Primaveras que reclaman democracia por Adriana Boersner - Runrun

Vladimir Putin desde que llegara al poder en el año 2000, ha formado un petroestado, sustentado en la industria del petróleo, a la par que ha fortalecido un aparato burocrático de nuevos industriales y de una nueva clase económica.

La democracia dirigida rusa, como se ha catalogado, no es más que una insinuación de un sistema político que oculta un poder absoluto en manos de un solo partido- Rusia Unida-, dejando sin tregua a los partidos políticos disidentes, a través del diseño de fuerzas que impidan la libertad de los opositores de dar a conocer sus propuestas que van desde las trabas en el sistema electoral hasta la creación de un movimiento juvenil Nashi, en el cual militan jóvenes que apoyan desde 2005, cualquier decisión de Vladimir Putin.

Tras las elecciones legislativas del pasado domingo 04 de diciembre, el partido de gobierno, Rusia Unida, logró alzarse con un resultado cercano al 50%,  cayendo en 15 puntos su apoyo con respecto a los comicios del año 2007. Los problemas a los cuales se enfrenta el gobierno de Medvedev como presidente, y Putin como candidato a las presidenciales en 2012, varía considerablemente con respecto a años anteriores.

1.- El aumento del uso de internet en Rusia se espera alcance en 2016 aproximadamente, el 80%.  Los usuarios que han tenido el acceso a la tecnología Ipad, naciente clase media, han sido un factor determinante en estas elecciones para influir sobre un cambio político en el país. Si bien es cierto que…

2.- El activismo online está siendo usado por la oposición política para convocar y proponer movilizaciones en el país. En este sentido la campaña de Vladimir Putin, aún no muestra señales de entrar en el juego del marketing político 2.0, y su campaña está siendo promocionada únicamente por los recursos del gobierno y la élite política, además de movimientos como los Nashi. La naciente clase media, claros votantes con poder, están siendo influenciados por las nuevas tecnologías y no por los slogans.

3.- La crisis económica, la falta de cambio de élite política,  la corrupción y la evidencia de mayor represión  y violencia política contra la oposición,  se están convirtiendo en problemas que han deslegitimado la iniciativa de Putin en 2000, de acabar con los males de la era Yeltsin y los estragos de la Guerra Fría.

4.- La nueva generación, que hasta el primer gobierno de Vladimir Putin era apolítica, ha decidido reunirse en movimientos como «Manifestación para elecciones honestas»,  o  «Contra el partido de los estafadores y los ladrones» para llamar la atención de aquellos que aún desestiman el poder del voto, y concientizar a la población sobre las políticas de un gobierno que no abre espacios para otras fuerzas políticas.

La preocupación por parte de la Unión Europea por la detención de cientos de personas que han protestado en contra de los resultados electorales en Rusia, y la violencia policial, no se ha hecho esperar, instando a Moscú a respetar el derecho a la libre asociación y expresión en el país.

Asimismo, el ex presidente, Mijail Gorbachov, ha solicitado anular los resultados, ya que “Los dirigentes del país deben admitir que tuvieron lugar numerosas falsificaciones y fraudes, y que los resultados no reflejan la voluntad de los electores”.

La preocupación central de la oposición política en Rusia frente a las elecciones están marcadas por una fuerte correlación entre el Estado y partido gobernante-Rusia Unida, lo cual limitó la competencia política, sepultando la imparcialidad política que debía tener el gobierno durante la campaña.

A pesar de que se han visto cambios positivos en Rusia desde 1991, por otro lado, el incremento de la violencia política, restricciones de prensa, persecución de las organizaciones de la sociedad civil y opositores políticos, el problema checheno, además de los burocráticos problemas que existen a nivel de gobierno, siguen evidenciando la necesidad de proteger los derechos civiles fundamentales de la sociedad rusa, y evaluar el proceso político democratizador en Rusia tras la caída del comunismo.

Los miembros del antiguo KGB continúan ocupando importantes puestos de responsabilidad dentro del gobierno, otorgándosele en la era de Putin y Medvedev, un papel privilegiado a los órganos de seguridad e inteligencia, con vastas atribuciones que encarnaría el desaparecido KGB.

La primavera rusa que se observa tras los resultados electorales, está sacudiendo a la clase dirigente de Rusia, tragada por una crisis de legitimidad importante que augura un año 2012 para Rusia, de políticas más restrictivas y más control político en manos de unos pocos.

La pérdida de apoyo a las políticas del “putinismo” no es sólo atribuida a los problemas actuales del desplome de la economía global o las habituales prácticas de los líderes de permanecer en el poder por mucho tiempo. La realidad es que los gobiernos tienen una agenda diferente a las sociedades y los reclamos no están siendo escuchados por la élite política que está en el poder.

Adriana Boersner

@aboersner