Los cables WikiLeaks en la región latinoamericana han impactado de una manera asombrosa en la región latinoamericana, sobrepasando actos como la reciente XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno llevada a cabo en Mar de Plata, Argentina; las crisis internas que están viviendo Colombia, Guatemala y Venezuela con las intensas lluvias; la discusión en el parlamento paraguayo sobre el posible ingreso de Venezuela en el MERCOSUR, la anuencia de una cláusula democrática por parte de la Unasur y la escogencia del secretario general de ese organismo, para el cual Venezuela está postulando la candidatura del actual ministro Alí Rodríguez Araque.
¿Sorpresiva las noticias sobre Venezuela? Creo que no. El síndrome cablegates está dejando al descubierto, no sólo el hecho de que efectivamente Estados Unidos tiene una red de espionaje que resulta la base de sustentos para aquellos gobiernos “adversos” como el venezolano de querer anular el poderío “imperialista o capitalista” del país del norte. Al mismo tiempo, se ha dejado claro que todas las informaciones que hasta el momento se venían detallando en la opinión pública nacional, son ciertas y que las relaciones de cooperación y los acuerdos que está firmando Hugo Chávez Frías a nivel internacional, son merecedoras de hacer seguimiento concienzudo, algo que queda confinado por la inmediatez de los problemas internos de Venezuela.
¿A qué habría de hacérsele seguimiento de estos cablegates? A las acusaciones como el supuesto intento de envío de Irán a Venezuela en 2009, a través de Turquía, de tambores de nitrato y productos químicos con posibles fines de fabricación de bombas; Evaluar las cooperaciones que está teniendo Venezuela con Libia en el Hato Piñero (Venezuela), hoy propiedad del Ejecutivo, en el cual se señala, según documento del 2006, será una propiedad desarrollada por Libia y que contiene una alta potencialidad de uranio; Constatar la validez de la construcción de la base militar para 2011 en suelo venezolano, con el objetivo de desarrollar misiles tierra-tierra y ser almacenamiento de armamento iraní como Shahab iraníes, de 1.300- 1.500 kilómetros de alcance, Scud-B; Scud-C y cuatro dispositivos móviles de lanzamiento. Así mismo, habría de confirmarse el pago de bonos económicos que daría el gobierno de Venezuela a Jefes militares bolivianos en 2008 y las acusaciones de Felipe Calderón sobre el financiamiento del gobierno de Venezuela al partido de López Obrador el PRD, en las presidenciales mexicanas del 2006.
¿Chávez es un perro que ladra y no muerde como dijeron algunos diplomáticos brasileños y estadounidenses?. Habría que tener cuidado con eso cuando vemos este tipo de informaciones en donde se revela que las alianzas ideológicas si se han logrado y que los acuerdos internacionales, lejos de mejorar la situación del país, lo que está es llevándonos al caos interno. Parte de la salida no es que centros de estudio internacionales, países y organizaciones internacionales soliciten investigaciones sobre lo que está haciendo mal el gobierno de Chávez, sino que, la propia sociedad venezolana se informe de lo que se está haciendo a nivel internacional y exigir transparencia y rendición de cuentas de los convenios que se firman.
Adriana Boersner Herrera
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