El asunto Julio Borges por Juan Carlos Zapata - Runrun


Cuando Chávez daba su discurso ante la Asamblea Nacional y fue interrumpido por Julio Borges para proponer el debate en torno a los reales de la ayuda internacional, ahí comenzó todo. Ahí comenzó a operar la estrategia. Hay que darle una lección al diputado Borges. ¿Qué es eso de ley candado? ¿Qué es eso de Don Regalón? Así se preparó la respuesta para la sesión en la que se iba a discutir el discurso presidencial. Así fue escogido Diosdado Cabello, encargado de marcar a Borges, en caso de que éste interviniera. Se prepararon los papeles y los cheques. Claro, con lo que no contaban los del PSUV, ni Chávez ni Cabello, es con la respuesta del líder de Primero Justicia. No se imaginaban que tuviera una piel tan delgada. Lleva años en la política y no ha curtido la piel. No aguanta. Cuando Borges se levantó y fue a encarar al presidente de la Asamblea Nacional solicitándole el derecho a réplica, entonces se alzaron los ánimos en la bancada roja. Lo peor es la cara de Borges en la señal oficialista. Ni para eso el diputado estaba preparado. ¿Qué cara poner cuando te atacan por debajo? Lo incomodó, evidentemente Y de allí en adelante, Cabello se transformó en tremendo diputado, según dijera Chávez, ganándose además el respeto de sus colegas de bancada, quienes lo protegían y cuidaban aquella tarde de debate.

Dos que ya no ocultan nada

Henry Ramos Allup y César Pérez Vivas han dejado de deshojar la margarita. Quieren ser candidatos aunque no lo expresan abiertamente. El gobernador del Táchira ya lo dice: ni pongo ni quito mi nombre. No es el momento. Ramos Allup, por su parte, ha pasado del rotundo no, a decir que sí, al tiempo de reconocer, sin embargo, que bastante resistencia va a encontrar en el camino, inclusive en su propio partido, AD, el más grande de la oposición. De modo que crecen los aspirantes para las primarias opositoras.

Por Juan Carlos Zapata