El último deseo de los donantes de cuerpos es no ser una carga económica para sus familias - Runrun
El último deseo de los donantes de cuerpos es no ser una carga económica para sus familias
En los últimos dos años, el número de personas interesadas en convertirse en donadores de la Asociación de Donantes Voluntarios de Cuerpos del Instituto Anatómico “José Izquierdo” de la Universidad Central de Venezuela ha aumentado
Más de 100 donantes inscritos y en promedio unas 50 personas al mes solicitando información. La razón no es necesariamente el deseo de apoyar la investigación científica sino una opción para sortear la crisis después de la muerte
En febrero de este año dejaron de recibir cuerpos por falta de insumos imprescindibles para su funcionamiento

 

Katherine Pennacchio | @kathypennacchio

ALEJANDRO BATIJA ENVIABA PRUEBAS DE VIDA por correo electrónico. Era un hombre solitario que no quería ser una carga para su familia después de muerto y, sobre todo, deseaba donar su cuerpo Instituto Anatómico “José Izquierdo” de la Universidad Central de Venezuela (UCV). “Él no vivía con su familia. Así que una vez le pregunté, ‘¿y cómo hago para enterarme si usted fallece?’; su respuesta fue pedirme mi email y mandarme un mensaje todos los días. A veces ni los abría pero así sabía que seguía vivo”, recuerda Francis Manzano, una mujer de mirada nostálgica que durante los 19 años que lleva trabajando en el anatómico ha conocido cientos de historias.

En el año 2010, Batija -un hombre nacido en la década del 40, imponente, echador de cuentos y simpático, según lo recuerdan en “el Anatómico”- vio más cerca el cumplimiento de su deseo cuando obtuvo el carnet que finalmente lo avalaba como donador de la Asociación de Donantes Voluntarios de Cuerpos del Instituto Anatómico “José Izquierdo” de la Universidad Central de Venezuela (UCV). A partir de su inscripción como donador, visitaba con regularidad el Instituto y, en sus últimos dos años de vida, podía ir hasta cada quince días.

Desde muy joven Batija expresaba que quería que su cuerpo fuera donado a la ciencia; además, estaba agradecido con los médicos del Hospital Clínico Universitario, en Caracas, por haberlo salvado de un cáncer de próstata y veía la donación como una opción para liberar a sus familiares de los costos del velatorio.

Francis Manzano se encarga de recibir y dar información a futuros donantes 

Entierro millonario

En los últimos años, el instituto ha visto un incremento considerable en el número de donantes y solicitudes de información pero el interés no surge precisamente por el deseo de apoyar a la investigación científica, como fue el caso de Batija. La crisis y los altos precios en gastos funerarios han contribuido al auge.

Un servicio funerario promedio puede rondar los 35 millones de bolívares, según información proporcionada por Tomás Rodríguez, miembro del comité asesor de la Cámara Nacional de Empresas Funerarias. Esto sin contar los gastos del entierro o la cremación que, dependiendo del lugar donde se realice, puede llegar a superar el precio del funeral.   

“Hace unos seis años podía recibir unas cinco personas al mes, ahora vienen como 50 mensualmente preguntando los requisitos para ser donantes”, explica Manzano. En los últimos dos años se inscribieron más de 100 donantes y sólo en enero de 2018 llevaron los recaudos 8 personas.

La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (0NTV) también ha sentido ese incremento en el número de personas que llegan a su oficina solicitando información sobre la donación de cuerpos. “Sí hemos visto un incremento considerable. Es más, a la última persona que vino le pregunté directamente por qué quería donar el cuerpo y me dijo ‘porque quiero evitarme los gastos de entierro’. Esos casos los remitimos al anatómico universitario”, cuenta Carmen Luisa Milanés, asesor médico de la ONTV.  

No cualquiera puede ser donante de cuerpo. El donador debe autorizar en vida a través de un documento notariado y cumplir con una serie de requisitos, ser mayor de edad, no haber fallecido por enfermedades como Sida o Hepatitis, tampoco como resultado de un accidente de tránsito o tener una muerte violenta. Los donantes llenan una planilla, entregan copia de su cédula y dos fotos. A cambio recibían un carnet y la tranquilidad de saber qué iba a pasar con ellos después de su muerte.

Requisitos para convertirse en donante 

Actualmente, tanto las inscripciones como el recibimiento de donantes en la UCV está detenida por la falta del material necesario para mantener los cuerpos.  “Hace un par de días se me partió el corazón al decirle al familiar de una de nuestras donantes que no podíamos recibirla. Su única respuesta fue: ¿y ahora cómo hago? ¿Con qué dinero la entierro?”, contó Manzano.

Sin arrepentimiento

En las dos últimas visitas que realizó Batija al anatómico su deterioro era notable, recuerdan en en Instituto de la UCV. La enfermedad que una vez le fue curada había regresado. Un domingo, a finales de abril de 2017, en pleno auge de las protestas contra el gobierno venezolano y la ciudad envuelta en caos, Manzano recibió la llamada del hijo de Batija informando que su papá había muerto.

Como el donante falleció en su casa, sin haber tenido asistencia médica, los familiares debieron solicitar la presencia de un médico forense antes del levantamiento del cuerpo, y así expedir el Certificado de Defunción verificando las causas del fallecimiento.

Los familiares debieron encargarse también del traslado a la morgue del Hospital Universitario y los gastos que ello conlleva. La ambulancia que usaba el anatómico no funcionaba por falta de repuestos y tampoco las neveras donde se deberían guardar los cuerpos. El motor que permitía su funcionamiento fue robado, así como las tuberías de la mitad del edificio donde hace vida el instituto.

El hijo de Batija recuerda que tuvo que esperar más de seis horas en el clínico hasta que por fin recibieron el cuerpo de su padre. Cuenta que el médico de turno no quería procesar el caso a pesar de conocer que era una donación al anatómico. Sin embargo, no se arrepiente de haber cumplido el deseo de su progenitor. “Por una parte es una ayuda a los muchachos de la escuela de medicina. Por otra, es un alivio económico. Hay que estar claros que los costos de un entierro son impagables, un dineral que no se puede parir de un día para otro”, explica Alejandro Batija hijo.  

Una opción clausurada

La Asociación de Donantes Voluntarios de Cuerpos del Instituto Anatómico José Izquierdo fue fundada por el Dr. Jesús Yerena en 1969. Su objetivo es incentivar y promover en la sociedad la cultura de la donación de cuerpo de manera voluntaria, con la finalidad de aportar al desarrollo científico en el área de las Ciencias Anatómicas y Morfológicas; según se refleja en la página web oficial de la UCV.

Por problemas en el mantenimiento de la sala de preparación de cuerpos, durante cinco años la donación se detuvo, entre los años 2010 y 2015. El área pudo rescatarse gracias a un aporte realizado por el Banco Central de Venezuela, pero la activación sólo duró tres años.  En febrero de 2018, la sala debió ser clausurada por la falta de la sustancia necesaria para la preparación de los cuerpos y el llenado de las piscinas donde se mantienen.

 

Notas de prensa de cuando estuvo clausurada la sala de preparación de cuerpos durante 2010-2015

“Necesitamos formol, fenol y glicerina para mantener los cuerpos. La última vez que preguntamos por un pipote de una de esas sustancias el precio superaba los 80 millones de bolívares. Además, la empresa que se encargó del mantenimiento anterior nos está presupuestando una rehabilitación del área en 30 mil dólares. Sin ayuda externa a la universidad es imposible costearlo”, explica Marco Álvarez, director del instituto anatómico.

En pro de la investigación universitaria mientras mayor cantidad de cuerpos puedan recibir mejor. Sin embargo, de nada sirve si no se tienen los suministros necesarios para mantenerlos. En la crisis actual venezolana también significa otra puerta que se cierra como solución paralela a los altos precios de los entierros o cremaciones.

Marcos Álvarez, director del Instituto Anatómico «José Izquierdo» en la UCV 

En lo que va de año, el instituto ha tenido que rechazar a dos donantes y lamentan a que todo apunta a que la situación no va a cambiar pronto. Mientras tanto, los cuadernos con los nombres y apellidos de los donantes inscritos antes del cierre de la sala siguen allí a la espera de su destino, ahora incierto.

Desde su escritorio, Manzano pasa las hojas del cuaderno y suspira diciendo “cada donante es una historia”. Entre todos esos papeles, también estaba su computadora con la bandeja de entrada de su correo electrónico abierto donde los mensajes de Batija hace mucho tiempo que dejaron de llegar.