Se cambian los papeles. Era tiempo. Al gobierno las crisis le vuelven a estallar en la cara. Y no hay manera de que pueda solucionar ni en el 2011 ni en el 2012 cuatro de sus grandes crisis: la salud, la eléctrica, la inseguridad y la inflación. Los apagones son el elemento visible del drama. Por el contrario, la oposición comienza a ver luz. Ramón Guillermo Aveledo promete que en abril habrá fecha, reglamento y esquema para las primarias. Se ha salvado el escollo. Los precandidatos pueden respirar, y los votantes, abrigar esperanzas. Lo de Aveledo es confirmado por Henry Ramos Allup. El secretario general de AD ya no descarta la tarjeta única, y esta es una gran noticia. De modo que el proyecto opositor toma velocidad. Dos candidaturas lucen con bríos, la de Henrique Capriles Radonsky y la de Antonio Ledezma: éste ya recorre el país. En cambio, al gobierno se le enreda el discurso. Chávez sigue hablando de la corrupción en la IV República, metiendo en el paquete al fallecido Carlos Andrés Pérez. Pero no se percata de lo que dijo Diosdado Cabello: que en el oriente del país, en los debates internos del PSUV, lo que más se cuestionó fue la corrupción y el sectarismo rojo. Hay enredo en el gobierno. Es lo que también dicen los números. Por ello, Aveledo ya puso la cifra: 7 millones de votos, o nada.