Negro y Santa Cruz que dan hacia el lago y  cuyo nivel sobre el mar está unos 60 metros debajo bajo al de Valencia. En estos sectores se han construidos unos diques de  5 metros de altura para evitar inundaciones, pero están a punto de ser rebasados por las aguas y  tratándose de diques de  tierra pueden desmoronarse fácilmente en cualquier momento poniendo en peligro  las vidas de  centenares de familias.