En América, el poder está pasando a manos de mujeres - Runrun
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Argentina, Brasil, Chile y Costa Rica, con 3 repitentes, son países que lideran hoy este proceso

Nunca antes en la historia de América, como en estos momentos, cuatro mujeres habían estado de manera simultánea dirigiendo los destinos de sus países como lo hacen Laura Chinchilla, Dilma Rousseff, Cristina Fernández y Michelle Bachelet.

Pero no solo Costa Rica, Brasil, Argentina y Chile se dan el lujo estar al mando de manos femeninas, pues tres islas del Caribe: Antigua y Barbuda, Granada y Santa Lucía son dirigidas por mujeres que ocupan el cargo de gobernadoras generales en representación de la reina Isabel II de Inglaterra, que tiene la nominación de soberana y jefe de Estado, aunque para la designación de dichos cargos no media una elección popular. Además, también hay primeras ministras en Jamaica y Trinidad y Tobago.

Se podría pensar que es un logro para el género femenino que cuatro mujeres dirijan los destinos de importantes países en el continente, sin embargo analistas consideran que la región todavía tiene atrasos en materia de equidad de género y que se expresan en casi todos los ámbitos de la sociedad.

Así también lo advierte el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que en un reciente informe indicó que en ningún país de América Latina las mujeres están en situación de paridad con los hombres en cuanto a participación económica.

El OIG mencionó en el estudio que todavía 5 de cada 10 mujeres están fuera del mercado laboral, y el desempleo femenino es dos puntos porcentuales más alto que el masculino (7,8 por ciento contra 5,9 por ciento).

La académica Consuelo Ahumada considera que los actuales gobiernos de mujeres en América Latina representan un avance en los derechos de la mujer y destaca particularmente que en “los casos de las mandatarias de Brasil, Chile y Argentina, su llegada al poder está inscrita en procesos de transformación social que se han venido dando en el continente en las últimas décadas”, en los que las políticas públicas han estado al servicio de mayores grupos poblacionales.

Algunos podrían pensar que una mujer administrando las riendas de un país es más eficiente que un hombre, pero este planteamiento se presta para interminables discusiones en el que no habrá un pleno acuerdo.

Para Claudia Dangond Gibsone, profesora de ciencia política y relaciones internacionales de la Universidad Javeriana, “el hecho de que una mujer llegue a la Presidencia de un país no es garantía de administración transparente”, aunque considera que “sí es positivo que estén llegando más mujeres a los órganos públicos, congresos y administraciones locales y eso es síntoma de un proceso de maduración”.

Dangond Gibsone enfatiza que esos países tienen unas sociedades civiles más maduras donde no ven raro que una mujer tenga el peso de administrar una nación o un Estado. “Se es competente o no, independientemente de si es un hombre o una mujer”, enfatiza.

La académica también profundiza en el hecho de que si una mujer capaz reconoce, por su género, tener sensibilidad para lo femenino, entonces puede competir con un hombre en igualdad. “A veces las mujeres se amarran los pantalones demasiado y olvidan su rol femenino” dice.

Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano de España considera como un símbolo de normalidad democrática que un país elija a mujeres presidentas: “Que sean mujeres no implica que sean buenas o malas. Las hay buenas y las que han sido fatales. Lo que indica es que por la diversidad ha llegado la hora de elegir presidentas como antes no sucedía”, asegura.

Pero algunos podrían considerar que la madurez política tiene que ver con cuántos años lleva de independiente un país. Estados Unidos o Haití son prueba de ello y no han tenido mujeres presidentas. Tampoco Colombia, que se precia de ser la democracia más antigua del continente. En cambio Panamá, que como país independiente de Colombia lleva 110 años, ya tuvo una mujer presidenta.

Para Consuelo Ahumada, el conflicto interno colombiano ha sido el principal factor que ha impedido tener una mandataria y aunque no desconoce el hecho de que varias mujeres han presentado su nombre al escrutinio electoral para la máxima instancia ejecutiva del país, sí es clara en decir que “no ha habido posturas avanzadas en materia social” y que además la “izquierda cerrada tampoco es la solución para lo que el país necesita” y advierte que un proceso exitoso de paz sí planteará alternativas para que en el futuro llegue una mujer a la Presidencia.

Claudia Dangond considera que el hecho de que haya candidatas a la Presidencia en la contienda electoral colombiana es un avance político que muestra que el país está comenzando lentamente a madurar.

Según los datos del OIG, las parlamentarias, las ministras del máximo tribunal de justicia y las ministras de los gabinetes presidenciales no superan el 26 por ciento en la región. En los concejos la participación de la mujer es del 25,6 por ciento y en las alcaldías la cifra llega al 11,7 por ciento.

Asimismo, 13 países latinoamericanos tenían leyes de cuotas implementadas hasta el 2012. En el 2013, El Salvador se sumó a este grupo.

Historia reciente

La primera mujer que fue elegida presidenta por voto popular en América Latina fue la nicaragüense Violeta Barrios, más conocida como Violeta Chamorro, en 1990. Ella fue esposa del periodista Pedro Joaquín Chamarro, asesinado por la dictadura somocista.

No obstante, Argentina fue el primer país gobernado por una mujer: María Estela Martínez de Perón (conocida como Isabelita o Isabel Perón) quien era la vicepresidenta de su esposo, Juan Domingo Perón. A la muerte de este, en 1974, ella asumió el mandato. Estuvo menos de dos años al frente de los destinos de los argentinos y fue derrocada por militares y puesta presa hasta 1981.

Panamá tuvo como presidenta a Mireya Moscoso entre 1999 y el 2004. Ella fue esposa del presidente Arnulfo Arias Madrid, aunque cuando ganó la elección presidencial ya era viuda.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, también estuvo casada con el fallecido presidente, Néstor Kirchner. Su primer mandato fue del 2007 hasta el 2011 y fue reelecta hasta el 2015.

La mandataria de Chile, Michelle Bachelet, fue elegida en el 2006 y gobernó por cuatro años. Este año nuevamente fue elegida hasta el 2018.

En Costa Rica Laura Chinchilla fue elegida presidenta en el 2010 y su mandato terminará el próximo 8 de mayo.

La mandataria brasileña, Dilma Rousseff gobierna desde el primero de enero del 2011 y se espera que vuelva a presentarse para la reelección en los comicios de fin de año.

En Bolivia Lidia Gueiler Tejada asumió en noviembre de 1979 la Presidencia como encargada por el Congreso, tras un cruento golpe militar, aunque su mandato solamente llegó hasta julio de 1980 cuando también fue derrocada por Luis García Mesa.

Janet Rosemberg Jagan fue elegida presidenta de Guyana en 1997 pero su mandato llegó hasta 1999 pues ese año tuvo que renunciar por enfermedad.

En Ecuador Rosalía Arteaga también asumió la Presidencia pero de manera provisional tres días de febrero de 1997. Ella era la vicepresidenta del gobierno de Abdalá Bucaram y cuando el Congreso lo declaró incapaz mental ella asumió el mandato. Sin embargo, poco después Fabián Alarcón, presidente del Congreso, la destituyó.

Evaluación

Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano de España considera que el hecho de que en las últimas décadas varios gobiernos de izquierda se hayan instalado en la región no representa que sean totalmente buenos o totalmente malos.

También advierte que la gestión femenina al frente de un país no significa que necesariamente sea más eficiente que la masculina.

Al respecto, el investigador español expone que la presidenta costarricense Laura Chinchilla no se ha caracterizado por ser una buena administradora y “la derrota del candidato oficialista lo confirma, pues hay un hastío por 8 años de gobierno del Partido Liberación Nacional, de los que los cuatro últimos han sido de la mandataria”.

Malamud observa que la gestión de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, “es bastante continuista sobre la base programática que dejó del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, un maestro de la política”, dice.

Asimismo, en el caso de Michelle Bachelet, el investigador advierte que la mandataria chilena “llega con objetivos claros de reducir la desigualdad y tiene tres metas concretas: la reforma educativa para extender la gratuidad a la mayor cantidad de población; la reforma tributaria, clave para lograr ese primer punto; y una reforma constitucional”.

Hillary Clinton busca ser la próxima

La abogada, exsenadora y exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, esposa del expresidente Bill Clinton, adelanta una campaña para buscar la nominación del Partido Demócrata en el 2016 e ir por la Presidencia. Por ahora, su nombre es el que suena con más fuerza.

 

El Tiempo