Un compendio de ocho documentos, con más de 118 páginas, introdujo la defensa de Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, este 2 de julio en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, para solicitar al juez Paul Crotty la supresión de todas las pruebas documentales que generó el Departamento Federal Antinarcóticos de EE.UU (DEA), durante al menos cinco reuniones entre los sobrinos de la primera dama venezolana Cilia Flores y supuestos narcos.

La estrategia de ambas defensas ha sido articulada. Las prestigiosas firmas Boies, Schiller & Flexner, LLP y Sidney Austin, LLP, que protegen los interesas de Campo y Flores, respectivamente, trabajan juntas en este intento de desestimar las pruebas más importantes evacuadas por la Fiscalía de EE.UU.

Son esas en las que ambos jóvenes sostienen reuniones para presuntamente “conspirar y llevar 800 kilos de cocaína a EE.UU”, tal y como citan los expedientes. El Pitazo expone aquí los principales elementos que la defensa aspira suprimir.

La declaración del abogado Jackson

Uno de los documentos insertos el 1° de julio, recoge la declaración de Randall W. Jackson, abogado defensor de Efraín Antonio Campo Flores, asociado del prestigioso bufete Boies, Schiller & Flexner, LLP. El letrado enumera todas las “irregularidades” que según su conocimiento existen en las pruebas evacuadas por la Fiscalía y que fueron aportadas por la DEA.

“He revisado el material que la Fiscalía nos ha entregado y es obvio, ha sido recogido por informantes confidenciales que portaban equipos de grabación en todas las etapas de la investigación”, dice Jackson en su declaración. Estas pruebas presentarían inconsistencias según el criterio del defensor.

Primera reunión. Honduras, 4 de octubre de 2015

Este encuentro es el primero de cinco en los cuales Flores de Freitas y Campo Flores cierran un supuesto acuerdo con algunos individuos, para presuntamente introducir en EE.UU un cargamento de cocaína. “Yo revisé las fotografías de una reunión a cielo abierto entre ciertos individuos y los acusados. Basado en esos datos y mi conversación con el Gobierno, entiendo que dicho encuentro se llevó a cabo en Honduras el 4 de octubre de 2015. Entiendo que en esa reunión estuvieron presentes informantes confidenciales de la DEA con equipos de grabación; sin embargo, no tenemos evidencias de esa supuesta prueba”.