Vendiendo el Sofá por Francisco J. Quevedo
Vendiendo el Sofá por Francisco J. Quevedo

Bolívar

 

Mientras la economía se hace pedazos y el poder adquisitivo de los venezolanos se disipa como sal en agua, para no hablar de chinchorros, el Gobierno anda como el chiste del marido que sabía que la mujer le era infiel en su propia sala: ¡Vendiendo el sofá! 

Mientras la inflación se dispara entre el 20 y 30% mensual y apunta a rebasar el 200% al cerrar el año, el Gobierno anda en la ONU, tratando el tema del Esequibo, buscando pleito. Habrá que preguntarle al Pueblo si le importa un comino. Mientras el dólar se dispara cien bolívares por semana, y se dirige, “a paso de vencedores”, hacia los 700 bolos, 700.000 de los viejos, el Gobierno anda liberando al Pueblo de esos colectivos que eran sus aliados, como fue el caso de la mortandad de la Avenida Baralt, contra el llamado “escudo de la revolución, Colectivo 5 de Marzo”, y las tomas recientes de la Cota 905, los barrios de la carretera panamericana y los edificios de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Y así, ante cada problema, la revolución plantea una distracción, no una solución.

Ya algunos racionalistas del PSUV y la Asamblea Nacional exigen una renovación del esquema cambiario, esa mamarrachada revolucionaria que está entre las tres primeras causas de la crisis. Y es que los precios internos, cada vez más, los marca el paralelo, y cambian a veces diariamente. Pero dirigentes como Aristóbulo exclaman “si quitamos el control de cambios, nos tumban”, cosa que algunos complementan con “nos tumban el negocio”, aduciendo a la cadena de corruptelas que comienzan desde el 6,30 y terminan en los 683 que ronda el paralelo. Fortunas se cuecen dólar por dólar. ¡Qué manguangua! 

Un análisis de CNN informaba que los problemas de Venezuela se podían resumir en cinco: (1) Caída de los precios petroleros en una economía mono-dependiente, (2) la muerte del bolívar, (3) el riesgo de “default” que de paso encarece la creciente deuda de la Nación, (4) la escasez de comida, amén de todo lo demás que –producto de la fuga de inversiones– genera inmensas colas en los supermercados, farmacias, ventas de electrodomésticos y otros comercios, y (5) la inestabilidad política que ello ocasiona que es enfrentada con un creciente autoritarismo.

Por su parte, la revista Forbes ha publicado varios reportajes sobre los problemas de la economía venezolana que más específicamente reflejan las vicisitudes de empresas multinacionales como la Ford, General Motors, Goodyear o Energizer que reportan graves pérdidas producto de la aberración cambiaria, y que apuntan a la ineficacia de las medidas gubernamentales que en lugar de resolver, agravan la crisis. El último análisis calificó al Fondo Chino como el “salvavidas” de Maduro, pero aún así presagiaba males peores para su gestión.

¿Y, ciertamente, es que acaso hemos visto, una “Operación de Liberación del Pueblo” que nos libere de la devaluación, de la escasez, de la corrupción o de la inflación o de cualquiera de los problemas que realmente nos afectan y que plantean los analistas? ¿Y será que han disminuido acaso los secuestros y los asesinatos con estas razias que se llevan a cabo y que pronto pasarán a la historia como aquella “ruta segura” que ofrecía dos Guardias Nacionales armados en cada buseta de transporte público?

La crisis vive, la lucha sigue, pero como que sigue dedicándose a resolver el problema equivocado.

@qppasociados