En la más reciente reunión presidencial de Unasur realizada en Guyana, se concretó la aprobación de un protocolo democrático que incluye sanciones a la alteración del orden constitucional que afecte la vida democrática en un Estado miembro. En este sentido, el documento incluye medidas ante posibles golpes de estado como la suspensión del derecho a participar en distintos órganos e instancias de la Unasur, cierre parcial o total de las fronteras terrestres con países vecinos, suspensión y limitación del comercio, tráfico aéreo y marítimo, comunicaciones, provisión de energía, servicios y suministros.
El presidente Hugo Chávez haciendo alusión a las medidas, señaló que a diferencia de la Carta Democrática Interamericana de la OEA aprobada en septiembre de 2001, el protocolo democrático de la Unasur (2010), si establece procedimientos para aplicar sanciones en aquellos casos donde sea interrumpido el orden constitucional.
Ciertamente, la Carta Interamericana ha fallado al no concertar medidas para contrarrestar este tipo de desequilibrios políticos, más que pedir la asistencia de la OEA, en cuyo caso, el Secretario General deberá mantener informado al Consejo Permanente a fin de que se adopten las decisiones acordes al caso. Esto se vivió en el caso de Honduras en 2009 y Venezuela en 2002. Sin embargo, lo que sigue manteniéndose como un misterio, aún bajo el reciente protocolo democrático de la Unasur, es ¿qué debemos entender como golpe de estado?. Además de ello, habría de reconocerse en este nuevo documento, que una democracia no consiste únicamente en la defensa de los gobiernos libremente elegidos, sino también, en el respeto a los derechos humanos, las libertades fundamentales y la sujeción al Estado de Derecho.
La recientemente aprobada cláusula pareciera servir, por un lado, a los propósitos de presidentes vitalicios, y por otro a contrarrestar el mecanismo democrático interamericano de la OEA. Pero, ¿qué pasa cuando un gobierno que ha llegado por vías democráticas ha distorsionado los fundamentos básicos de esa democracia? ¿Qué hacer cuando el curso democrático de un país se ha desvirtuado y ha recaído en un sistema más cercano a lo autoritario?. ¿No hay sanciones ni medidas? En este sentido el gobierno venezolano pareciera tener su propio concepto de democracia, cuando se empeña en celebrar cada 4 de febrero y 27 de noviembre como si se tratará de una fiesta nacional.
Adriana Boersner Herrera
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