En lugar de un fondo soberano, deuda soberana por Henkel García - Runrun

A lo largo de los últimos años muchos países petroleros han ido creando fondos soberanos de inversión, para así enfrentar realidades intrínsecas al petróleo como fuente de ingreso: volatilidad en los precios, incertidumbre en los flujos de extracción y el agotamiento del recurso natural. Lamentablemente Venezuela no ha optado por ese camino, por el contrario pareciera que tomamos la vía contraria, el endeudamiento.

Noruega, un país petrolero europeo y con una población de alrededor de 5 millones de habitantes posee uno de los fondos soberanos más importantes del mundo. El monto aproximado de dicho fondo ronda la impresionante cantidad de 440 mil millones de dólares. El milagro noruego no se limita a ese fondo, su PIB es cercano a 84.000 dólares por habitante (segundo en la lista del FMI) y su índice Gini (que mide la desigualdad en el ingreso de los habitantes) es 25,8, uno de los más bajos del mundo. Éste es un ejemplo claro de cómo la renta fue destinada a garantizar un crecimiento sostenible, así el petróleo deje de fungir como la principal fuente energética del planeta. ¿Qué podemos decir los venezolanos al respecto?

El modelo económico de Venezuela lleva décadas enfocándose en el  reparto de la renta petrolera. Los venezolanos sabemos que si el precio del petróleo sube, eso se traducirá en mayor consumo y mayor bienestar momentáneo; y sabemos que al bajar el precio del petróleo tenemos que ajustarnos el cinturón para enfrentar los ciclos recesivos de nuestra economía. La renta se inyecta para que podamos consumir más, para ganar capital político, para mantenerse en el poder; pocos han sido los intentos de desacoplar un poco nuestra economía de los avatares de la volatilidad del precio del petróleo. Pulverizadas quedaron iniciativas como el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), el cual buscaba darle estabilidad a nuestro crecimiento económico en medio del constante cambio en los precios del “oro negro”. Muy lejos estamos de visualizar un fondo como el noruego, ya que en los últimos años el gobierno ha optado por aumentar los niveles de deuda, es decir, hoy se inyecta además de la renta, los dólares proveniente de nuestra deudas soberanas y bilaterales, para de esa forma crear una sensación de bienestar que está muy lejos del nivel de producción que hoy tenemos los venezolanos. En otras palabras, para vivir bien hoy estamos comprometiendo el futuro de nuestros hijos, quienes no podrán echarle mano a algún fondo (como si podrán hacerlo los hijos de los noruegos), sino por el contrario, ellos tendrán que lidiar con la deuda que estamos incurriendo hoy.

Es hora de preguntarse. ¿Los encargados de las políticas públicas pensarán que mantener “La Revolución” justifica comprometer el bienestar de las generaciones futuras? ¿Pensarán que la Historia no les pasará “factura” después de analizar las consecuencias de las decisiones que están tomando hoy? ¿Habrán estudiado el caso noruego?

Como saben, sueño con una economía productiva y diversificada, también sueño con una Venezuela que posea un rico fondo soberano en vez de la carga de una deuda soberana totalmente justificada. Quiero que nuestros hijos alguna vez nos agradezcan por la Venezuela que les estamos entregando y no que nos cuestionen por haber dejado pasar una oportunidad histórica. ¿Ustedes, qué desean?

Henkel García

Analista e Instructor en Finanzas.

Presidente de Visión de Inversión

Director de @Econometrica IE C.A.

Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET

Twitter: @HenkelGarcia