Los paparrachos de la revolución
Jun 19, 2016 | Actualizado hace 8 años
Los paparrachos de la revolución

 

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Hay tres tipos de padres en la vida: los buenos, los malos y los que nunca aparecieron. Para celebrar el día del padre, y para hacerte valorar al tuyo, hemos seleccionado a los peores padres de la nuestra realidad nacional. Desde Hugo Chávez, que se autoproclamó el papá de Nicolás Maduro, hasta Tareck El Assami, el padre de “los pranes”. Si estos son los ‘papás’ de la revolución más de uno preferiría ser huérfano

 

Unidad de Investigación Runrun.es

 

Hugo Chávez: El padre de Maduro

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Además de engendrar la violencia, la polarización, el odio político, la anarquía como forma de Gobierno y la destrucción de las instituciones del Estado, Hugo Chávez es, nada más y nada menos, el padre político del presidente Nicolás Maduro.

Así lo dijo el propio Chávez aquel 8 de diciembre de 2012, cuando se despidió del país la última vez que se le vio con vida. En esa ocasión asignó Maduro la responsabilidad de ser su heredero político. Desde entonces, con frecuencia, Maduro recuerda que él es “hijo de Chávez”.   

Como buen heredero, Maduro se ha encargado de terminar la tarea de destrucción del país que inició su “padre” en 1999, incluso con más eficacia que su progenitor revolucionario. En solo dos años, Maduro ha logrado acabar con la renta petrolera, desaparecer la comida de los anaqueles, llevar la inflación a tres dígitos, enterrar la popularidad del chavismo y colocar a Venezuela en el segundo lugar entre los países más violentos del mundo.

Y no debería sorprender que el hijo de un “Intergaláctico” sea un alienígena.

Hugo Chávez es además el padre de la crisis económica que hoy vive el país, el padre irresponsable que se rumbeaba los reales con sus amigos de Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, mientras sus hijos pasaban trabajo.

El padre con malas juntas, que metió en su casa a sus amigos en malos pasos, y hoy dañan su hogar con acciones delictivas (la guerrilla).

El padre permisivo que dejó el que el narcotráfico penetrara y consumiera la institución militar que tanto “defendió”. También el padre que dejó que la corrupción llevara a Venezuela a ser uno de los países más afectados por este flagelo.

En fin, Chávez fue todo un padrazo…

Nicolás Maduro: El padre de los bachaqueros, la OLP y los Clap

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A este padre le adjudican la crisis actual que hay en el país y, precisamente por ésto, algunos seguidores del difunto Presidente se han desmarcado del chavismo. Los más fieles a Hugo Chávez, sin embargo, aclaran que son chavistas pero no maduristas.

La muerte de Hugo Chávez fue un ascenso político para Nicolás Maduro, quien como vicepresidente de Venezuela asumió funciones administrativas y económicas del país durante la enfermedad del difunto jefe de Estado quien en su último mensaje transmitido en cadena nacional en diciembre de 2012 le pidió al pueblo que votara por Maduro si quedaba inhabilitado para gobernar.

Nicolás Maduro ha sido criticado por su escaso vocabulario y por los múltiples errores que ha cometido en alocuciones presidenciales. Aunque en varias ocasiones ha sido desacreditado por no tener estudios superiores y por haber sido conductor del Metro de Caracas, el ahora primer mandatario del país no ha sabido manejar el volante de Venezuela, una nación que en la actualidad es noticia en el mundo entero por la escasez de alimentos y medicinas, inflación e inseguridad.

Maduro es además el padre de los bachaqueros, pues esta práctica delictiva y corrupta nació con su gestión. También es el progenitor de la Operación de Liberación del pueblo (OLP), un operativo de exterminio que acumula más violaciones del derecho a la vida que El Caracazo. Y cerrar. El presidente Nicolás Maduro creó los Clap…   

 

Rafael Ramírez: El padre del derroche petrolero

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Este padre estuvo a la cabeza de la principal empresa del país durante la década de bonanza petrolera más grande de la historia nacional. Ramírez asumió la presidencia de Pdvsa en 2004 y se mantuvo al frente de la industria hasta 2014. Aunque durante ese período el país obtuvo ingresos por exportaciones petroleras que rondaron los 700 mil millones de dólares, la deuda pública se multiplicó por cuatro.

Durante la gestión de quien ahora se desempeña como embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas, poco trascendió acerca de las irregularidades administrativas que ocurrieron en Pdvsa. Hoy se sabe que: “solo en los casos conocidos públicamente, la suma de recursos involucrados en actos de corrupción ronda los 7 mil millones de dólares”, afirmó el presidente de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara.

Desde febrero de 2016, el padre del derroche petrolero es objeto de una investigación por parte de la Comisión de Contraloría por su presunta participación en los siguientes casos: irregularidades en el fondo de pensiones de Pdvsa a través de un esquema piramidal; la contratación de seguros contra accidentes, particularmente referida a la tragedia de Amuay; el caso Andorra, por la posibilidad de tratarse de una operación triangulada para el lavado de dinero; el caso de la quiebra del Bandes, por cerca de 800 millones de euros; y sobornos en contrataciones para proyectos en la Faja Petrolífera a través de Ecopetrol y Petrobras.

 

Alí Rodríguez Araque: el padre del colapso eléctrico

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Detrás de la gestión de Alí Rodríguez Araque en el Ministerio de Energía Eléctrica, se esconden los grandes desaciertos y escándalos que han sumido a Venezuela en la oscuridad. Desde su despacho se configuró como un padre tirano y centralizador. Con la aplicación de la Ley Orgánica de Reorganización del Sector Eléctrico, unificó las diversas compañías eléctricas que funcionaban en el país, lo que decantó en un desorden gerencial y en una destrucción progresiva de la empresa eléctrica nacional. También impulsó la creación de un sindicato único que devastó el capital humano con el que hasta entonces se contaba.

Su posición tampoco sirvió para que detuviera, o al menos revisara, la cantidad de contratos que se firmaron con Derwick Associates, que estafó al Estado venezolano con la construcción e instalación de 12 plantas eléctricas usadas, pagadas con sobreprecio, que dejaron a medio camino la promesa de abastecer al país a través de energía termoeléctrica.

Rodríguez Araque, además de ministro, fue miembro del Estado Mayor Eléctrico junto con Elías Jaua y Jorge Giordani. Los tres tenían la misión de atender y resolver, con visión de futuro, la emergencia que atravesaba un país que en 2010 –tal como ahora– dependía del nivel del embalse del Guri para mantenerse encendido. El resultado de aquel triunvirato está a la vista: la nación funciona a media máquina gracias al racionamiento de energía y a la irresponsabilidad de quienes tenían el deber de evitar la debacle.

El padre del colapso eléctrico también fue pionero en el anuncio de excusas insólitas para justificar los apagones. En abril de 2010, se informó desde Cadafe que una iguana ‘comecable’ dejó sin luz por 20 horas a 10 sectores de Lechería, en Anzoátegui. En 2012, Rodríguez Araque se retiró del cargo por motivos de salud, pero el absurdo siguió. Durante la gestión de Héctor Navarro, se dijo que un rabipelado mordió un cableado y apagó las luces de buena parte de Puerto Ordaz. En los tiempos de Jesse Chacón, quien prometió que en 100 días resolvería la crisis eléctrica, un ventarrón tumbó ocho torres de alta tensión en Monagas.

Hoy, Venezuela vive las consecuencias de la ineficiencia de Rodríguez Araque y quienes le sucedieron.

 

Carlos Osorio Zambrano: el papá de los alimentos racionados

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Si se buscan responsables de la escasez de alimentos en Venezuela, hay que revisar quienes se han encargado de la distribución de los principales productos que forman parte de la dieta del venezolano. Uno de ellos es el general activo del Ejército, Carlos  Alberto Osorio Zambrano, que no solo ha sido ministro para la Alimentación en dos oportunidades (2010-2013 y 2015-2016), sino que también ha comandado organismos vinculados a la compra, aprovisionamiento y repartición de comida desde hace más de un lustro. Sobre lo que come el venezolano tiene que ver con sus decisiones.

Los ojos de Osorio se han posado sobre toda la cadena alimentaria desde 2006 cuando presidía la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (Sada). Fue el principal promotor del Sistema Integral de Control Agroalimentario (Sica), que emite las guías de movilización para rastrear todos y cada uno de los alimentos que se distribuyen en el territorio nacional implantados por la revolución chavista para garantizar “la soberanía alimentaria”.

La primera vez que fue nombrado ministro para la Alimentación, en julio de 2010, presidió también la principal importadora de alimentos del país, Corporación de Abastecimiento y Servicio Agrícola, mejor conocida como Casa, adscrita al mismo ministerio del cual Osorio era titular.  No sólo controlaba las compras estatales en el extranjero, sino también tenía potestad de controlar a los privados al decidir la emisión de certificados de importación y autorizar las divisas para importación ante Cadivi. Además,  asumió la presidencia de Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), vicepresidente de la Soberanía Alimentaria y Coordinador del Estado Mayor contra la guerra económica.

Osorio ha ocupado vorazmente otros cargos, como la presidencia de CVG (mayo 2013), ministro para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno (abril 2014 – marzo 2015) y desde enero de 2016 es Jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (Redi) Central.

Osorio no quiere hablar sobre su responsabilidad política en la escasez de productos de la cesta básica, asignación de divisas para la  importación de alimentos y materia prima para su elaboración, irregularidades en Pdval, Casa, Mercal y corrupción en Abastos Bicentenario y CVA, tal como dejó ver con el desplante que hiciera el 21 de abril de 2016 a la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional a la que fue convocado a comparecer.

Sobre lo que si quiso declarar fue sobre un reportaje publicado por Cuentas Claras el 18 de abril de 2016, que reveló que los cuñados del exministro, Tomás Marquina Parra y Nestor Enrique Marquina Parra (hermanos de su esposa Iraida Marquina Parra) recibieron 6 millones de dólares para comprar carne para Casa. El 13 de junio, Osorio introdujo una demanda “por daños y perjuicios morales contra los ciudadanos” Carlos Tablante, Ismael García y Carlos Berrizbeitia “para que no sigan injurias a su reputación y honor”.

 

Carlos Rotondaro: el papá del sistema crónico de salud

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Como si no existieran: las protestas de padres y niños con cáncer, pacientes hemofílicos, transplantados y con VIH no le bastan al presidente del IVSS, general Carlos Rotondaro, para admitir que hay insuficientes medicamentos para  los pacientes con enfermedades crónicas. Hasta por su cuenta de Twitter insiste en negar que hay casi 100% de escasez de medicinas e insumos médicos en Venezuela, tal como lo registran organizaciones como la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), Médicos por la Salud y asociaciones gremiales como la Federación Farmacéutica de Venezuela.

A Rotondaro le toca responder por esta crisis como presidente de un sistema de salud que administra 38 hospitales, 67 centros de atención primaria y 54 farmacias que distribuyen medicamentos gratuitos, entre ellos los de alto costo.  Sólo en agosto de 2015 reconoció que había fallas “puntuales” y retrasos “ocasionales” en la asignación de divisas para la compra de medicamentos en el extranjero. Le echó la culpa de la disminución de los inventarios nacionales a la caída de los precios del petróleo, lo que llevaba a la institución a comprar productos más económicos mediante los convenios con Cuba, Brasil e incluso la India.

En aquella oportunidad, reiteró que los medicamentos sí están garantizados. Pero en abril 2016, ya no atendió a las demandas de los pacientes crónicos que se acercaron hasta la sede del IVSS en Altagracia, Caracas, para exigir medicamentos para continuar su tratamiento.

Pero no siempre hubo recortes presupuestarios al organismo que Rotondaro dirige desde 2007. El IVSS se encuentra entre las primeras 10 entidades del sector salud que más recibieron 856 millones de dólares preferenciales de Cadivi para la importación de 73 mil toneladas de insumos médicos entre 2010 y 2014. Aparte, aprobó “a dedo” 455,6 millones para la compra en el exterior de equipos médicos a un solo grupo de  empresas encabezada por Continental Médica.

Cual padre que desconoce a sus hijos, Rotondaro, el presidente del IVSS con mayor permanencia en el IVSS, niega que haya escasez de medicamentos e insumos médicos en Venezuela.

Jorge Rodríguez: el padre que abandonó Caracas

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Durante siete años consecutivos, la cara de Jorge Rodríguez ha ardido durante la Quema de Judas. ¿La razón? Su pésima gestión como alcalde de Caracas, cargo que ocupa desde noviembre de 2008, cuando fue elegido con 54% de los votos.

Contenedores y aceras rebosadas de basura, plazas y pasajes que rezuman abandono, quebradas y alcantarilla obstruidas por desechos, calles que se inundan en minutos con la lluvia, lugares de esparcimiento público tomados por la delincuencia, indigencia por doquier. La capital tiene los síntomas de una urbe enferma, desahuciada, y el padre designado para cuidarla ha preferido invertir grandes presupuestos en festivales de cine, teatro y música, que entretienen a los ciudadanos, pero que no se resuelven los problemas esenciales de la ciudad. Circo, mucho circo, pero sin nada pan.

Las quejas de los vecinos de Caracas no sólo se dirigen hacia el descuido, sino también al alto costo de los impuestos municipales, en una jurisdicción que se hunde entre los desperdicios y la suciedad, y a la escasa seguridad, motivada al déficit de funcionarios que sufre Policaracas, lo que ha ayudado al incremento del crimen. En marzo pasado, el presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri, Antonio Ecarri, explicó que la sede central del cuerpo policial estaba ubicada en la zona de mayor impunidad y anarquía de la capital: la Cota 905, hecho que ayudaba a que los uniformados fuesen presa fácil del hampa.

El retraso en la ejecución de obras de infraestructura es otro señalamiento contra Rodríguez, quien tardó alrededor de 17 meses en reinagurar el Parque Carabobo, cuyos bancos habían sufrido meros destrozos durante las protestas de 12 de febrero de 2014. La plaza La Concordia estuvo cerrada por un período similar. Organizaciones civiles que hacen vida en el municipio han indicado que en estas refacciones se cuecen los guisos del alcalde.

Durante su mandato, Rodríguez ha ocupado otros cargos temporales dentro del chavismo, como si no fuera suficiente con las ocupaciones que debería atender en su alcaldía. En 2012, fue el Jefe Nacional del Comando de Campaña Carabobo, que en octubre de 2012  llevó a un Hugo Chávez moribundo a su cuarta victoria presidencial. El año pasado, cumplió el mismo papel en el Comando de Campaña Bolívar-Chávez, de cara a las elecciones parlamentarias del 6D, que el chavismo perdió de manera estrepitosa. Su última misión extracurricular ha sido presidir la Comisión para la Verificación de las Firmas, es decir, el intento oficialista de impedir la realización del referendo revocatorio contra Nicolás Maduro.

 

Tareck El Aissami: El padre de los pranes y la delincuencia organizada

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La gestión de Tareck El Aissami frente al ministerio de Relaciones Interiores no solo no acabó con la inseguridad, sino que además profundizó el problema de la violencia y la criminalidad en el país.

Uno de los fracasos más notorios de El Aissami fue la pérdida de control de las cárceles venezolana a manos de los pranes. En 2011 un par de reos, autodenominados pranes, motorizaron un alzamiento en el internado Rodeo II y dejaron al descubierto quién mandaba en las prisiones de Venezuela. Estos pranes forzaron a los más altos líderes del gobierno a negociar con ellos, y luego de este hecho el presidente Hugo Chávez le quitó al despacho de El Aissami la autoridad sobre los centros penitenciarios y creó un ministerio solo para atender a los privados de libertad.   

En los últimos años, ahora como gobernador del estado Aragua, El Aissami ha logrado posicionar a esta entidad entre las más violentas y donde opera abiertamente el crimen organizado. Allí son frecuentes los ataques a sedes policiales, el asesinato de policías y los toques de queda impuestos por el hampa.

La revolución también tiene otros padres que han dejado su legado rojo: Diosdado Cabello, Elías Jaua, Nelson Merentes, Marco Torre, Aristóbulo Istúriz…