El presidente de la República reconoció el pasado 21 de enero en su discurso en la Asamblea Nacional la gravedad de la crisis económica. “Es importante tener conciencia que tenemos dificultades económicas”.
Nicolás Maduro también manifestó que recibió y evaluó propuestas de distinto signo para atender los peligros de la economía, pero insistió en la existencia de una “guerra económica”. Admitió que técnicamente eran convenientes, pero dijo que no se podían tomar. “Técnicamente seguro tienen razón pero la Venezuela del año 2015 está sometida a una guerra económica nacional e internacional”.
Aunque señaló que el país no debe dejarse “perturbar” por las elecciones parlamentarias que se celebrarán este año, economistas y empresarios coinciden en que privó el criterio político y que las medidas se quedan cortas ante la magnitud de la crisis.
“Las medidas anunciadas por el presidente de la República, Nicolás Maduro, no atacan la raíz del problema económico que está viviendo Venezuela. Los anuncios apuntan más, a resolver un problema del Gobierno, que a resolver los problemas de la gente”, expresó Fedecámaras en una nota de prensa.
En el documento suscrito por 60 economistas también se alerta que las decisiones presidenciales son insuficientes. “El presidente de la República en su Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional hizo algunos anuncios económicos puntuales, que no cambian el curso de las grandes dificultades de la economía venezolana”.
Recesión
Las cifras del BCV muestran que la economía venezolana entró en recesión en junio de 2014 tras completar dos trimestres consecutivos de caída pese a que los precios del petróleo aún rondaban los 100 dólares por barril. En el tercer trimestre del año pasado hubo otra contracción de 2,3%, con declives aún mayores en áreas clave como la manufactura o el comercio.
Maduro afirmó que espera “contribuir al máximo para que Venezuela vaya superando el rentismo petrolero”, pero el mandatario no precisó un plan para que la industria nacional supere las dificultades que enfrenta desde hace meses en aspectos como la obtención de divisas y materia prima, lo que ha provocado que el sector manufacturero labore al 50% de su capacidad, según datos de Conindustria. Tampoco ofreció flexibilizar el control de precios, que es otros de los elementos que mencionan los empresarios como una de las trabas que más limita la producción.
Desabastecimiento
El desabastecimiento se ha convertido en un fenómeno habitual. Aunque el Gobierno insiste en que se trata de un problema “inducido” como parte de la “guerra económica”, la intermitencia en la asignación y liquidación de divisas ha alterado los ciclos de reposición de inventarios de materia prima de las empresas, provocando paralizaciones totales o parciales en líneas de producción de distintos sectores.
El presidente de la República insistió en que el problema del desabastecimiento está causado deliberadamente por los empresarios y prometió extremar aún más los controles. “Vamos a apretar la mano (…) Pido el apoyo del pueblo, el que quiera trabajar, bienvenido. Una cosa es que le vean la cara de tonto a un pueblo. Todos los productos que están escondiendo para irritar al pueblo en una guerra económica (…) Vámonos a las calles con el pueblo a revisar todo, a establecer niveles de control”.
Inflación
De acuerdo a las proyecciones de diversas firmas la inflación sobrepasará de 100% este año. Cálculos de Ecoanalítica apuntan a un alza de precios que puede oscilar entre 120% y 240%, dependiendo de la intensidad del ajuste cambiario que realice el Gobierno. En Síntesis Financiera estiman que la inflación se moverá entre 125% y 140%.
El presidente de la República reconoció que la inflación en 2014 estuvo “por encima” del 64%, pero insistió en que forma parte de las “dificultades inducidas” por quienes realizan la “guerra económica”, pero el mandatario no anunció un plan destinado a frenar el ritmo con que están subiendo los precios. Por el contrario, economistas prevén que los ajustes en las tasas de cambio y la expansión del gasto público estimularán aún más la inflación.
Desconcierto cambiario
Hasta el 21 de enero el Gobierno administraba tres tipos de cambio: 6,30 bolívares por dólar, 12 bolívares por dólar en el Sicad 1 y la tasa de poco más de 50 bolívares por dólar en el Sicad 2. Esas cotizaciones estaban conviviendo con un mercado paralelo, cuya presión ocasionó un desconcierto cambiario caracterizado por una demanda “artificial” de divisas para importar y distorsiones en la fijación de precios de los productos.
Maduro consideró la posibilidad de la “unificación cambiaria”, pero la descartó por considerar que era “inviable”. Mantuvo el 6,30 y otras dos tasas, que surgirán de la unión de los dos Sicad y del mercado a través de casas de bolsa. El texto de los 60 economistas cuestiona la decisión. “El nuevo régimen cambiario que anunció sigue manteniendo tres tasas oficiales, y como ya se ha comprobado, es propenso a la ineficaz asignación de divisas, con elevada corrupción que aprovecha los diferenciales cambiarios”.
Informalización del empleo
La tasa de desocupación al cierre de 2014 fue de 5,5%, según los datos ofrecidos por el presidente de la República. Pero el deterioro económico puede limitar la generación de nuevos puestos de trabajo e impulsar una informalización del mercado laboral.
Maduro anunció un aumento del 15% en el salario mínimo y que entrará en vigencia a partir del 1 de febrero. “Estoy en la obligación de cuidar el empleo, de cuidar inversiones y de cuidar el ingreso”, aseguró. Aunque el ajuste del salario compensa parte de la pérdida del poder adquisitivo, economistas afirman que el problema de fondo para preservar la capacidad de compra es frenar la inflación.
El default
Los compromisos de deuda externa de Venezuela suman 11,4 millardos de dólares. A eso hay que agregar alrededor de 14 millardos de dólares por la deuda comercial con el sector privado, entre industria y aerolíneas. Calificadoras de riesgo y bancas de inversión creen que el escenario del “default” o cesación de pagos es cada vez más factible, si se toma en cuenta que el desplome de los ingresos en 2015 será de al menos 25 millardos de dólares.
Maduro indicó que el precio del petróleo “no volverá” a 100 dólares y asomó la posibilidad de una “reforma fiscal” que estaría a cargo de la Asamblea Nacional, pero no explicó cómo el país enfrentará sus compromisos en dólares y la crisis de balanza de pagos. “Tengan la seguridad ustedes que el presupuesto nacional lo vamos a cumplir completico (…) Con menos divisas, pero nunca nos faltará Dios, Dios proveerá”, se limitó a decir el jefe de Estado.
La plata no alcanza
Cálculos de Ecoanalítica indican que el Gobierno necesita un barril de petróleo a 120 dólares para cubrir su nivel de gasto, pero el petróleo venezolano hoy ronda los 40 dólares por barril, unos 20 dólares por debajo de lo trazado por las autoridades en el presupuesto nacional para 2015. Las estimaciones de economistas indican que el déficit fiscal en 2014 rondaría los 20 puntos del PIB.
Maduro tampoco explicó cómo cuadrarán las cuentas. “Tengan la seguridad ustedes que el presupuesto nacional lo vamos a cumplir completico” aseguró. Aunque la devaluación de la moneda permitirá al Gobierno obtener más bolívares, economistas estiman que el Ejecutivo seguirá apelando a la impresión de dinero para cubrir el déficit, lo que impulsará aún más la inflación.
