¿Qué es lo que hace democrático a un Gobierno? ¿Solamente el voto recogido en las urnas o esa auténtica legitimidad que suponen sus acciones? Venezuela y su revolución autodenominada bolivariana ha venido profundizando una política de Estado que empezó con el voto popular que obtuvo Hugo Chávez en las urnas y su fuerte liderazgo, continuó con Nicolás Maduro, al sobrevenir el fallecimiento de líder, y que en el camino dejó dudas sobre la limpieza del sufragio. Algo que quisiéramos preguntar a la inefable Tibisay Lucena, ahora presente en el ‘simulacro’ de Ecuador como gurú de un pseudo Consejo Electoral, ‘modélico’ por su sumisión al poder político.
Pero es importante decir que la legitimidad, algo que tanto inquieta al discurso de la nueva ‘partidocracia’ construida tras la destrucción del viejo poder en varios países, no se queda en el frágil voto, muchas veces manipulado por la propaganda.
Esa legitimidad se debe basar en una participación ciudadana de verdad, nunca fingida, en una relación de las fuerzas del orden y los militares de respeto a las expresiones de la gente, a los sindicatos y partidos, a las manifestaciones populares.
Lo que ha ocurrido sistemáticamente en Venezuela, más allá del respaldo en las urnas -que la oposición siempre ha puesto en duda- es una creciente violencia. Aquella de la delincuencia y otra, brutal, alentada desde el poder y de modo contundente contra una de las libertades fundamentales.
La libertad de expresión ha sufrido el acoso y persecución del poder con cierres de canales de televisión como Radio Caracas TV, el cambio del paquete accionarial de otros para incidir en su línea editorial, como Globovisión, nada más proclamarse el triunfo electoral del presidente Maduro, con ataques físicos y amenazas a los periodistas, con un cambio estratégico importante en el establecimiento de una larga lista de nuevos canales y radios que dependen de la pauta oficial de un todavía millonario presupuesto controlado por el poder político como arma de propaganda.
Hace poco se conoció de la asfixia a varios periódicos que no tienen papel para sus publicaciones y la amenaza de que eso ocurra de modo paulatino con todos los medios que no son obsecuentes con la entente militar y política que gobierna. Pero la crisis de la impotencia e inoperancia en el manejo de la economía, la falta de alimentos y hasta de papel higiénico, son una bomba de tiempo. Una represión fuerte y la salida de gente a las calles, las amenazas a los líderes políticos opositores y la muerte lamentable de civiles de ambos bandos, conducen a una medida desesperada -los populismos suelen desesperarse-.
Ahora se bloquea al canal NTN24, una señal importante que informa al mundo desde nuestro continente, una clave de periodismo de información y fuerte línea de opinión. ‘Gracias’ al Gobierno intolerante de Maduro, NTN24 fue arrancado de los ojos de los venezolanos, ¿hasta dónde seguirán en esta lucha a muerte a la libertad?
