El abismo por Tony Bianchi - Runrun
Sendai Zea Sep 16, 2013 | Actualizado hace 10 años
El abismo por Tony Bianchi

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«El Profesor» nos recibió en la amplia terraza de su cómodo per no ostentoso apartamento con vista al mar. «Carramba,» nos dijo en su marcado acento extranjero añadiendo una R demás, «¡qué milagro! Venezolanos que llegan a la hora… Bueno pero en realidad ustedes son unos internacionales y han aprendido la importancia y lo cortés que es ser puntual».

Después de un breve intercambio de cordialidades fue directamente al tema de la reunión: » estoy sumamente preocupado por Venezuela… está al borde del abismo, no creo que se pueda salvar  porque no veo las condiciones  y le costará fácilmente unos quince años recuperarse económicamente y moralmente. ¡Qué lástima! Los seis años que viví en Venezuela fueron fabulosos, pero esos eran otros  tiempos en que el país y los venezolanos no progresaban suficientemente, pero que gozaban de plenas libertades y tranquilidad.»

Nos dijo que en parte Venezuela le recuerda a la Rusia que surgió luego del colapso de la Unión Soviética y en parte  la Rusia actual. En la primera instancia un gran número de mercaderes y ciudadanos se aprovecharon del despelote para adueñarse y saquear el país, incluyendo a  industrias del Estado que pasaron, juntos a muchas organizaciones en manos de la mafia y de especuladores irresponsables dando vida a una corrupción generalizada.

En lo actual, luego de controlar en gran parte a los saqueadores y todas las industrias clave, ha regresado cierto orden bajo un gobierno que pretende ser reconocido  como democrático pero que en realidad es una dictadura casi tan poderosa y cruel como la de Stalin.  El Profesor afirmó que la persecución de los disidentes ya se aproxima a los niveles de la Gestapo alemana  y el servicio secreto del estado simplemente ha cambiado nombre de KGB a FSB controlada por un jefe de estado que conoce muy bien el oficio porque  él fue jefe de la KGB.

En el año 2001 la última estación de televisión independiente, la NTV, fue adquirida por la compañía petrolera estatal Gazprom, » ¿no les recuerda a Radio Caracas TV  y a Globovisión?», nos preguntó.

«La embestida en contra de los disidentes en Rusia ha escalado, cosa que me temo podría pasar también en Venezuela. En el 2009  Sergei Magnitsky, un abogado de Moscú, que acusó a varios ministros de acaparamiento indebido de fondos del estado murió de repente a la edad de 37 años.  En enero de este año el disidente Alexander Dolmatov, quien se había escapado a Holanda, se suicidó al conocer que el gobierno holandés le había negado el asilo político y tenía que regresar a Rusia.  Finalmente, para completar el triste panorama ruso, las mismas autoridades de Moscú han admitido que en el año 2012 la increíble suma de 4.121 personas murieron bajo estado de arresto”.

«Mientras  PDVSA  se ve afectada por desastres por falta de mantenimiento, no aumenta su producción  y regala gran parte de su petróleo a Cuba y otros amiguitos, la economía está en picada y la inflación crece día tras día. Para poder mantener el control parece que el actual gobierno de Caracas no tiene otra intención que la de seguir los pasos de Rusia
y aumentar el uso de la mano dura.

«¿Y los venezolanos?», se pregunta El Profesor anticipando nuestra interrogante,» de hijos de gobiernos paternalistas que administraban la riqueza petrolera han pasado a ser aprovechadores de la falta de controles y las libertades otorgadas por Chávez y sus seguidores  y a los malandros para seguir los pasos de la Rusia post Unión Soviética y saquear al país.

«Hoy en día son pocos los venezolanos que pueden decir que operan con juicio, trabajan y ganan su plata honestamente y se preocupan de su país. Oficialistas, arrimados, ladrones  y hombres de negocios sean ellos chavistas o antichavistas, todos tratan de salirse con la suya. Algunos  dependen de la ayuda  o participación de funcionarios del gobierno, otros  inventan formulas que le permite evadir las pocas reglas impuestas por el gobierno para obtener grandes ganancias. El interés personal de lejos sobrepasa el interés  nacional  dentro y fuera del gobierno.

«Leo que el gobierno ahora quiere atacar la corrupción. Lo siento, ya es muy tarde. La corrupción que empezó como una bola de nieve se ha convertido en una avalancha que nadie puede detener. Imagínese ustedes la reacción de los que  ya está acostumbrados a devengar jugosas ganancias, la mayoría de las cuales por cierto son ilegales,  cuando se le diga  ¡ya basta! De ahora en adelante se van a comportar como buenos muchachos porque  la fiesta se terminó.»

Volviendo al ejemplo de Rusia, El Profesor recuerda que  a Vladimir Putin le costó horrores y  la formación  de una fuerza policial súper preparada para contener y controlar la mafia y los corruptos aunque solo para que él mismo y su gobierno se adueñaran de los negocios más lucrativos.

Pero al mismo tiempo señaló, que al contrario de Venezuela, Putin se ha preocupado de los que se ha convertido en la principal fuente de ingreso de su país que es gas y petróleo y que en un memorándum  emitido en el 2003 instó a su tren  ministerial a dedicarse a la consolidación y a la expansión de la industrias energéticas «…para poder asegurar  la debida influencia geopolítica que Rusia se merece»  en lugar de dedicarse a la recuperación de su fuerza militar y nuclear y apegarse a la obsoleta ideología  Marxista-Leninista.

«Uno podía pensar que Cuba  y los Castros, con el fin de continuar recibiendo los favores del Régimen, tomaran el sartén por el mango y pusieran cierta orden  en el despelote venezolano. Después de todo  deberían haber aprendido  algo de los rusos. Pero  Cuba no está dando la talla  como no la ha dado a lo largo de 30 años de dictadura  durante la cual solamente  los servicios de inteligencia han funcionado,» constató El Profesor.

«¿Entonces cuál es la solución  para Venezuela? le preguntamos.

«Honestamente creo que primero Venezuela tiene que estrellarse por completo y que como resultado la cabeza de los venezolanos reciban unos golpes bien duros, para luego despertar, reflexionar y darse cuenta que tienen que reconstruir la patria, es decir volverse patrióticos, obrar honestamente y deshacerse de todos los defectos del pasado y del presente. Pero tal como dije al comienzo, desafortunadamente lo que le espera a Venezuela es una lenta y penosa transición que pienso no dure menos de 15 años.»